Estamos peor que hace dos años, cuando
una mayoría inestable liderada por el PSOE
presentó y ganó una moción de censura.
Desde entonces, no hemos hecho otra cosa
que deteriorar la convivencia y dilapidar
lo poco que habíamos avanzado en la recuperación
económica. Los dos últimos presidentes
del Gobierno que militan en el socialismo
nos han decretado un estado de alarma
cada uno. Tal vez sea el azar, que tan
malas pasadas juega a los pueblos, pero
espero no vivir por tercera vez esta
excepcionalidad. En todo caso, que se
lo piensen bien los votantes en próximas
convocatorias. Hasta ahora, creíamos que
España resistía frente a toda estulticia y
que cualquiera podía encabezar un Ejecutivo.
Ya sabemos que no. El odio, el resentimiento,
las ansias de poder y la avaricia por el dinero
son los combustibles del grupo de partidos
de extrema izquierda que apoyan a
la formación socialdemócrata de Sánchez.
Como consecuencia de ello, se han roto
los escasos pactos y consensos que aún
sobrevivían, y nos deslizamos a un escenario
de tragedia griega: ocurrirá, aunque
nosotros no queramos. Solo el voto
responsable y racional podrá remediarlo...
Bieito Rubido
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