Una falsedad bien televisada se convierte en una neoverdad
A Iván le chiflan los eufemismos pomposos. Frenar absurdamente durante 14 días toda la actividad productiva en España, agravando así el inminente descalabro, lo llamaron «la hibernación de la economía». Machacar a impuestos a los que se han esforzado por prosperar en un país donde 20 millones de personas ya perciben ayudas del Estado lo denominan «nuevas figuras fiscales». Empezar a salir a la calle tras cincuenta días de un estado de alerta dudosamente constitucional es «la desescalada». Y lo que llegará tras ella, «la nueva normalidad» (plagio del asesor Redondo de una expresión tópica en el mundo anglosajón). Políticamente hace ya mucho tiempo que nos hemos instalado en una «nueva normalidad», que consiste en la aceptación de la mentira:
-Enero de 2018. Ábalos garantiza que el PSOE jamás llegará al poder con apoyo separatista: «Nosotros no tenemos tal ansia de gobernar a toda costa; y desde luego, mucho menos a costa de la unidad territorial de este país, eso jamás. No hemos tenido jamás interés en un Gobierno en precario y dependiente de fuerzas que no comparten nuestra visión de España, que ni siquiera comparten nuestro modelo de Estado. No es posible una moción de censura con esos apoyos». Seis meses después, el PSOE presenta una moción de censura precisamente con esos apoyos que nunca aceptarían. La nueva normalidad: la mentira.
-Junio de 2018. Debate de la moción de censura. Sánchez defiende la regeneración y criticando la corrupción del PP les pone un ejemplo: «En Alemania, personas que han desempeñado responsabilidades ministeriales y se les ha descubierto que han plagiado una tesis, lo que han hecho es dimitir». Dos meses después, ABC revela que Sánchez incurrió en plagios en su tesis cum laude y lo documenta con pruebas inequívocas. Sánchez no dimite, por supuesto, sino que niega la mayor, truca el programa de medición de plagios de una empresa alemana (que se lo afea) y amenaza a ABC con una querella inmediata (que debe haberse extraviado de camino, pues jamás llegó).
-Octubre de 2019. Sánchez resalta que no podría dormir con un Gobierno de coalición con Podemos y en los debates electorales anuncia que endurecerá la ley a fin de atajar los desafueros del separatismo. Noviembre de 2019, una vez pasadas las elecciones, firma de inmediato una coalición con Podemos y abre una mesa para otorgar más prebendas a los separatistas. La nueva normalidad: la mentira.
-Abril de 2020. Sánchez se jacta en su enésima comparecencia televisiva de que «España es el octavo país del mundo que realiza más test según la OCDE». A esa hora era ya del dominio público que la OCDE había corregido su ranking para descender a España al puesto decimoséptimo, tras descubrir que nuestro Gobierno había mezclado churras con merinas para salir más guapo en la estadística. La nueva normalidad: la mentira.
Al sanchismo todo esto le parece normal, porque una mentira bien repetida en sus maratones televisivos se convierte en una neoverdad. A mi me parece una burla inaceptable. Pero probablemente soy un raro. O igual no...Luis Ventoso
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