La Consejería de Sanidad
se enfrenta a la reconstrucción
de un sistema al que la pandemia
del coronavirus ha dado
la puntilla y con profesionales agotados o muchos
a punto de jubilarse.
Casado cuenta con 525 millones
de los fondos no reembolsables.
La pandemia la ha enfrentado a su mayor reto. No reconoce ningún error humano y ahora se centra en la planificación de un sistema que busca consensos para no hundirse.
Hace escasos días, la Diputación de León instó a la Junta para que no se cierren los consultorios y que no se eliminen las dotaciones de médicos. ¿Cuál es su respuesta?
Me gustaría que fuéramos conscientes de que estamos en una pandemia, de que levantar la alarma sanitaria no significa que el coronavirus no siga circulando. Le hemos contenido durante todo este tiempo y hemos conseguido tumbar la pendiente gracias a la cuarentena social. Todas las sociedades científicas, todas, el Ministerio de Sanidad, la organización médica colegial, la organización de enfermería, todos han suscrito un documento que se firmó el 18 de junio de 2020 donde se establece en la página 3 cómo se tiene que hacer la atención sanitaria a la población. Y se recomienda que sea con filtro telefónico.
Lo que significa...
Significa que los consultorios nunca han estado cerrados. Si hubiéramos cerrado los consultorios y las personas no hubieran sido atendidas pues sobraría la sanidad. Pero si realmente se les ha estado atendiendo, y han sido atendidos tanto por Covid o no Covid, es porque la sanidad ha seguido funcionando. Lo único que se pide es que cuando yo tenga una demanda de asistencia llame por teléfono y contacte con el médico o enfermera. ¿Qué nos permite esto? Nos permite poder organizar los circuitos. Si tú me estás contando un problema en el que yo sospecho que puedes tener una infección por Covid te voy a decir dónde tienes que ir y dónde te voy a atender. A lo mejor es en tu domicilio, a lo mejor es en el centro de salud. Pero yo voy a ir protegido como profesional. Si lo que tú me estás contando es que se te ha torcido el pie también te voy a decir a qué hora y dónde te voy a atender. Por lo tanto, lo que nosotros hemos dicho es: el filtro tiene que ser telefónico y los profesionales nos van a decir dónde y cuándo nos van a atender. Y ese es el circuito Covid. Una de las cosas que se nos pide es que establezcamos circuito Covid y circuitos no Covid.
—¿Puede abundar sobre esto?
—El circuito Covid puede ser espacial. Por ejemplo, en un centro grande me permite tener dos entradas: una para atender la patología no respiratoria y otra para la patología respiratoria. También puedo tener circuitos Covid horarios. Ahora atiendo a los pacientes con patología que no es respiratoria y, a última hora, porque después puedo llegar a desinfectar el consultorio, veo las sospechas de las personas con Covid. Hay que tener sensatez en la organización de los consultorios. No están cerrados ni muchísimo menos. Los consultorios están organizados y los centros de salud y los hospitales. Es decir, seguimos en una crisis sanitaria y eso es lo que hay que atender, y desde aquí pido la colaboración de todo el mundo. Si tienen una necesidad, que no dejen de llamar, por favor, pero que llamen primero para establecer cuál es la prioridad.
—¿Y todos los centros de salud tienen la posibilidad de tener circuitos Covid y no Covid?
—Horario, sí. Espacial a lo mejor no. Pero el circuito no tiene por qué ser espacial.
Fondos
«La Consejería de Sanidad recibirá 525 millones en dos tramos de los fondos no reembolsables»
—¿Y cuántos consultorios de la provincia están preparados este verano? ¿Se garantiza que todos estarán abiertos?
—Es que están abiertos. O sea, no sé por qué hay ese mensaje. Quizá los mensajes negativos calen más que la verdad. Ahora mismo, la organización que estamos haciendo es centralizada. La norma es para todos. Y las instrucciones son para todos, o sea que los consultorios tienen que estar, pero organizados. Lo que pido es que si hay citadas cuatro personas no vayan 20 sin organizar porque podemos tener problemas.
—¿Cuándo van a estar activos los especialistas de los centros de salud?
—En principio, y de la misma manera, están con el filtro telefónico. Tienen la instrucción de que todos aquellos que tenían citas se les vaya llamando para reordenar esas listas de espera de atención hospitalaria o de centros de especialidades. Van a contactar y también van a hacer el filtro telefónico. Sería muy triste que zonas como León, que ha habido poca incidencia del coronavirus, tuviéramos brotes en algunas zonas de salud que ha habido cero casos desde el principio; eso sería muy triste. No es ninguna broma. O sea, el tema de la mascarilla, el tema de la higiene de manos es absolutamente clave porque vamos a intentar poner unos límites pero claro, también es cierto que si tenemos muchos brotes pues habrá que volver otra vez a plantear la cuarentena.
—En principio, parece sencillo. Pero León es una provincia muy envejecida y va a ser difícil convencerles de que ése va a ser el método a partir de ahora.
—Pues hay que convencerles. Igual que la abuelita de una ciudad se busca la vida, porque ancianos los hay en toda Castilla y León, y desde luego nadie piensa en una cita en un centro de salud urbano sin una cita previa. Y que queremos hacer esto para protegerles. ¿Le decimos que vaya el miércoles, que se nos siente con 90 años en la consulta y al lado tenga a alguien que le está tosiendo encima sin protegerla...? Ahí tenemos todos responsabilidad. Nosotros y vosotros como medios de comunicación tenemos que explicar esto. Y las personas mayores casi todo el mundo se maneja bien con el teléfono. Tienen muchísimos recursos y el propio médico les puede contactar. De hecho, lo están haciendo muchos profesionales. Es bueno que nos acostumbremos a pedir cita, que el profesional que vaya, vaya sabiendo lo que hay, y más ahora que hay un riesgo importante. No lo olvidemos, hemos tenido tres médicos de familia que han fallecido en esta comunidad y uno ha sido de León. Yo creo que hay que ser inmensamente cuidadosos. Tenemos que proteger a nuestra población y tenemos que proteger a nuestros médicos. Y ellos están asustados. Muchos de ellos tienen miedo porque, evidentemente, quien está en primera línea tiene miedo y debemos tener garantías de organización para la población y para ellos, por seguridad de todos.
Consenso
«O llegamos a un acuerdo de planificación y organización o el sistema no se va a sostener»
—Precisamente para controlar esos rebrotes, ¿los 61 rastreadores que hay en León son suficientes? Y la plantilla de Atención Primaria, sobre la que cae el principal peso, un 50 % se va a jubilar en unos cinco años. ¿Cómo lo van a solucionar?
—U organizamos, u organizamos. Lo que está claro es que necesitamos planificar. Tenemos en esta comunidad autónoma una proyección de 1.100 jubilaciones en los próximos cuatro años. Estamos formando en torno a 500 médicos de familia, que no todos se quedan en la Comunidad, porque algunos son de fuera. En una Comunidad en la que tenemos un médico por 900 habitantes, que está repartida además de manera bimodal, O llegamos a un acuerdo de organización y planificación o esto no se va a sostener. Tenemos que buscar la reorganización. ¿Y qué significa? Hay muchos estudios que nos dicen que tener menos de 500 tarjetas sanitarias o más de 1.500 disminuyen la competencia del profesional. Uno porque pierde competencias, y si tú tienes mucha presión asistencial y no puedes ver bien a tus pacientes, las cosas no están bien. Entonces, tenemos posibilidades de organizar. Por eso tenemos el pacto político ahora mismo. Queremos llegar a un consenso político y uno de los puntos es la organización y planificación de la Atención Primaria. Ahora mismo estamos contratando rastreadores a medida que nos vamos necesitando. Tenemos un pool (equipo) muy importante ya de rastreadores, pero evidentemente no contratamos a nadie si no hay un brote. Pero si hay brote, para el seguimiento se contratan las personas suficientes y necesarios. Y no tienen por qué ser médicos o enfermeras. El seguimiento epidemiológico lo puede hacer alguien con un entrenamiento especial para hacer un rastreado. Y luego hay otro elemento también muy importante y es que el Misterio de Sanidad dio una posibilidad de contratación para aquellos residentes que han aprobado el examen MIR, pero que no se han incorporado en el mes de mayo por razones obvias y que se van a incorporar en octubre. A esos profesionales se les puede contratar y les debemos contratar. Tutelados, pero se les puede contratar. Como rastreadores o haciendo tareas de aprendizaje importante para ellos. Pero no de soledad ante un caso importante. También se pueden contratar a aquellas personas que tienen título de especialista, pero no tienen homologación del Ministerio de Sanidad y son profesionales extracomunitarios. Se ha permitido extenderlo a septiembre y probablemente se permita ampliar a diciembre si necesitamos volumen de gente.
—Además del déficit de plantilla que ha puesto de manifiesto la pandemia, ¿qué más necesidades ha detectado la Junta?
—La pandemia ha sido un gran aprendizaje. Nos hemos dado cuenta de las amenazas, en este caso estaba claro que era un virus absolutamente desconocido, que no sabíamos nada de él, que no es verdad que era una gripe, que ha tenido un comportamiento que no era conocido. Ha sido un gran desconocido y esto nos ha sometido a hacer un gran aprendizaje, y muy rápido. De hecho, nosotros creamos el grupo de expertos que específicamente su tarea era buscar todas las evidencias que se estaban publicando en todos los medios del mundo en relación al coronavirus. Es decir, qué es, cómo se comporta, qué tratamientos podemos hacer, qué abordajes podemos hacer… Pero igual que nos hemos encontrado con esta amenaza, nos hemos encontrado con una debilidad y es que tenemos un sistema sanitario que es bueno, pero que se tiene que adaptar a una situación desconocida en la que hay muchísimas necesidades de camas de UCI. ¿Qué fortalezas? La plasticidad del sistema: el que en León se pusieran rápidamente en marcha. Se juntaron todos los expertos y especialistas en críticos, organizaron el hospital para tener camas de atención a pacientes críticos, que tuviéramos a los intensivistas, a los anestesiólogos y a todos los especialistas que les pudieran echar una mano trabajando para el paciente crítico; a los internistas y neumólogos trabajando para el paciente que estaba ingresado con la apoyo de otras especialidades, incluso había quirúrgicos trabajando y apoyando a esas plantas. También de alguna manera hemos visto una oportunidad. Y la oportunidad ha sido: tenemos menos camas de las que deberíamos tener por criterios de calidad a nivel global, vamos a trabajar las camas de UCI. En León tenemos una unidad magnífica, con un jefe de servicio absolutamente extraordinario, pero evidentemente tiene necesidades. Las que tenemos ahora están planteadas a corto medio y largo plazo. A corto plazo era para aquellos que no cubren el límite mínimo y necesitan más recursos; no es el caso de León. Pero tenemos ahora mismo ya montados todos los planes de contingencia para que si a medio plazo, incluso a corto plazo, necesitáramos 40 o 50 camas para pacientes críticos, tenerlas dispuestas para poder dar esa respuesta. Por un lado tenemos esos planes de contingencia. Yo ahora mismo tengo a todos los gerentes de todos los hospitales haciendo desescalada y reescalada al mismo tiempo. Y me explico: les tengo haciendo los proyectos de cómo normalizo nuevamente mi hospital para intentar dar respuesta a lo quirúrgico, a la lista de espera médica, a la lista de espera de pruebas diagnósticas, pero también cómo puedo hacer si mañana tengo un brote importante y tengo que volver a reescalar.
Inversión
«A corto plazo vamos a invertir 473.000 euros para equipar ocho puestos de UCI en León»
—En León han sido especialmente beligerantes tanto el Colegio de Médicos como el del Enfermería y eso provocó también un rifirrafe entre Igea y Villarig.
—Cuando Igea hizo referencia al principio hipocrático de ‘primero no hacer daño’ se refería a que en ese momento la Consejería tenía necesidad de hacer compras, era el momento álgido. Todas las personas volcadas en las compras de material tuvimos que hacer una frenada muy importante para poder mandar esa documentación a los juzgados. Lo que se decía es que no era el momento y para nosotros fue una sensación de estar frenando a las personas que estaban comprando material en el mundo. Hubo un momento en que mi Consejería parecía la Torre de Babel, había un montón de personas hablando en todos los idiomas para comprar material. A lo que se refería Igea es que esa frenada nos supuso dejar de comprar algo que es importante para conseguir la documentación, que la tenemos, evidentemente. Estamos en el momento de sumar y no de enfrentamiento. Colegio de Enfermería, de Médicos, sindicatos, todos tenemos que trabajar juntos.
—Hemos aplaudido todos los días al personal sanitario, pero también es verdad que cuando se empezaron a hacer contratos Covid hubo personas que legítimamente rechazaron asumir esos contratos. ¿Se les está aplicando la penalización de un año no oferta?
—No, para nada. Necesitamos a toda la gente. A las personas que han arriesgado su vida las tenemos que cuidar y mimar y se les prioriza, evidentemente. A los que no han querido, entendiendo eso perfectamente, no podemos prescindir de ellos. Están en la bolsa de trabajo y no está el sistema para despreciar a ninguna persona, pero los tenemos que reordenar. Hay gente que se contrató en un momento determinado en el Hospital y a lo mejor las necesitamos en Primaria haciendo vigilancia epidemiológica. Necesitamos todas las manos.
—En una hipotética segunda ola, que esperamos que no ocurra, contaría más con otros profesionales como los veterinarios, que se han quejado mucho de que no han jugado el papel que deberían haber jugado?
—En esta Comunidad, y en León concretamente, los veterinarios han jugado un papel clave. Esa queja no es de Castilla y León. Tuvimos muy claro que tienen laboratorios perfectamente preparados y de esto saben más que nadie. El coronavirus es un virus animal. Uno de mis líderes carismáticos y expertos es de León(en referencia al catedrático Elías Fernándo Rodríguez Ferri).
Fabricación local
«La Agencia del Medicamento evalúa a ADL para fabricar medicamentos contra el Covid-19»
—Él mismo lo dijo, que al principio no se contó con ellos y que ni siquiera sabían que hubiera en León un laboratorio de sanidad animal.
—La debilidad te da oportunidad. Aquí en la Universidad de León tenemos sanidad ambiental, animal, animalarios pecuarios, con los que tenemos mucha relación.
—¿Qué datos poseen para anticipar una segunda ola?
—Lo que pase todos los días. Hay virólogos que dicen que no va a haber nuevo brote y otros que sí y va a ser más importante. Lo que nos queda es vigilar y estar preparados con mucha organización y plasticidad interna para dar respuesta.
—La biofarmacéutica leonesa ADL se ha ofrecido tanto a la Junta como al Gobierno central para fabricar medicamentos...
—Yo se lo he mandado al Ministerio de Sanidad, que le parece una buena opción.
—La Agencia del Medicamento estaría en disposición de participar en la homologación de las instalaciones. ¿Hay contactos?
—Sí los hay. Están en la fase de evaluación. Lo que está haciendo la Agencia del Medicamento es que haya garantías para ver si hay garantías de fabricación de la citromicina y la hidroxicloroquina, todos los medicamentos utilizados en esta pandemia. Si hay garantías lo harán con seguridad. O al menos esa es nuestra apuesta. Si lo podemos producir aquí, hagámoslo aquí. La dependencia de China y de India ha sido necesaria porque no teníamos otra cosa. Hay que agradecer a todos los sectores privados y de industria que se han puesto desde el primer día a nuestra disposición a fabricar pantallas y cada uno como ha podido. Ha sido muy importante ese ayuda. Y estoy encantada con todas esas empresas que están reconvirtiendo sus sectores para dar respuesta a las necesidade
Un momento de la entrevista, con gel hidroalcohólico, mascarillas, documentación y con las medidas de distanciamiento social que imponen los protocolos de seguridad. RAMIRO¿La coordinación con Familia ha sido la deseada?
Sí, pero ha sido muy difícil. Somos la Comunidad con más porcentaje de personas mayores y más mayores en residencias. Creamos el Covid residencias, que nos fue muy bien, que ha frenado la tasa de letalidad que podíamos haber llegado a tener en las residencias, que ha sido mucha. Se ingresaron a los pacientes. No por estar en una residencia no se ingresaron. Se tomó la decisión de hacer una hospitalización a domicilio, es decir, que si esa persona podía quedar en la residencia le mandábamos oxígeno, hidroxicloroquina, citromicina, corticoides, morfina, si estaban en situación paliativa, y se podía enviar toda esa medicación que era la misma que se iba a poner en las plantas del hospital, pero sin sacar a las personas de su entorno porque se desorientan mucho los pacientes. Hemos tenido más de 4.500 ingresos de personas que estaban en residencias y han ingresado en los hospitales y a mayores de 88 años ingresados en la UVI. ¿Quién ingresa en la UVI?. El que tiene oportunidad de supervivencia. Si ingresar en la UVI es darte la puntilla no pintas nada en la UVI. Son decisiones que se toman en medicina todos los días.
¿Va a tener más presupuesto la Consejería de Sanidad?
Sí, sí.
¿Se sabe cuánto más?
A la Consejería de Sanidad le corresponden de los fondos no reembolsables del Estado 525 millones para financiar íntegramente el gasto Covid que recibiremos en dos tramos. El primero en julio, de 350 millones, y el segundo en noviembre, de 175. Nosotros no estamos de acuerdo con el último cambio porque nos parece que la distribución del dinero se tenía que hacer por las personas afectadas, es decir, por la incidencia de la pandemia, no por el número de personas que tienes. De esta manera, en Castilla y León siempre palmamos porque tenemos poca población pero muy anciana. Sólo intentar adaptar el sistema sanitario a contexto Covid, ya lleva una buena montonera de dinero que ya hemos gastad
Fuera del Covid, las Cortes de Castilla y León han aprobado una PNL que obliga o compromete a los hospitales públicos a practicar interrupciones voluntarias de embarazo. ¿Cómo valora esta medida? ¿Cómo se va a aplicar?
—Compromete que en la cartera de servicios esté incluida la interrupción voluntaria del embarazo en todos los hospitales públicos. También hay un marco legal que obliga a escuchar la objeción de conciencia. He pedido que actualicemos el registro de objetores de conciencia porque el que tenemos es de 2010 y las cosas han podido cambiar. Y quiero evaluar cómo se están haciendo las ive: las que se hacen en el sistema público, las que hacen concertadas y con qué medios, es decir, si es farmacológica, instrumental. Eso lo tenemos que actualizar.
Hemos seguido diariamente sus ruedas de prensa telemáticas. ¿En algún momento pensó en dimitir?
No.
¿Nunca?
No. He estado muy triste. Emocionalmente ha habido días muy duros, pero precisamente son las ratas las que salen cuando el barco está mal. A lo mejor pues me voy cuando esto esté bien, pero en los momentos duros, no. En los momentos duros lo que se necesita es templanza, mantener la cabeza fría. Organizar lo más que puedas. Planificar y estar muy atento a lo que está pasando pero… no, no, no…. No cabe en mi cabeza. Los retos… Este reto ha sido estupendo. No he tenido en toda mi vida profesional un reto como este y mira que he tenido retos. Este ha sido el más grande. Es un reto apasionante para alguien que cree mucho en el sistema sanitario público, en el sistema español y en nuestra organización. Dimitir, no. Decir: ‘¡Ay, Dios que esto se acabe!’, todas las mañanas.
—Hay otras comunidades con dimisiones, aquí dimitió el consejero de Empleo y ha habido renuncias a otra escala. ¿Ha habido dimisiones atribuidas al sobreesfuerzo?
—A la gestión del Covid, no. Han sido razones personales. He de decir que tenemos un equipo extraordinario tanto en periférico como en central. No ha habido nadie que haya puesto ninguna pega. Todos los gerentes a primera hora de la mañana dan parte de la situación de su hospital, tenemos reuniones (les tenemos completamente abrasados porque nos parece importante saber qué está pasando y qué problemas tenemos. Esto ha sucedido sábados, mañanas, tardes, he mandado muchos mensajes a las cinco de la mañana o a las tres y media porque había problemas muy gordos que había que solucionar. Creo que no es el momento de irse de ninguna de las maneras. Hay que estar ahí y pelear, que es duro, durísimo… He llorado lo que no está en los escritos.
—En un incendio como este en el que usted ha ejercido de bombera, ¿Qué pensaba teniendo el pirómano al lado?
—Que le odiaba con todas mis fuerzas, si el pirómano es el coronavirus.
—Yo me refería a Igea… Me imagino que no le odia con todas sus fuerzas, que podría ser también. Porque cuando uno está intentando apagar un incendio, otro lo enciende por otro lado...
—He de decir que a nivel personal, Francisco Igea nunca jamás ha interferido en mi trabajo. Nunca jamás.
—Me refiero al contexto
—Yo desde luego no he sentido ni en riesgo mi trabajo, ni en riesgo lo que estábamos haciendo… Yo me refería al coronavirus, al que odio con todas mis fuerzas. A Francisco Igea, no, por cierto.
—Un matiz sobre el desgaste. Muchos médicos de familia después de esto, con 65 años, no se van a reenganchar. Eso es una queja generalizada.
—Muchos no… Eso es lo que nos obliga a reorganizar el sistema, pero no ahora con el Covid. Ya antes. Antes de esta situación me paseé por todas las provincias.
—Me refiero a que no se quieren reenganchar.
—Depende mucho de la carga de trabajo. Tenemos médicos de familia que están completamente ahogados. Y eso es lo que tenemos que reorganizar. Tenemos que ver si podemos hacer que se reenganchen o no. Yo cuento con sus jubilaciones. Si luego quieren quedarse más tiempo… En una reunión con médicos de familia (no en León) que tenían muchísimas tarjetas y otros con muy pocas tarjetas, unos me decían: estoy contando las horas para tener 65 años y largarme; y otros: como si me quieres tener hasta los 80. Ni una cosa, ni otra
No hay comentarios:
Publicar un comentario