Mientras el empleo y la economía se hunden, Sánchez bate el récord de asesores, altos cargos y ministerios. Y no pasa nada
Ni rezando todos los ciudadanos españoles juntos todas las oraciones que nos sepamos a todos los santos conocidos y por conocer, incluso con la ayuda de los no creyentes por si acaso, vamos a poder evitar sufrir las consecuencias de las horribles cifras de destrucción de empleo y de parón de la actividad económica en la historia de este país. ¡Ojalá me equivoque! Rezo también por ello, créanme. El caso es que el martes, primer bofetón de realidad. Según la temida a priori encuesta de población activa (EPA), entre abril y junio, la pandemia y el confinamiento se han llevado por delante el trabajo de casi 1,1 millones de personas, justo en el núcleo del periodo de encierro. Una destrucción
de empleo, como decía, sin precedentes. Lo que llevó a la tasa de paro, sin incluir a los más de 3 millones de personas que estuvieron afectadas por ERTE en abril -la EPA no los tiene en cuenta-, supera ya el 15%.
Cifras escalofriantes que si no lo remedia un Gobierno que yo me sé -aunque con esta gente, ni con milagritos a Lourdes ya- van a verse superadas hasta en algún trimestre venidero en el que en principio no hay ni confinamiento ni parón de la economía. Rezaremos más.
Pero no crean, todo es susceptible de empeorar, porque ante el desplome en el empleo, la Autoridad Fiscal -esa que fue impuesta por Bruselas en 2013, tras el anterior rescate, para que España contara con un organismo dedicado a supervisar los objetivos económicos de las distintas administraciones y la sostenibilidad de las finanzas públicas, y de paso lance sus recomendaciones por si no saben qué es lo que hay que hacer-, augura que la caída de la actividad en el segundo trimestre del año fue del 20%, muy superior a la recesión que siguió al estallido de la burbuja inmobiliaria. Algo que choca con los cálculos de Sánchez y cía, que prevén algo menos de un 15%.
Y mientras se destruye empleo en más de un millón de personas, aumenta la tasa de paro por encima del 15%, cae la economía un 20% y más de 150.000 personas siguen sin cobrar su ERTE, Sánchez bate el récord de asesores, altos cargos y ministerios -¡por qué seguimos con 23 carteras ministeriales! Pues en Italia sepan que de un plumazo se han quitado nóminas de 230 diputados y de 115 senadores-, y nos toma el pelo más si cabe porque aquello de que se había creado un grupo de 12 expertos para preparar el plan de desescalada no es verdad, porque no existe. Recuerden el «no les voy a dar nombres de ninguna persona del equipo, porque en todo el proceso que llevamos de varios meses, las presiones que sufre cualquier persona de la que se da el nombre por parte de la sociedad en general y de los medios de comunicación en particular, acaban haciendo muy difícil que pueda trabajar con la suficiente libertad». Fernando Simón «dixit». Otro escándalo más. ¿Y no pasa nada?
En este santo país ya podemos estar escuchando o leyendo y sufriendo situaciones dramáticas donde las haya, cifras horribles sin precedentes, y augurios terroríficos, que unos ni están ni se les espera -¿de verdad que tenemos oposición? yo ya tengo mis dudas-, y otros muchos cogen el hatillo rumbo adonde sea por si las moscas brotan.
Ya lo dijo la escritora parisina Simone Beauvoir -conocida por su firme compromiso izquierdista por cierto- que lo más escandaloso del escándalo es que al final te acostumbras. Pues... yo no me resigno. Y rezo. Y espero estar equivocada.......María Jesús Pérez
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