Todo lo que acontece debería quedar
grabado y bien escrito para que las
generaciones futuras aprendan y eviten errores
como los que ahora hemos cometido,
cada uno en su proporción y responsabilidad.
Pero hoy hemos comprobado que
la historia sólo nos enseña que el género
humano nunca aprende de las lecciones de
la propia historia. Somos con mucho,
los contemporáneos, los peores jueces de
nuestro tiempo. Deberíamos aspirar a ser
unos buenos antepasados. Lo que quiere decir
que haríamos las cosas bien para dejarles
un mundo mejor a nuestros descendientes:
una España mejor. Me temo que, sin embargo,
Sánchez ya anunció el sábado que el
endeudamiento en el que vamos a incurrir
será una pesada herencia que les dejaremos a
nuestros nietos, a los españoles del futuro.
Ojalá se equivoque Sánchez una vez más.
Ojalá España y los españoles sepamos gestionar
esta crisis de tal manera que a las generaciones
del futuro solo les queden las evidencias de que
este tiempo duro, complejo y confuso sirvió
para que todos seamos un poco mejores y
que nadie hipotecó el futuro de los españoles....Bieito Rubido
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