El rescate a última hora de la plurinacionalidad
en el programa de Sánchez viene a demostrar a las
claras que el PSOE acepta el pacto con los nacionalistas.
De hecho, ya gobierna con ellos en más de sesenta
lugares, entre autonomías, ayuntamientos y diputaciones.
Pocas paradojas como esta fascinación de los socialistas
con una ideología tan reaccionaria. Pero ahí están,
dispuestos a cualquier cosa con tal de que Sánchez
continúe durmiendo en el colchón de La Moncloa.
Cara le va a salir a España la contumacia del
líder socialista, salvo que haya un vuelco en las urnas.
Para ello sería necesario que muchos españoles que
se dicen -y creen- progresistas se percatasen de que
blindar las competencias de Educación, Sanidad y Lengua a
favor de los nacionalistas e independentistas solo nos
traerá más desgracias. También va siendo hora de exigir
que los políticos antepongan el interés general y el bien
común a los manejos particulares de quienes poco o nada
han hecho por este país. Romper España, como ya comenzó
a hacerlo Zapatero, es un mal negocio, que nada
tiene que ver con el progreso....Bieito Rubido
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