No Al Olvido

miércoles, 1 de abril de 2020

# Vivir sin permiso.. la "tendencia clara al intervencionismo"...Esta mañana en 'Herrera en COPE', el comunicador de la radio Carlos Herrera, ha repasado la actualidad del día en su monólogo de las 8. Hoy vuelve a analizar en primer lugar las cifras del coronavirus, haciendo a su vez también una crítica a las medidas del Gobierno....Vídeos 2...!!!!!

¿De verdad pretende alguien hacernos creer que esa Galicia tiene algo que ver con la realidad?
Recluidos en casa como estamos, llenamos el tiempo con la lectura y con la inmensa oferta de series de televisión, que es casi infinita, gracias a las numerosas plataformas que existen hoy en día. No sabría decir por qué razón acabé viendo los 23 capítulos, de unos 75 minutos cada uno de una serie llamada «Vivir sin permiso». Estoy seguro de que si no hubiéramos pasado por esta situación jamás lo hubiese hecho porque tendría muchas maneras mejores en las que invertir mi tiempo. Es una ficción protagonizada por José Coronado sobre una familia de capos del narcotráfico en Galicia. Hasta ahí, podría decirse que es plausible. Lo que me ha impresionado y me parece digno de comentar es que
 la trama de la serie pueda parecer verosímil para una gran audiencia. Sería imposible resumir esa trama en estas líneas, pero déjenme hacerles un esbozo.
Los capos son el matrimonio Bandeira, Nemo y Chon, poseedores de un deslumbrante pazo palaciego, y reciben a Berta, la hermana de Chon, que viene de México, donde está casada con otro narcotraficante, Germán Arteaga «El Gallo de Michoacán». Berta tiene relaciones sexuales con Daniel Arteaga, el hijo de su marido, que es bisexual. Al poco Arteaga padre consigue que lo trasladen de una cárcel mexicana a una cárcel en la localidad gallega de Oeste en la que tiene lugar la trama. Arteaga tiene una vida en la prisión española bastante mejor que la que tenemos hoy usted y yo, querido lector, recluidos en nuestras casas. Tiene una suite envidiable por la que pasa quien él quiere, en la que come cada día las mejores mariscadas y de la que sale cuando le apetece. La Policía española está a su servicio. Y Arteaga se pone a disputar el control del narcotráfico a su cuñado Bandeira. Como forma de frenar a Germán Arteaga, la hija de los Bandeira, Nina, se casa con Daniel, el hijo bisexual del mexicano. Pero con eso no basta y finalmente se lía con el propio Germán, el padre de su marido. Entre tanto, Berta, la mujer del Gallo de Michoacán, es asesinada por su hijastro y examante, por haberle contado a su padre su condición bisexual. Pero nadie se molesta en investigar mucho la desaparición de ella ni la de los otros muchos muertos que van quedando por las cunetas. En España la Policía no parece dedicarse a esas cosas. En España el policía que investiga la red de los Bandeira es drogadicto, él mismo y su compañera del cuerpo policial acaba manteniendo una relación sexual con la magistrada que investiga el caso.
No voy a cansar al lector con más descripciones de la trama, sólo mencionar la feliz sorpresa de la escena en la que el narco protagonista, Nemo Bandeira, da una rueda de Prensa en su pazo en la que en primera fila, bloc de notas en mano, está mi compañero de la sección de TV de ABC Federico Marín Bellón haciendo un cameo.
Yo comprendo que esto no es más que ficción, a diferencia de las series sobre Pablo Escobar, que describen barbaridades muy reales. A mí, como orgulloso colombiano por voluntad propia, me duele muchísimo ver esa realidad de Colombia que se describe en las series y películas sobre Escobar. Pero están basadas en hechos reales. ¿De verdad pretende alguien hacernos creer que la Galicia que se describe en «Vivir sin permiso» tiene algo que ver con la realidad? ¿Alguien se atreve a sostener que poblaciones enteras de las rías gallegas apoyan a los narcotraficantes y los aclaman contra la acción de las autoridades?
Hay algo que funciona muy mal cuando en nuestra sociedad disfrutamos con este grado de depravación presentado como algo cotidiano entre nosotros. Y, lo que es peor, me temo que la serie pueda haber recibido alguna subvención, lo que haría que esto lo hayamos pagando usted y yo, querido lector. Cornudos y apaleados......Ramón Pérez-Maura

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