Recuperando el empleo se obtendrán ingresos sostenibles, y eso significa bajar impuestos
Sánchez ya puede decir con tranquilidad y sin confundirse que España encabeza un ranking mundial. Pero no podrá sacar pecho por ello. Porque lo que nos coloca en el liderato de esta última lista conocida es un auténtico drama. Ayer el Fondo Monetario Internacional (FMI) constataba con sus nuevas previsiones sobre los efectos de la pandemia en las economías de 18 países de todo el mundo lo que ya habían estimado la mayoría de los organismos nacionales e internacionales, que España, empatada con Italia, es la número uno en el ranking entre los peor parados por los efectos de la crisis. Y es que en comparación con el resto -excepto con los italianos, claro, y Francia casi también-, España sale
muy mal parada.
El FMI prevé que la economía española se reducirá un 12,8% en 2020, al mismo nivel que Italia y por encima del 8% que se esperaba en abril. La comparación con la media mundial es desastrosa. En el informe de sus previsiones, el FMI alerta de que el PIB mundial caerá un 1,9% más de lo augurado en abril, hasta un 4,9% en 2020, y que en 2021 el rebote será del 5,4%, es decir, cuatro décimas por debajo a lo previsto hace dos meses. La brecha España-resto del mundo es para echarse a llorar y no parar. El hundimiento de la actividad supondría, por ejemplo, borrar del mapa de la economía española la industria más importante de España, el turismo, que pesa sobre el PIB ese 13% de caída.
El Rey Felipe VI, ayer, en la clausura de la que ha sido la reunión de empresarios españoles más importante y multitudinaria que se recuerda -organizada por la patronal- apuntó que a pesar de todas las dificultades, hay que ver esta dramática situación como una gran oportunidad para avanzar en los cambios que necesiten nuestras economías y adaptarlas a las nuevas necesidades «sin olvidar que el día después es el de seguir arriesgando, el de crear empresas, reforzar alianzas, de emprender y volver a empezar si hace falta, de generar bienestar y riqueza para toda la sociedad».
¿Cómo? El FMI también marcó el camino: una política fiscal en condiciones. Pero no en la que piensa una de las facciones políticas del Gobierno Sánchez-Iglesias. Y esto ya es de mi cosecha, no del organismo internacional. Porque la historia económica de este país demuestra que la manera de reflotar la actividad en recesión no es subir impuestos, sino bajarlos, para incentivar a empresas y autónomos, el verdadero motor de nuestra economía. Poniendo facilidades y estimulando la actividad privada por el lado impositivo vendrá la recuperación y los ingresos necesarios para paliar el galopante déficit público. La política fiscal al servicio de la creación de empleo, porque solo consiguiendo recuperar el nivel de empleo se obtendrán ingresos sostenibles. Si no, seguiremos hundiéndonos en la miseria....María Jesús Pérez
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