Lo peor del ignorante es que desconoce su propia
ignorancia. Nada nuevo. Sobre ello han reflexionado
muchos pensadores. Hoy esa cuestión vuelve a
ser palpitante, curiosamente en medio de una sociedad
que presume de sobreinformación.
Es como la sobrealimentación, solo crea obesos.
O cuando nos creíamos eternos, apareció
el microscópico Covid-19 y nos puso en nuestro
lugar: mortales vulnerables.
En política estamos ahora en manos de
la clase dirigente peor formada de los últimos
cien años. Es consecuencia, en gran medida,
de la incultura de la ciudadanía.
Se consumen horas de televisión de manera
acrítica y se da por cierto todo lo que
se escucha y ve. Existe un debate acerca
del momento que vive el mundo con el auge
del fascismo envuelto en la extrema izquierda.
Después del estrepitoso fracaso de las crueles
dictaduras comunistas en el siglo pasado,
la izquierda más radical ha vuelto con su populismo,
pero también con todos sus atributos negativos.
Hay que inocular muchas horas de cultura política,
de democracia y de tolerancia para combatir
esa ola mezcla de fascismo y extrema
izquierda que todo lo asola..Bieito Rubido
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