Fue un joven italiano que estudiaba en Segovia y un ingeniero iraní de visita en la Fundación Cidaut, que actualmente están en sus respectivos países, donde continúan sus vidas con sus familias
Este miércoles se cumplen tres meses desde los dos primeros casos por COVID en la Comunidad, un joven italiano que estudiaba en Segovia y un ingeniero iraní de visita en la Fundación Cidaut, en Boecillo (Valladolid), que actualmente están en sus respectivos países, donde continúan sus vidas con sus familias.
El 27 de febrero la Consejería de Sanidad confirmó esos dos primeros casos, ambos importados, esto es que se habían contagiado fuera, de los que se pudo hacer un rastreo de contactos y un seguimiento de los mismos, sin que todavía el coronavirus fuera pandemia o se transmitiera de forma comunitaria.
Uno de los que tuvo que hacer ese seguimiento activo durante 15 días fue el responsable de operaciones de Seguridad de la Fundación Cidaut, Javier Villacorta, que estuvo durante varios días con el joven ingeniero iraní Seifi, de 28 años, de visita en las instalaciones de la firma en Valladolid, y que relata a Efe la experiencia.
El joven ingeniero iraní tenía que volar a su país al día siguiente junto a otros cinco compañeros, pero desde el primer momento estuvieron en contacto con Sanidad, ya que venían de un país de riesgo, y en una actitud «muy responsable», «notó síntomas» y comunicó que tenía algo de fiebre y dolor de garganta.
Era el día 27 de febrero, el 28 volvía a Irán, y en lugar de coger el avión acabó en el hospital Río Hortega de Valladolid tras dar positivo, explica Villacorta. Todos sus compañeros salvo uno volvieron a Irán el día previsto salvo uno que se quedó unos días más, tras dar las pruebas negativas, para acompañarle.
El responsable de operaciones de Seguridad de Cidaut incide en lo que tuvo que ser la experiencia para el joven ingeniero, que se entendía en inglés con los médicos, y que se tiró casi un mes en el hospital, ya que aunque a los dos días dejó de tener fiebre y estaba asintomático los test le seguían dando positivo.
El compañero iraní que se quedó decide marcharse ya que no puede entrar en el hospital ni acompañarle, detalla Villacorta, aunque desde Cidaut hacen todo lo posible para que esté acompañado e informado y le mandan desde libros a fruta, o una tarjeta wifi.
Pasan las semanas y no es hasta el 22 de marzo cuando el joven ingeniero, al que espera su esposa en Teherán, puede viajar a su país, tras superar la enfermedad, acompañado por la Policía hasta el AVE, para coger en Madrid un vuelo a su país con escala en Catar. «Por dos días no pudo celebrar con su familia el Año nuevo iraní», que coincide con el inicio de la primavera y que se celebra el 20 de marzo, señala Villarcorta.
Tres en seguimiento
El responsable de operaciones de Seguridad de Cidaut explica que ningún trabajador de la empresa vallisoletana se contagió por aquel primer contagio, aunque tres, incluido él, estuvieron en seguimiento activo.
Y recuerda que tanto Seifi como sus compañeros ya tenían una cierta concienciación del peligro del coronavirus, ya que mantenían la distancia social y tenían un cierto temor a eso del COVID-19. «Miedo no llegamos a pasar», confiesa Villacorta, que explica que en su empresa contaron con el gel hidroalcohólico y algunas medidas desde muy pronto.
Parecida trayectoria fue la del joven estudiante italiano de 18 años que estudiaba primero de Finanzas en Segovia y vivía en una residencia de estudiantes, y que fue el primer caso declarado en la Comunidad ese 27 de febrero.
El joven había estado del 21 al 23 de febrero en Milán y, tras su regreso, sintió molestias el lunes por la noche, pero al encontrarse mejor el martes fue a clase por la mañana y comió con sus compañeros.
Tras volver a encontrarse mal por la tarde acudió al centro médico, donde en un primer análisis el médico que le atendió sospechó del posible caso de coronavirus, por lo que fue trasladado al hospital de Segovia y, tras realizarle la prueba, el Centro Nacional de Microbiología confirmó el positivo.
El joven, que sufrió una patología leve, fue dado de alta, regresó a su país, y sigue las clases y exámenes online, según han explicado a Efe fuentes cercanas al estudiante en Segovia.
Tres meses después el joven «lleva una vida totalmente normal con su familia», y mientras tanto Castilla y León tras diez semanas de confinamiento entró el pasado lunes en fase uno de la desescalada con 3.437 fallecidos por coronavirus o síntomas compatibles, según la baja de tarjetas sanitarias, y 25.274 casos confirmados por test.....
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