No Al Olvido

lunes, 6 de abril de 2020

# Balance de urgencia .El Gobierno está intentando tapar sus miserias con todos los medios posibles" Manuel LLamas...Vídeos..2 El Distrito TV


Un gobierno de párvulos perversos tiene su nombre propio: tragedia

El balance es desolador: el de una tragedia que no tiene precedente salvo en tiempo de guerra. Es ahora difícil mantener la cabeza fría. La muerte sigue ahí. Al acecho. Pero, en los tiempos más duros, mantener la cabeza fría es obligación moral. Nada va a borrar nuestras emociones ni nuestros desgarros. Nuestro resentimiento, tampoco. Pero es hora de que la razón hable. Sólo. El Gobierno español se ha ido a pique en una loca amalgama de sectarismo e incompetencia. Cataloguemos sus derivas.

Sectarismo ideológico, por un lado. Fue primero lo del 8 de marzo. Los organismos internacionales llamaban, desde final de febrero, a evitar concentraciones masivas. Era hora de iniciar los aislamientos. El Gobierno no lo hizo. Tenía sus
 motivos para no cerrar estadios, cines, teatros, conciertos, bares, restaurantes, centros de culto antes de empezar marzo. Era la única coartada posible para mantener la convocatoria de unas manifestaciones que PSOE y Podemos juzgaban fuente clientelar de votos. De aquellas manifestaciones, pero también de los lugares públicos que para enmascararlas se mantuvieron abiertos durante dos locas semanas, vino la espiral que hace hoy a España el tercer país más contagiado del mundo. Vinieron las medidas económicas, luego: infantiles arbitrios populistas. De ellas, vendrá la quiebra. Añadir miseria a una plaga no es muy inteligente: pero, ¿qué puede contar la inteligencia para un discípulo de Nicolás Maduro? Y hasta Maduro habrá envidiado la censura ejercida en las ruedas de prensa del amigo Sánchez. Y también Kim Jong-un.....

Incompetencia aplastante, simultáneamente. Se empezó con el sarcasmo de las mascarillas. Cruciales para contener el virus en China. 
El Ministerio de Sanidad no las había acumulado. Y decidió mentir: el Gobierno proclamó que aquellas feas cosas no servían para nada, hizo irrisión de los estúpidos ciudadanos que las usaban; hoy, toda Europa asume que hubieran sido esenciales. Pero el momento suicida fue el de los test. Sin ellos, no hay posibilidad alguna de salir del marasmo. Sólo el rastreo masivo de los contagiados reales permitirá un aislamiento selectivo, sin el cual no habrá retorno al trabajo. El Gobierno compró alucinantemente tarde. 
Compró criminalmente mal y fue estafado. Vino después el robo turco del material comprado… Y todo esto ni siquiera nos asombra. En el mayor cataclismo del último medio siglo, un gobierno de párvulos perversos tiene su nombre propio: tragedia.

Nada nos resarcirá de los doce mil quinientos muertos. Nada evitará la ruina que va a llevarse por delante nuestro país. Habrá que pedir, en su día, cuentas judiciales al Gobierno que desplegó tales dosis de negligencia. Con verosimilitud, culposa; no sé en qué grado criminal. Mas toca ahora apelar al instinto de supervivencia. De todos. Sólo un gobierno adulto -sin más, adulto sólo- puede cerrar la tragedia y mitigar los costes. Un gobierno que concentre a todos los partidos constitucionales. Y que excluya sólo a los delirantes.....Gabriel Albiac

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