El Instituto Nacional de Silicosis concluye que la roca ornamental superan a la histórica minería del carbón.
Dato preocupante que resalta el Instituto Nacional de Silicosis (INS), con sede en Oviedo. El sector productivo de la pizarra está registrando un notable incremento de los casos silicosis. Lo refrenda el último informe al que ha accedido este periódico y que indica que en la provincia de León (la mayoría de las canteras de pizarra están en el Bierzo y la Cabrera) se detectaron 41 casos nuevos en el último año. Fueron en total 70 los afectados en toda la comunidad de Castilla y León por la neumoconiosis, 58 de ellos en la provincia leonesa, incluyendo en esta cifra los sectores del carbón, marmolería y granito, además de la citada pizarra.
De los 28 trabajadores en activo por silicosis «simple» de la comunidad autónoma, 23 fueron de pizarra, 3 de carbón y uno de marmolería. De los 14 casos de trabajadores activos con silicosis «complicada», 13 fueron de la pizarra y uno de cantera de areniscas.
También se detectaron casos nuevos de la enfermedad en pensionistas. De los 20 con silicosis «simple» en pensionistas, 15 fueron del carbón, 4 de la pizarra y uno de granito. De los 7 de silicosis «complicada», 6 pensionistas procedían del carbón y uno de la pizarra.
El INS que dirige Luis Díaz López ha elaborado una serie de conclusiones con los últimos datos de silicosis. Cuenta que registraron en toda España un total de 270 nuevos casos de silicosis, correspondiendo 177 a trabajadores en activo y 93 a pensionistas, y siendo clasificados 83 de ellos directamente como «neumoconiosis complicada».
«El número de nuevos diagnósticos registrados ha sufrido un fuerte incremento con respecto al año 2017. La nueva concepción del Instituto Nacional de Silicosis, con un departamento de neumología preventiva ocupacional dedicado en exclusiva al diagnóstico de este tipo de enfermedades, ha propiciado el aumento del número de consultas en relación con la patología objeto de este documento», resaltan desde el INS. Añaden que «se confirma el importante número de diagnósticos de la enfermedad en roca ornamental (granito y pizarra,) que superan en número de casos a la histórica minería del carbón».
También inciden en el hecho de que el porcentaje de nuevos casos correspondientes a trabajadores en activo continúa superando, un año más, el 50%. «En un elevado número de casos (30,7%) se diagnostica directamente una neumoconiosis complicada, lo cual podría evitarse con una mayor y más adecuada vigilancia de la salud de los trabajadores», resaltan desde el centro de detección de estos problemas de salud con sede en Asturias.
Si se echa un vistazo a la evolución de los nuevos casos de silicosis en los últimos 10 años, el INS observa que en este último periodo «se produce un notable ascenso con respecto al valor de los años precedentes». Y concluye con una recomendación: «Los datos que este documento refleja deberán de ser tenidos en cuenta por parte de todos los agentes implicados en el manejo de la enfermedad y redundar en un mayor esfuerzo que consiga reducir la tasa de la enfermedad».
El INS ha mantenido diversos contactos para coordinar actuaciones que reviertan la situación. «La importancia de un Plan Nacional de Erradicación de la Silicosis enmarcado en el Programa Global de Erradicación de la Silicosis en el Mundo de la OIT/OMS ha sido puesta de manifiesto por este organismo en repetidas ocasiones», recuerdan
Preocupación
De todos los últimos datos sobre silicosis detectados, llama la atención la cifra de los de la pizarra, que se ha disparado claramente ¿A qué es debido? ¿Es preocupante la situación?
—Es necesario puntualizar que en la publicación del año 2018 se ha producido un incremento en el total de nuevos casos. Esto ha sido así por el nuevo impulso que la labor del Instituto ha recibido, reforzando el área de diagnóstico y valoración de las enfermedades con más recursos, lo cual ha permitido atender a un mayor número de pacientes, algunos de los cuales llevaban tiempo demandando esta consulta. Este ha sido uno de los principales motivos para el aumento del número de nuevos casos, globalmente, detectados en 2018.
En el caso particular de la pizarra, además de lo anteriormente señalado, es cierto que se observa una tendencia creciente en el número de nuevos casos desde el año 2013. La enfermedad tiene un periodo de latencia variable pero que para una materia como la pizarra puede estar en torno a los 10 - 15 años. Esto nos hace pensar que el incremento del número de casos en estos años viene dado por el aumento de la actividad en el sector durante las últimas dos décadas. En cuanto a la preocupación, estos datos refuerzan la idea de que no se puede levantar la guardia en cuestión de prevención. Calificaría como preocupante el que un alto porcentaje de esos nuevos diagnósticos se ha realizado en un estado de la enfermedad avanzado, silicosis complicada, lo cual cual denota que en algunos casos la vigilancia de la salud no está siendo la adecuada.
—Los empresarios del sector pizarrero han invertido más que nunca en medidas técnicas, médicas y sociales para minimizar los efectos del polvo de sílice cristalina respirable en las explotaciones Sin embargo, ¿Es ahora cuando más se detecta el problema de salud?
—Como indicaba anteriormente, conozco el esfuerzo que se está realizando en los últimos años en medidas preventivas por parte del sector, lo cual sin duda se verá reflejado en un futuro próximo. Sobre esto es necesario puntualizar que los datos presentados y los de inversión comentados son datos sectoriales, los cuales no permiten discriminar por centros productivos valorando adecuadamente las medidas aplicadas. Un estudio en profundidad de la situación nos permitiría relacionar datos de nuevos casos con presencia o ausencia de medidas preventivas y también con la eficacia de las mismas, ya que no todas tienen la misma efectividad.
—Está claro que desde que se ha apostado por la inversión en los procesos de diagnosis, la situación ha cambiado ¿La inversión pública en centros como el que usted dirige es clave y fundamental para mejorar la situación, la salud de los trabajadores, en definitiva?
—Creo que es fundamental que el Centro de Referencia Nacional para las enfermedades respiratorias de tipo ocupacional disponga de los medios y recursos adecuados. Este es el camino que se ha iniciado con el nuevo impulso al Instituto Nacional de Silicosis desde la adminstración pública del Principado de Asturias. Al mismo tiempo, es necesario reseñar que el Instituto es el vigía de la situación a nivel nacional, pero que en la primera linea de acción se encuentra mutuas y servicios de prevención, los cuales gestionan la vigilancia diaria de la salud de los trabajadores, y con su trabajo permiten llevar a cabo la detección precoz de la enfermedad. Ahí también han de redoblarse los esfuerzos con el fin de que continuen realizando esa gran labor con la adecuada aplicación de los protocolos existentes.
—Me llama la atención que antes era el carbón el que monopolizaba el problema de la silicosis y en la pizarra apenas sí se detectaban mínimos casos. El problema estaba ahí, a juzgar por los datos del sector pizarrero. ¿La carencia de medios fue el motivo de no detectar antes el problema?
—El incremento en el número de casos diagnosticados por parte del Instituto, como he indicado más arriba, se produce ahora por el incremento en el número de pacientes atendidos. En cuanto al sector, la adecuada vigilancia de la salud de acuerdo con los protocolos específicos existentes es fundamental. La conjunción de prevención primaria, con la aplicación de medidas técnicas preventivas en los puestos de trabajo, junto con la prevención secundaria de la enfermedad, con su detección precoz en fases tempranas son las dos vías para terminar con la enfermedad.
—¿Qué procesos siguen para detectar la silicosis en un trabajador, sea del sector que sea?
—En cuanto al diagnóstico de la enfermedad, en el Instituto se siguen los protocolos de interpretación de anomalías radiográficas ligadas a la silicosis recomendados por la ILO (International Labour Office). Además del diagnóstico por la imagen, la exploración del paciente junto con las pruebas de función pulmonar completan, de modo resumido, estas pruebas diagnósticas. Además de todo esto, la experiencia del profesional médico juega un papel fundamental. El Instituto cuenta con los mejores profesionales en la materia en la actualidad, sin olvidarnos de la experiencia de la institución, que el próximo año cumplirá medio siglo de vida.
—¿Qué recomendaciones daría usted a un trabajador expuesto que sospeche que tiene un problema de silicosis? ¿Qué trámites debe seguir?
—Como primera medida y de manera general, esta sospecha debería materializarse en la detección de la enfermedad por el servicio de prevención o mutua responsables de su salud laboral. A partir de ahí, para cualquier consulta o diagnóstico siempre pueden ser derivados al Instituto. La forma más eficaz de realizarlo es a través del centro donde se lleva su seguimiento, quien puede contactar con el Instituto.
—¿Con los medios técnicos que se implementaron en las minas de carbón, bajó la incidencia de la silicosis? ¿Pasará lo mismo en la pizarra del Bierzo?
—Sin ninguna duda, las soluciones técnicas de prevención primaria redujeron la incidencia de la enfermedad. Este es un problema de dosis recibida por el trabajador a lo largo de su periodo laboral, con lo que todas aquellas soluciones técnicas que permitan la eliminación de la sílice cristalina respirable y que esta llegue a entrar en el sistema respiratorio del trabajador juegan un papel fundamental. Así se hizo en el caso de la minería de carbón, con estudios y aportaciones muy importantes por parte del Departamento Técnico del Instituto Nacional de Silicosis a lo largo de su historia, creado con ese fin. En el caso de la pizarra, la solución ha de ser similar, con las particularidades del sector. Hay que destacar la importancia de que las soluciones aplicadas sean las adecuadas, comprobando que ayudan a reducir la exposición del trabajador.
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