Venezuela sin gasolina
Esta semana, colas para coger gasolina en Venezuela. Hace unos días, alborozo incontenible en el régimen bolivariano porque había comenzado el puente naval por el que Irán le va a ir mandando petroleros según le vayan llegando las reservas de oro que Maduro les envía a los ayatolas, aquellas que dicen las malas lenguas viajaban en el avión de Delcy Rodríguez en esa madrugada de tanto trajín en Barajas sobre la que Ábalos dio seis versiones distintas y seguramente las seis eran falsas. Se rio mucho el ministro de Transportes de la teoría de los lingotes que supuestamente llevaba el avión de la vicepresidenta chavista, pero es que a las dos semanas el oro de los venezolanos seguía dando tumbos
por medio mundo. En Aruba fue interceptado un avión con un cargamento de casi mil kilos de guardados en maletas. Su valor en el mercado sería de unos 44 millones de euros. La aeronave partió de Ciudad Bolívar, junto al río Orinoco, y su destino era México. Y así, la que se conoce como la «Delcy Airlin...gotes» el régimen va esquilmando la riqueza del país, empobreciéndolo más y más. Porque el expolio del oro es un hecho y parte de él está sirviendo para pagar el petróleo que importa un país con las mayores reservas de crudo del mundo, casi doblando las de Arabia Saudí. Hablamos de un Estado que tenía que ser una formidable potencia energética pues flota sobre un inmenso océano de crudo (pesado y más caro de refinar sí, pero oro negro al fin y al cabo) y que ahora se ve obligado a comprarlo fuera por la desastrosa gestión de los cabecillas de Miraflores. Por eso Teherán envió allí cinco buques con 1,5 millones de barriles. Los ayatolas se quedaron con los lingotes pero además, una vez refinado, el régimen le pasa al cobro parte del flete a los venezolanos, que ahora pagan por llenar el depósito.
La gigantesca corrupción, el caos gestor, la absurda militarización de las instalaciones y el contrabando rampante y descontrolado han convertido a Pdvesa, aquella inagotable mina de riqueza que era la envidia del mundo entero por su prosperidad, en un armatoste ineficaz, en el último cadáver del régimen. Ni oro ámbar ni oro negro, nada van a dejar. La revolución bolivariana, aquella que tanto entusiasma a la ultraizquierda de aquí, era esto: apenas el camino más corto a la miseria.......Álvaro Martínez
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