# Alergia al escrutinio público...Han dejado morir a mi madre, ha sido un genocidio»La grotesca respuesta de Montero para seguir ocultando los nombres de los once expertos de Simón.Vídeos 2 OKDIARIO .!!!!

Elude el asunto fundamental

Los partidos de la izquierda acostumbran a concederse a sí mismos una altura moral tan grande como injustificada que se traduce en situaciones anómalas, aunque muy características. Por ejemplo, que el Gobierno se ocupe de criticar a la oposición y no al revés, colocando el foco de la atención pública sobre el que fiscaliza y no sobre el fiscalizado, o que, cual pájaro que tirase a las escopetas, el gobernante se dedique a adjetivar las informaciones de un periodista.

Esto sucedió ayer en Valencia, cuando la consejera de Justicia, Gabriela Bravo, en su intento por defender los contratos con la empresa IDAT, se detuvo a valorar la información y motivaciones de ABC eludiendo el aspecto fundamental de su contenido.

No

 altera su declaración, por tanto, nada de lo escrito. En los contratos adjudicados hay una llamativa desproporción entre las circunstancias y características de la adjudicataria y la importancia y el volumen de lo contratado. IDAT terminó de constituirse en febrero de este año con un capital de 3.000 euros y los contratos ascendían inicialmente a casi nueve millones.

Dada la relevancia del objeto, el momento, y el procedimiento de contratación, es la solvencia de la empresa lo que le corresponde escrutar a la prensa. Las dudas sobre la suerte que hubiera corrido en una licitación pública ordinaria son pertinentes y lo relevante aquí no es el motivo por el que ABC da una noticia, sino el motivo que lleva a un responsable político a elegir, sobre el resto, una empresa recién constituida.

La intemperancia del Gobierno valenciano al valorar las informaciones que le afectan revela una alergia natural al escrutinio público, reforzada por un contexto en el que, tras años de sobrexposición mediática de la corrupción del PP, la lupa se ha alejado del Gobierno valenciano, como si en el Palau de la Generalitat se hubiesen instalado, por fin, los justos, los ecológicos e intachables y solo quedara esperar a la institucionalización de su incuestionable «buena conciencia».

La actitud de la consejera, por lo demás, recuerda la clásica caricatura: «Yo estoy muy a favor de la prensa libre. Son esos condenados periódicos lo que no soporto».Hughes .

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