No Al Olvido

sábado, 13 de junio de 2020

# Churchill, encajonado.. El Ingreso Mínimo Vital es una derrota para una España al borde de la ruina..Roberto centeno.Vides 2..Distrito TV..!!!


Se opondrían a Hitler como él hizo los que hoy quieren derribar su estatua?


Boris Johnson escribió una biografía de Churchill en 2014, para presentarse ante su país como un reflejo -pop y de serie B- del gran héroe. El libro no es muy allá, pero se abre con una anécdota estupenda que denota un talante liberal. Siendo primer ministro, Churchill contaba con un secretario de Estado homosexual, buen amigo suyo. Con frecuencia era sorprendido en lances sexuales en baños públicos, pero no trascendía. Hasta que en una noche de febrero fue visto en un banco de Hyde Park, en pleno intercambio con un soldado de la Guardia Real a las tres de la madrugada. Revuelo en el Partido Conservador, cuyo líder parlamentario vio el asunto tan grave que viajó con urgencia a Chartwell,
 la mansión campestre de Churchill, para abogar por una destitución inmediata. El premier lo recibió en su estudio, puro en boca y aparentemente atareado en sus papeles. Casi sin mirarlo, rezongó: «¿En qué puedo ayudarlo?». El otro le contó la historia. «Hmm... Si le he entendido bien, me dice que con un guardia», preguntó Churchill. «Sí, primer ministro». «¿Y en Hyde Park?». «Sí, primer ministro». «¿Y a las tres de la mañana?». «Sí, primer ministro». Churchill apuró una calada y concluyó: «¡Con este tiempo! Y en febrero. Dios santo. Este hombre te hace sentirte orgulloso de ser inglés».

Nacido en el Palacio de Blenheim en 1874 y con la sangre del Duque de Marlborough en sus venas, Churchill es un personaje complejo. Puede ser considerado como el último estadista victoriano. Hijo de su tiempo, algunas de sus observaciones colonialistas y racistas hoy nos rechinan. Defendía el sistema clasista inglés con un paternalismo altivo y su carrera es un tobogán de éxitos y estrepitosos fracasos, como su error estratégico en Galípoli, en 1915, que provocó una matanza. En la Segunda Guerra Mundial, EE.UU. puso el dinero y Rusia, la sangre. Pero Churchill es la fuerza moral tozuda que espolea el esfuerzo contra el nazismo. Sin él, la libertad habría perecido en Europa. En cincuenta años de vida pública dejó además otras contribuciones. A los 33 años, siendo ministro del Partido Liberal, trajo la jornada de ocho horas, el salario mínimo y el seguro de paro. El siempre miope «Daily Mail» condenó su «radicalismo rojo». Churchill era un gran orador, un humorista espontáneo y un iconoclasta alérgico a la corrección política. Estajanovista, escribió más libros que Dickens y Shakespeare juntos y en 1954 recibió el Nobel de Literatura por «su defensa de los valores humanos». Liberal y temprano anticomunista, ya abogaba en los años treinta por unos «Estados Unidos de Europa».

En Londres han tenido que embalar su estatua frente al Parlamento, donde fue diputado sesenta años, para protegerla de manifestantes de ultraizquierda que han convertido la causa justa del Black Lives Matter en una batalla vandálica contra el capitalismo y la democracia liberal. Como recuerda con acierto Boris, esa escultura honra a quien «salvó a británicos y europeos de una tiranía fascista y racista». ¿Se plantarían contra Hitler con sangre, sudor y lágrimas los valientes que ahora quieren derribar la estatua? Ni de coña....Luis Ventoso

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