Verdaderamente es un caso para los libros de texto de las escuelas de negocios. No tiene precedentes
Tardó, pero al fin sucedió. Las cosas empiezan a irle un poco peor a la señora Larsen. Para empezar, en el medio británico que había convertido en su altavoz se han empezado a publicar artículos que explican las consecuencias. Isabella Thomas, hija del gran Hugh Thomas, histórico colaborador de ABC, publicaba el 21 de julio un artículo en «The Daily Telegraph» con un elocuente título «Minar a la Monarquía española pone en peligro a la nación» en el que explicaba a la opinión pública británica que estaban siendo intoxicados por unas «informaciones» que en realidad amenazan el futuro de España, no sólo el de su Familia Real. El 27 de julio publicaban una extensa carta al director de Álvaro de
la Riva, el cónsul de España en Estambul, en la que éste recordaba que «el Rey Juan Carlos no puede defenderse de las acusaciones de quien se dice que fue su amante». Y aunque el «Telegraph» -casualmente- no publicó ayer la noticia de la imputación de Larsen por el juez García Castellón, «The Times» daba una amplia crónica que pone a esa mujer en su sitio. Los millones gastados por la alemana de origen danés durante años en abogados y firmas de relaciones públicas empiezan a demostrarse inútiles cuando ciertos medios se dan cuenta de que están siendo empleados al servicio de intereses bastardos.
Cada vez más gente se cuestiona los hechos que se han repetido como un mantra, sin ser controvertidos. Éste es un supuesto caso de corrupción en el que por primera vez en la historia de la humanidad, en lugar de que un representante de quien quiere conseguir una adjudicación pague una comisión a quien la va a licitar, es el licitador el que le da la comisión al alto representante de quien también se va a beneficiar con esa adjudicación. Verdaderamente es un caso para los libros de texto de las escuelas de negocios. No tiene precedentes. Pero todavía hay más: la comisión se pagó en 2008 y la adjudicación no se hizo hasta 2011. Es verdaderamente inverosímil. Pero los medios de comunicación siguen plagados de referencias a la comisión por el AVE a la Meca. Qué más darán los hechos incontestables. Es mejor que no te estropeen un buen titular. Sin duda la probidad fiscal de Don Juan Carlos está cuestionada y tendrá que rendir cuentas de ello como lo hacemos todos los españoles. La Reina de Inglaterra no paga impuestos. El Rey de España sí. Pero, modestamente, no creo que unas declaraciones de la renta ameriten lo que se está organizando.
Larsen ha jugado muchas cartas en España para defender sus intereses, a los que no pondré el adjetivo que merecen para no darle el placer de poder presentar una querella criminal. Y todo esto lo ha hecho con un comisario corrupto y encarcelado. Como bien ha dicho Felipe González, es increíble que dos personajes así creen una crisis de la dimensión de la que estamos viviendo. Pero al menos hay que confiar en que tendrá una consecuencia catártica relevante. Son muchos en esta profesión periodística los que llevan años trabajando con el comisario Villarejo. Hablo de nombres muy conocidos, tanto de personas como de medios de comunicación. En papel, en televisión y digitales. Cuando tanto nos gusta a los periodistas denunciar corrupción, habrá que reconocer que no hay mayor depravación profesional que seleccionar medias verdades al servicio de un policía corrupto. Los que lo han hecho saben que sus nombres y sus números de cuenta corriente también están en los papeles incautados a Villarejo. Es cuestión de esperar. A todos les llega su hora. Incluso a los que quieren callarnos....Ramón Pérez-Maura
No hay comentarios:
Publicar un comentario