Lo que más se valora en esta extraña primavera de nuestras
vidas es la serenidad. Esa capacidad de mantener la calma,
mientras la orquesta del Titanic toca y las columnas
de agua del deterioro económico y social perforan
el casco de este extraordinario buque que se llama España.
Se impone actuar de manera racional y templada.
Sánchez no se merece nuestra paciencia, ya que
no insulta a nuestra inteligencia, sino que
va pisoteando uno a uno los consensos democráticos
que entre todos habíamos levantado.
Me agota escribir de Sánchez, pero el azar lo ha puesto ahí,
lógicamente con los votos y apoyos más espurios,
en el peor momento de nuestra historia reciente,
en medio de una tormenta y no nos queda más remedio
que con serenidad y paciencia escucharlo y analizarlo.
Todo en él es borrascoso. Somos de los peores países
del mundo en la gestión del Covid-19. Estaremos en
la cola de la salida de la enorme crisis económica.
¡Qué mala suerte hemos tenido!
No es una cuestión de siglas,
es una cuestión de personas.Bieito Rubido
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