Desde el Cuerpo Nacional de Policía se ha adelantado la intención de dar continuidad a este curso «por la gran acogida e interés suscitado».
Por último, desde la Comisaría de Policía de Ponferrada se ha querido agradecer la colaboración mostrada por el gimnasio Bierzo Fitness, donde se desarrolló el curso.
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Magistrado del Juzgado Central de lo Penal de la Audiencia Nacional, por sus manos han pasado casos tan mediáticos como el del etarra Iñaki de Juana Chaos, que en 2006 mantuvo dos huelgas de hambre, y su nombre ha estado cerca de sustituir al juez Velasco, encargado de los casos de corrupción de Púnica o Lezo. Es Ricardo Rodríguez Fernández y ayer participó en Ponferrada en la segunda jornada del curso de formación descentralizada ‘Justicia y Medios de Comunicación’ que el Consejo General del Poder Judicial ha celebrado en Ponferrada bajo la dirección de la jueza decana Silvia Martínez Cantón.
Rodríguez, que tituló su curso ‘La Audiencia Nacional y los medios de comunicación. Secreto en la instrucción y publicidad absoluta en el juicio oral», tiene claro cuál debería ser la prioridad cuando chocan dos derechos como el de recibir justicia e informar. «Hacer Justicia prevalece sobre el derecho de información», afirmó en un improvisado encuentro con medios de comunicación locales poco antes de la clausura del curso en el Castillo.
Cambiar la ley
Rodríguez entiende que las filtraciones de datos contenidos en un sumario que ha sido declarado secreto por un juez pueden perjudicar a una investigación. «La instrucción debe ser secreta. Si por una filtración el acusado puede conseguir evadir dinero o si se destruye una investigación de cinco años, eso impedirá que se haga Justicia», manifestó. Por eso abogó por cambiar la Ley de Enjuiciamiento Criminal después de casi siglo y medio para poder sancionar no sólo al filtrador —el delito de revelación de secretos está penado en España con entre uno y cuatro años de prisión y para los abogados con multa, recordó— sino también al medio que publica la filtración si el juez «ha dado orden expresa de que no se publique».
Rodríguez insistió en que eso ya ocurre en el derecho anglosajón, «pero no en España». Y el periodista, que al fin y al cabo realiza su trabajo al amparo del derecho de información le pregunta de nuevo porque palabras similares del ministro de Justicia ya crearon una polémica hace unos meses.
—¿Habría que sancionar al filtrador y también al medio de comunicación, entonces?
«Las dos cosas», responde otra vez. Sin dudar.
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Una cinta de balizamiento y un cartel disuasorio colocado por los agentes medioambientales indica el peligro: ‘Prohibido el paso por control fitosanitario’ y delimita la zona donde se ha detectado un ataque de tinta o carbón del castaño —Phytophthora— que amenaza la pervivencia de los ejemplares milenarios que, junto a los picachos rojos, le han valido a Las Médulas ser considerados Patrimonio Mundial de la Humanidad.
«El primer síntoma lo vio un vecino de Médulas hace un mes. Ahora los efectos se han extendido y ya afecta a una franja de unos cien metros de ancho y unos 400 de largo», señala Santos Oviedo, castañicultor profesional de Médulas y la persona encargada de realizar el ‘raspado’ a un ejemplar afectado para que el laboratorio palentino de Calabazanos determine la tipología de Phytophthora que está detrás de este ataque.
El brote surgió en torno a fuente conocida como de Tía Viviana, desde donde, todo parece indicar que se fue propagando por las aguas subterráneas de ese ‘valle’ tintando de negro las raíces de los castaños. «Los primeros síntomas son que se empiezan a secar las hojas de las zonas más altas de la copa del árbol y una pérdida de vigor», señala Oviedo, quien calcula que los ejemplares afectados «fácilmente pasarán ya del centenar».
Ahora la preocupación de los vecinos del pueblo es frenar el avance. «Algún ejemplar por debajo de la carretera a la Cuevona ya está mostrando los primeros síntomas, con lo que mucho nos tememos que toda esa vaguada haya sido afectada por las corrientes de agua. Lo importante es frenar el avance hacia los lados».
De ahí la primera medida adoptada por los agentes medioambientales de la Junta de cortar el acceso de turistas por la senda de las Valiñas que conduce, entre los castaños, al Mirador de Orellán, al objeto de evitar que los caminantes se conviertan en agente propagador de las esporas del hongo de la tinta, al adherirse a la suela del calzado.
A esta acción, los vecinos de Médulas y los castañicultores piden que desde la Junta de Castilla y León sume, de manera diligente, otras, como el vallado de la zona delimitada para evitar que animales penetren en la misma y puedan se transmisores de una enfermedad que resulta muy difícil de eliminar una vez ataca a un ejemplar de castaño. Para evitar su propagación por las aguas subterráneas, también se apuesta por la apertura de zanjas en el perímetro de la zona afectada y esparcir cal para frenar el avance.
«Es un hongo que ataca a la raíz y provoca que se seque el ejemplar. Hay tratamientos químicos que no son muy efectivos y hay otro tratamiento biológico, con otro hongo que es antagonista de la Phytophthora como es la Trichoderma SP, que es más efectivo. Pero lo fundamental en este momento es frenar la propagación», señala Oviedo señalando directamente a la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León.
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MRF
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