Tras casi seis meses paradas, las centrales de As Pontes (La Coruña) y Litoral (Almería) no volverán a funcionar. Endesa comunicaba ayer el cierre de sus dos últimas térmicas a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Lo hacía después de que el Consejo de Administración de la eléctrica decidiese dar su adiós definitivo a la producción a través del carbón, uno de los combustibles responsables del cambio climático que se ha quedado fuera del mercado energético español.
En lo que va de año, las térmicas de Endesa prácticamente no han sido capaces de vender su producción. En abril, la compañía decidía parar los hornos después de que los costes se hubiesen disparado. En su escrito a la CNMV, Endesa apunta al «precio internacional de las commodities y a los nuevos mecanismos de regulación del mercado de derechos de emisión de dióxido de carbono (CO2)» como los responsables de desplazar a las térmicas frente a otras tecnologías. En virtud de los acuerdos firmados para luchar contra el calentamiento global, la Unión Europea se ha propuesto reducir un 40% las emisiones de CO2. Desde Bruselas se fijan los objetivos generales y después cada Estado pone en el mercado las toneladas que le corresponden. Para poder emitir, las industrias deben pagar un precio que se negocia en un sistema similar a la Bolsa. Si en 2018 la tonelada de C02 costaba 8 euros, ahora el precio ronda los 27. El sobrecoste expulsó a las térmicas de la subasta eléctrica.
El cierre se produce pese a que Endesa, a diferencia de otras eléctricas como Naturgy, había decido apostar por la producción de carbón y estaba acometiendo inversiones para adaptar sus plantas a las nuevas directivas anticontaminación de la UE. En As Pontes ejecutaba una inversión de 220 millones de euros para reducir sus emisiones de gases contaminantes como el dióxido de azufre o el óxido nítrico. En teoría así podría seguir funcionando hasta el año 2035, según la normativa europea. Pero la reforma de la central no le iba a permitir emitir menos CO2, dado que no es posible técnicamente reducirlas
La decisión de Endesa cayó ayer como un jarro de agua fría en la localidad coruñesa. La térmica cuenta con 160 personas en plantilla y otras 600 trabajan para compañías auxiliares. Además 150 camiones trasladaban hasta hace poco el carbón importado desde el puerto de Ferrol hasta As Pontes. Los transportistas mantienen encierros en los Ayuntamientos de Ferrol, As Pontes y Vilalba desde hace 20 días. Ayer tras conocer la noticia del cierre ya advertían que endurecerán las protestas. También los trabajadores de la plantilla directa de la central exigieron al Gobierno central y a la Xunta una reunión «urgente» con Endesa. En declaraciones a Europa Press, Alberte Amado, de la CIG, reclama a la compañía que «haga un anuncio claro de compromiso con la localidad» y que dé a conocer «qué alternativas va a dar» para que «el impacto se minimice».
En su comunicación a la CNMV, Endesa apunta solamente a que va a «evaluar opciones de futuro» para los emplazamientos de las centrales de As Pontes y Almería. Si opta por desmantelarlas definitivamente el proceso será largo, alrededor de unos cinco años. El alcalde de As Pontes, Valentín González Formoso, también mostró ayer su preocupación y exigió una «respuesta clara» a la eléctrica y al Gobierno central «sobre cuál va a ser el escenario a corto plazo» y compromiso con el empleo.
Por el momento, la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha convocado una reunión para el próximo lunes con los trabajadores de Endesa, los agentes locales y la empresa para conocer de primera mano la situación, valorar escenarios y estudiar los pasos a seguir....
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