El editorial de El Mundo apalea a Pedro Sánchez por exigir a su grupo parlamentario a oponerse al tratado de libre comercio entre la Unión Europea y Canadá y unirse así al voto de extremistas como Podemos:
El líder socialista se ha lanzado a buscar todos los atajos posible para alcanzar La Moncloa, aunque el precio a pagar sea demasiado elevado.Teodoro León Gross detalla lo que trae el nuevo PSOE de Sánchez:
El newPSOE maneja dos claves para redefinirse: la primera es la podemización táctica y la otra clave es el marketing del neosanchismo.Luis Ventoso, en ABC, se pone en modo cinéfilo para definir al nuevo-viejo secretario general del PSOE:
Sánchez 2, El Podemizado, viene fuerte y con un único programa: asco patológico a Rajoy.Mayte Alcaraz arde en deseos de ver cómo Sánchez convence al alcalde socialista de Lérida que el PSOE apuesta por la plurinacionalidad:
Tengo una inquietud que solo Pedro Sánchez puede mitigar. Es saber cómo le explicará a su compañero, el alcalde de Lérida Ángel Ros, por qué un partido Obrero Español quiere que la E de su segundo apellido sea desmigada en naciones.El editorial de La Razón golpea duro a Sánchez por oponerse a ese tratado comercial entre Canadá y la Unión Europea:
Los proyectos de gobierno no se construyen en torno a espasmos tácticos ni sobre posiciones populistas y antiglobalizadoras con que sintonizar con Podemos por mucho que Pablo Iglesias fuera el primero en aplaudir la oposición al Tratado.Gabriel Albiac, en ABC, opina sobre los dos concejales de marras del Ayuntamiento de Madrid y considera que al final aplicarán la máxima de Groucho Marx:
Sánchez Mato y Mayer pueden ser salvados por sus compis. Al precio de borrar su código y sustituirlo por uno distinto. Nada hay de extraordinario en eso. Groucho Marx lo teorizó tajantemente: "Éstos son mis principios; si no le gustan, tengo otros".Ignacio Ruiz-Quintano va en la misma línea que Albiac:
Sánchez colocó en el Ayuntamiento a Podemos por el módico precio de un código ético con el que Podemos se marca ahora un Groucho (éste es mi código ético, pero si no le gusta tengo otro).El editorial de El País tiene claro que los dos concejales de Ahora Madrid, Celia Mayer y Carlos Sánchez Mato, tienen que dimitir si se atuvieran a su propio código ético:
Adoptar un código ético pero rechazar cumplirlo cuando afecta al que lo promulga no parece el mejor camino para regenerar las instituciones.Alfonso Ussía se troncha del incumplimiento del código ético de los dos concejales del Ayuntamiento de Madrid:
No es el momento de mandarlos a paseo. Con una paga extraordinaria pendiente de recepción y unas vacaciones a la vuelta de la esquina, exigir su dimisión o su expulsión de acuerdo a su código ético se me antoja un desenlace muy poco cercano a la caridad y la paciencia.http://www.periodistadigital.com/
MRF
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