No Al Olvido

miércoles, 17 de junio de 2020

# Sin el visto bueno del patronato.. Presume de haber salvado él 450 mil vidas"..Carlos Herrera ha repasado los temas del día en el monólogo de las 8 de 'Herrera en COPE'. El comunicador de COPE ha hablado de la 'dexametasona', un corticoide que sirve para reducir la mortalidad de los enfermos de Covid. ....Vídeos 2....!!!!

Tanto José Guirao como Javier García Fernández han faltado a la verdad

La polémica sobre la salida de España de cuatro cuadros de la colección de Carmen Cervera pone de manifiesto los navajazos entre los dos ministros de Cultura que ha tenido Pedro Sánchez -en realidad fueron tres, pero a Máximo Huerta no le dio tiempo ni a recorrer el amplio edificio de la plaza del Rey. José Guirao fue llamado al rescate de Sánchez cuando los ministros todavía dimitían. Él aplicó la política que ya promovía un ministro de Agricultura de Aznar: los ministros que no hacen nada son los que más duran. Y lo único que él hizo fue cargarse la fusión entre el Teatro Real y el Teatro de la Zarzuela porque cuatro sindicalistas veían peligrar algún privilegio y
 no era cosa de contrariarlos. Guirao fue para Sánchez como César Antonio Molina para Zapatero: un hombre del mundo de la cultura que vestía muy bien el cargo. Pero tuvo un final abrupto, como Molina, al que hubo que enviar un avión militar a Egipto a traerlo de vuelta a España para poder destituirlo porque eso no se podía hacer mientras estuviera fuera del territorio nacional.
El propio Rodríguez Zapatero explicó a Molina que lo relevaba de esa cartera porque necesitaba «alguien con glamur» del que el prestigioso autor no tenía suficiente. No parece que el comentario ofendiese a la glamurosa Ángeles González Sinde. Ya veríamos qué hubiese ocurrido si los medios se enteran de que un Aznar o un Rajoy han hecho un comentario así de una de sus ministras. Cuando Moncloa filtró a los medios que Guirao no seguía como ministro, él también debió de pensar que llegaba alguien glamuroso. O, como diría la ministra Irene Montero, «un ministro superguay». El resultado fue José Manuel Rodríguez Uribes, que le debió de parecer tan «guay» a Guirao que renunció a su recién estrenado escaño de diputado por Almería.
La relación de Rodríguez Uribes con la cultura y el deporte sigue siendo ignota seis meses después de su nombramiento. Lo más que ha sabido decir del «Mata Mua» de Gauguin es que es un cuadro «bonito» y que vale 40 millones de euros. Ni del valor de la obra en cuestión se ha enterado. De lo que sabe Rodríguez Uribes es de anticlericalismo y por eso en la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE es el encargado del área de laicidad. Quizá por ser consciente de su ignorancia en la materia volvió a colocar al frente de la negociación con Carmen Cervera a Javier García Fernández, que había sido subsecretario con Guirao y que es quien ha defendido desde estas páginas la posición del ministro. Por cierto, diciendo que él cesó como subsecretario con Guirao «por haberme jubilado como catedrático». ¿Qué tendrá que ver el tafanario con las témporas?
Hay algo en lo que uno y otro bando, tanto José Guirao como Javier García Fernández, han faltado a la verdad: ambos dicen que los cuadros eran propiedad de Cervera y que ella se los podía llevar cuando quisiese. Falso. El contrato de 2002 por el que ella deposita su colección en el museo especifica que para poder sacar de España para poner a la venta una obra que estuviese en el museo, necesitaba el visto bueno del patronato. Ese contrato se ha prorrogado múltiples veces desde 2012. Prorrogar quiere decir que sus términos siguen siendo los mismos. Por lo tanto, Carmen Cervera se ha llevado los cuadros sin el visto bueno del patronato e incumpliendo el contrato. Salvo que se haya ocultado que el contrato ya no esté en vigor y eso le haya permitido sacar los cuadros sin violar ningún acuerdo. ¿Sigue en vigor el contrato?
Es difícil hacer las cosas tan mal en un ministerio como el de Cultura. Pero con el sanchismo-leninismo todo es posible.....Ramón Pérez-Maura

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