No Al Olvido

miércoles, 6 de mayo de 2020

# ¿Puede caer Sánchez?. Nido de ladrones Vídeos 2 Pepe López Radio 5.El Congreso acusa a la oposición del desastre que ellos han provocado...!!!!

Ciudadanos en manos de Podemos, y Podemos en manos de Ciudadanos, con Sánchez como anfitrión de un rescate económico del que solo sacará tajada útil el PNV… ¿Qué puede salir mal?

Pedro Sánchez está expuesto. Su debilidad parlamentaria empieza a estar al descubierto porque el coronavirus también ha irrumpido con virulencia en el pulmón de la legislatura. Más de 25.000 muertos después y con el PIB desplomado, en la conciencia colectiva se repite una pregunta: ¿Puede caer Sánchez? Hace dos semanas, el debate público sobre la conveniencia de prorrogar el estado de alarma no estaba en el ámbito político. Se daba por sentado el apoyo expreso del PP y el Gobierno se despreocupaba. De hecho, la alarma apenas se discutía más allá de círculos jurídicos que alertaban de la progresiva pérdida de libertades públicas durante más tiempo del imprescindible, y de la utilización de la excepcionalidad para manipular ideológicamente a los
 españoles.
Sin embargo, el debate sobre la alarma se ha viciado. Las negociaciones de La Moncloa previas a la votación de hoy han sido el primer síntoma preocupante de que la legislatura peligra. Prolongar el estado de alarma hasta junio, como pretende garantizarse Sánchez, ha dejado de ser una cuestión técnico-sanitaria. A su manera, una parte relevante de la ciudadanía ve el peligro vírico conjurado, se rebela contra un confinamiento extremo y percibe los errores del Gobierno como un monumento a la confusión. La desescalada es el enésimo ejemplo de una rectificación constante, cometida con tanta improvisación como nocturnidad. Por eso, la discusión ya es solo política.

Dos teorías

Partamos de una base. Con toda probabilidad, Sánchez se impondrá hoy en el Congreso. Pero por la mínima y con dos avisos serios de que su estrategia es suicida. Del PP, por el desprecio que le ha mostrado; y de sus socios naturales, porque el independentismo ya observa al Gobierno como una sala de máquinas averiada. El análisis político se reduce así a dos teorías. La primera es que Sánchez soportará la tragedia del virus, pero no la catástrofe social de concluir el año con siete u ocho millones de desempleados, ni la «pandemia ideológica» que supondría para la izquierda recurrir a un rescate europeo inaceptable para Podemos. Cualquier opción de aprobar unos presupuestos generales quedaría condenada al fracaso y sería necesario convocar elecciones.
La segunda teoría sitúa a Sánchez en un ejercicio extremo de supervivencia porque Podemos, ERC o el PNV tensarán al límite la sociedad mutua. Incluso, podrán fracturarla y enfrentarse al PSOE, pero nadie querrá asumir a la larga el desgaste de dar el primer paso y ofrecer las urnas a la derecha. Es la coartada ideológica de esa eterna coalición de intereses personales que une a Sánchez y a Pablo Iglesias, en la que la izquierda se defiende como nadie con un infalible escudo autoprotector: ellos o el caos. Ellos o el odio. Ellos o la España negra de los recortes. Ya ni siquiera recurren al «trifachito» como alternativa para infundir miedo.
Aun así, empieza a emerger una tercera teoría para el futuro de la legislatura. Solo algo inmanejable como una convulsión en la calle derivada de un colapso financiero, con un paro desbocado y sin economía sumergida posible, forzaría a Sánchez a sustituir a Iglesias por Angela Merkel -entiéndase la figura-, con la mesa del Consejo de Ministros escoltada por la troika y unos tipos de negro. El «no» de ERC a prolongar la alarma es un síntoma, y el PNV siempre es indescifrable. Ortúzar ha afirmado que su partido «no tiene interés en dejar caer a Sánchez». Lo mismo dijo el PNV de Rajoy, y después justificó la moción de censura con una frase de una sentencia judicial. De momento, solo les interesa celebrar elecciones vascas y liberarse de la dependencia que les vincula al PSE para aprobar sus propias cuentas. Pero si alguien en el PNV empieza a sostener que Sánchez no peligra, eso sugiere -como el elefante de Lakoff- que alguien sí lo piensa ya.

Giro hacia Ciudadanos

Otra muestra de la debilidad de Sánchez es el desesperado giro hacia Ciudadanos. Inés Arrimadas está necesitada de rearme y visibilidad, pero cualquier cesión a Sánchez -¡en auxilio de Iglesias!- no va a ser interpretado por su menguante electorado como un gesto de responsabilidad, sino como una agresión desmoralizante al centro liberal que dice representar. Ciudadanos en manos de Podemos, y Podemos en manos de Ciudadanos, con Sánchez como anfitrión de un rescate económico atroz del que solo sacará tajada útil el PNV… ¿Qué puede salir mal?
La clave definitiva no estará hoy en vender la prórroga del estado de alarma como otro triunfo de Sánchez. Sino en comprobar si su descrédito le va a impedir ahora imponer su guión de la legislatura, y si va a empezar a fallarle ese aura de intocabilidad y superioridad moral. Si le va a fallar, en definitiva, la presunción de que cualquier Gobierno progresista, por ineficaz y autodestructivo que sea, siempre será la mejor opción.....Manuel Marín

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