La moción del Partido Popular para defender el legado español en Estados Unidos fue rechaza en el Senado con 149 votos en contra, 108 a favor y 4 abstenciones
La guerra de las estatuas continúa al otro lado del charco, dejando a su paso efigies vandalizadas de grandes personajes de la historia de España como fray Junípero, Cristóbal Colón o la Miguel de Cervantes, tachados de racistas, bastardos y/o esclavistas. Mientras tanto, ayer se rechazó en el Senado una iniciativa del Partido Popular para la defensa y difusión del «legado español» en Estados Unidos, donde se han producido estos ataques. La propuesta fue apoyada por Vox, Ciudadanos y UPN, y rechazada por PSOE, Bildu, ERC, PNV y JxCat.
«Existe una hispanofobia que entre todos deberemos condenar sin titubeos», proclamó en su exposición el senador popular Miguel Lorenzo Torres. Por ello, su propuesta no era otra que «defender nuestra
historia» de los «revisionismos demagógicos» que pretenden juzgar los hechos de hace 500 años con la «moral actual». Además, insistió, la huella de España en Estados Unidos es muy profunda, y dotó de derechos a los indígenas. «Nosotros no fuimos los que confinamos a los indígenas en las reservas (...) Tenemos que estar orgullosos de la aportación que hizo España», aseveró.
Vox, Ciudadanos y UPN coincidieron con Lorenzo Torres en que no se puede mirar la historia con la moral de hoy. Tomás Marcos, de la formación naranja, valoró que la moción tratara de mejorar la difusión del legado español, pues «no se trata de crear un relato edulcorado», y sí de difundir informaciones fidedignas. Por su parte, el senador de Vox, Jacobo González-Robbato, que presentó una enmienda, atacó el discurso «ignorante, conflictivo, absurdo y revanchista de aquellos que pretenden llamarse progresistas».
Patriotismo
Francisco Javier de Lucas, del PSOE, explicó su voto en contra (y sus cuatro enmiendas)afirmando que la propuesta le parecía una «especie de toque de clarín para cerrar filas en torno a un modelo de patriotismo que no compartimos». «No hay que luchar contra esos molinos −dijo, en referencia a la hispanofobia− sino contra las realidades. Nuestro grupo no quiere embarcarse en esta especie de concurso de méritos de patriotismo», zanjó. Luego, el socialista Jesús Martín apuntaló esta postura diciendo que «esto [el tema de las estatuas] no es un ataque contra España».
Los argumentos para el rechazo variaron bastante. Josep Lluís Cleries, de JxCat, justificó su posición aludiendo a las «tensiones innecesarias» que crearía esta «inoportuna» idea, y recordó que tan poco le gusta la «hispanofobia» como la «catalanofobia». Bernat Picornell Grenzner, de ERC, tachó la moción de «absolutamente infumable».
El senador del PNV, Luis Jesús Uribe Etxebarría, aludió a los «claroscuros» de la historia, y saltando en el tiempo y el espacio, se refirió a las nomenclaturas franquistas que siguen en algunos puntos de España. Y la senadora de Adelante Andalucía, Pilar González, protestó por las «inexactitudes» de la moción.
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