No Al Olvido

lunes, 14 de octubre de 2019

# Españyhood....Vídeo.."Los procesados están a punto de dejar de ser presuntos para ser delincuentes"..Monólogo de Alsina...!!!.

Cine y series son un nuevo motor en la economía británica. ¿Por qué no aquí?
El viernes, ese lince ibérico de nuestra política llamado Íñigo Errejón presentó el programa electoral de su franquicia ombliguista, Más País. Con su carita pálida y docta y su habitual suficiencia, el reputado guindador de becas universitarias proclamó que el dato del PIB es absurdo, que no debe tenerse en cuenta. Sin embargo en otros países, donde no son tan sagaces como el gran Errejón, lo siguen analizando con lupa. En el segundo trimestre del año, el PIB británico se desplomó un -0,2%. Pero contra pronóstico, en el tercero ha crecido un 0,3%, ya a puertas del Brexit. De inmediato se indagó el motivo del inesperado alivio, y ha resultado que guarda relación con la extraordinaria bonanza del negocio del cine y la televisión, que se ha convertido en el sector que más tira entre los servicios. Desde hace diez años está creciendo el doble que el conjunto de la economía británica y desde 2017 ha ganado un cuarto de volumen. Aunque siempre ha habido buen cine inglés -y español, francés, italiano...- la semilla del estirón se sembró allí a finales de los setenta, cuando George Lucas decidió rodar sus Guerras de las Galaxias en los estudios ingleses Elstree. A partir de ahí se fue conformando una auténtica industria, con técnicos y actores muy competentes y con el gancho del idioma inglés. Todo bien alimentado por las sucesivas administraciones, que han establecido ventajas fiscales sobre el 25% de la inversión para quienes rueden películas en el Reino Unido.
Cuando llegan los fines de semana casi todos acabamos en lo mismo. No nos ponemos a leer a Hegel. Simplemente caemos reventados sobre el sofá y nos apalancamos a ver una peli a la carta, o una serie de guion hipnótico con la que evadirnos. La subcultura de las plataformas arrasa. Es la mayor forma de ocio (junto los ninguneados videojuegos). HBO, Netflix, Apple, Amazon, Disney, Movistar... devoran contenidos. Necesitan alimentarse con buenas historias, que generan un inmenso negocio con mucho empleo. Los países que entran ahí con vigor logran además proyectar su cultura y ganan poder blando. Los británicos han sido maestros. De aquí a China, todos nos hemos tragado Sherlock, The Crown, Line of Duty o Downton Abbey. España está dando ya buenos pasos. La industria crece y alguna serie ha dado la campanada internacional. Pero todavía no hemos explotado del todo el filón. Tenemos un país que puede ser el más variado de los platós (del desierto de Almería al verdor irlandés del Cantábrico, o la alta montaña pirenaica). Tenemos ingenio para idear y contar historias (hay un ramillete de novelistas españoles superventas que ya triunfan en medio mundo). Y contamos, sobre todo, con el petróleo del español, un idioma tan potente que resulta un maná para una industria cultural.
Pero también tenemos unos políticos a los que les resbala todo esto y algunos artistas y creadores que se atascan en resabios ideológicos y pruritos de autoría modelo bostezo. Supongo que al final espabilaremos. Los astilleros y los altos hornos ya no volverán. El dinero hoy se llama pensar, no sudar......Luis Ventoso

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