Entre la falta de originalidad, que es un eufemismo
como otro cualquiera, y la pasión por los secretos,
Sánchez y su partido se han empeñado
en bajar la calidad democrática del país.
Todo es artificio. Lo trascendente se relega,
lo que no significa que no ocurra.
Así, España se vuelve a hipotecar con un gasto
desmesurado, una deuda insoportable y
un déficit estructural que nos complicará
la vida en los años de vacas flacas que ya
se anuncian. Ese dispendio y su aprobación
por la Diputación Permanente del Congreso
también nos cuesta a los españoles más
agravios a la unidad y cohesión de nuestro
Estado: nuevas concesiones
al PNV y al País Vasco, la región autónoma
con más competencias de Europa.
Difícilmente se defiende así la idea
de España. A los nacionalistas vascos
ya solo les falta solicitar que les transfieran
el buque escuela Juan Sebastián Elcano.
Todo este desatino solo se explica por
la necesidad del candidato Sánchez de
sacar adelante sus viernes electorales y
que nadie le pregunte quiénes se aprovecharon,
en uso privado, de las ventajas
de volar a Castellón en un avión pagado
por todos los ciudadanos. Bieito Rubido
https://abcblogs.abc.es/ MRF
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