y el ejercicio de la democracia como una especie
de ley en la que ellos ponen las reglas. Ayer, una
conspicua analista pedía que algunos diarios
revisaran su posición anti-Sánchez. ¿Por qué?,
me pregunto yo. ¿Dónde está escrito que haya
que hacer tal ejercicio en un país libre? ¿Qué norma divina,
de la naturaleza o de los hombres nos tiene que imponer
la simpatía hacia un dirigente que tampoco ha logrado
hombrada alguna? Su cosecha son medio millón de votos menos
que Rajoy en las elecciones de 2016. Además, estimada colega,
a mí no me gusta Sánchez, como a ti no te gustaba Rajoy.
No me agrada Sánchez por el uso patrimonial y privado
que hace de los medios públicos, porque ha copiado su tesis,
porque carece de ideología clara, porque es colérico, porque
falta a la verdad con mucha frecuencia, porque ha utilizado
todas las trapacerías necesarias para mantenerse en el poder,
porque lo que ahora pide lo negó antes… y por muchas
otras razones más. Así que, en democracia,
que cada uno juegue en libertad como pueda
y sepa. Lecciones morales, mejor en casa.Bieito Rubido
https://abcblogs.abc.es/ MRF
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