Hay que llenar los informativos de TV de sanitarios aplaudiendo a rabiar. Féretros con 268 muertos, ni uno
No paramos de mejorar. La agencia de noticias estatal Efe, que usted, querido lector -y yo, si me permiten decirlo- sostenemos con nuestros impuestos, con nuestro dinero, emitió un tweet ayer a las 11,15 horas anunciando que «las cifras de fallecidos se desploman en España a 268 muertes y 1.309 casos». Confieso que ni sé quién preside la Agencia Efe hoy después de que el Gobierno despidiera a Fernando Garea el pasado febrero y la wikipedia ni siquiera haya actualizado su página. Ése es el valor que tiene hoy esta agencia que nos cuesta mucho dinero. Pero resulta especialmente grave ver que en una agencia pública se pueda decir que tener 268 muertos en un día equivale a que el
total de muertos se desplome. Cualquier fin de semana en que 20 ó 30 españoles se mataban en accidentes de circulación ameritaba extensas informaciones en los medios públicos hablando de la gravedad de la cifra e intentando concienciar a los españoles. Y es que esas cifras tenían una responsabilidad individual, la mayoría de las veces de los propios muertos o al menos de quien conducía cada vehículo. Pero en el caso de esta pandemia, la mayor responsabilidad recae en una sola persona, el presidente del Gobierno. Y eso es mucho más complicado de disimular. Con que hay que celebrar que el total en un día sea de nada más 268. Y llenar los informativos de televisión de sanitarios vestidos con equipos de protección individual aplaudiendo a rabiar. Féretros con 268 muertos, ni uno. Una gran filfa.
A la hora en que Efe difundió esa noticia con adjetivos calificativos -el anti periodismo- hacía ya 15 minutos que el ministro de Sanidad, Salvador Illa, tenía que haber comparecido para informar del régimen de salidas de los adultos que entrará en vigor mañana. Recordemos que esas salidas ya fueron anunciadas por el presidente del Gobierno el pasado sábado 25 de abril. Es decir, suponiendo que el doctor Sánchez hiciera entonces el anuncio sin ningún estudio previo de la materia -que ya de por sí sería muy grave- han tardado cinco días en anunciar algo tan sencillo como quién puede salir de su casa, cuándo puede hacerlo y bajo qué condiciones.
Illa tuvo el valor de decir que España lo ha hecho mejor que nadie y reivindicar el estado de alarma, a pesar de que a nuestro alrededor desaparece de forma inmediata por ejemplo en Portugal con resultados infinitamente mejores que los nuestros. Y se preguntan por qué en Portugal hay un apoyo unánime al Gobierno de todos los partidos con representación parlamentaria. Por no hablar de las varias veces en que el ministro se trastabilló y dio explicaciones contradictorias sobre horarios y distancias a las que se podrá ir. Las cinco franjas horarias que enumeró quizá creen algún problema logístico en ciertas familias y sean contradictorias con el hecho de que quienes viven juntos no puede salir juntos, pero no parece que fueran necesarios cinco días para llegar a esas conclusiones. Veremos ahora si se mantienen.
Imaginen ustedes ahora lo que puede implicar poner en manos de estas mentes preclaras el futuro de la recuperación de España no de la pandemia sanitaria -en la que lo han hecho peor que nadie en el mundo si tomamos como referencia el dato objetivo del número de muertos por millón de habitantes- sino de la pandemia económica que va a asolar el planeta entero. Sólo pensar que la salida de España de este inmenso cráter volcánico depende de las iniciativas del doctor Sánchez anima a dar marcha atrás y tirarse a la lava ardiendo.....Ramón Pérez-Maura
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