Cuando los padres de la Constitución se juntaron hace 40 años había mucha
gente en España que no quería ni oír de autonomías. Tenían recuerdos
agrios de los fusilamientos ordenados por Companys y de su alzamiento
contra la República. Y sin embargo se cedió. La reconciliación nacional
incluyó, me gusta recordarlo, que los comunistas aceptasen la monarquía,
que la derecha aceptase el partido comunista, que la Iglesia aceptase
el PCE y que los franquistas aceptasen los autonomismos periféricos.
Eso fue la Constitución y eso nos rige a todos. Eso es la ley y la ley,
se lo recuerdo a los socialistas y los de Podemos, es lo que nos hace
iguales. Ahora que Puigdemont ha repetido lo que hizo Companys debe ser
tan recta la reacción del Estado como lo fue la de la república. Porque,
repito, si no hay ley hay castas. Y en una casta está convirtiendo el poder
en España Pedro Sánchez al amparar en su interés, como hoy reconoce
El País hasta en su editorial, a los que atentaron contra la Constitución hace un año.
El pulso a la realidad es tan duro que el presidente ha tenido que
enmendarse a sí mismo después de haber dicho en su día que
los alzados en Cataluña protagonizaron una rebelión.
Provoca rubor escuchar a la señora vicepresidenta explicar ayer,
tras el consejo de ministros y a preguntas de un periodista, que
es que Pedro Sánchez no es el mismo que el actual presidente.
Que el ciudadano Sánchez y el primer ministro son distintas personas.
Más complicado que el misterio de la Trinidad, oigan.
El mismo nombre, Pedro Sánchez, la misma apariencia pero dos personas distintas.
Y por si quedasen poco claras sus intenciones, Carmen
Calvo adelantaba ya la intención del Gobierno de indultar a los presos.
Los presupuestos no merecen este precio señor Sánchez.
La igualdad de los españoles ante la ley es mucho más cara que las
cuentas de un Gobierno. Y es usted ingenuo si pretende cabalgar a su favor
el tigre del independentismo. Prueba de ello es que aunque los comunes han
reconocido el esfuerzo del Gobierno y ven una ventaja en que la abogacía
del estado y la fiscalía difieran en su calificaciones de los delitos,
los del PDeCat y Esquerra no se dan por satisfechos.
"El pueblo de Cataluña le retira el apoyo, señor Sánchez", decía Torra.
¿Qué pueblo de Cataluña? ¿El que hizo cola durante horas en las carreteras
cortadas, el que abusó de psicofármacos y atiborró las consultas
de psiquiatría por el pánico al alzamiento de hace un año, el que
aguantó las estrepitosas caceroladas que despertaban día
tras día a los niños? ¿Qué pueblo de Cataluña?
Pues ha salido usted escaldado Pedro Sánchez. Les ha dado lo que pedían,
ha retorcido la separación de poderes, ha forzado al máximo los mecanismos
del Gobierno y, sin embargo, éstos no le dan su voto a los presupuestos.
Ha vendido la igualdad ante la ley por unos presupuestos, por un plato de
lentejas, y ni siquiera se ha llevado usted el plato de lentejas.
.Cristina López de Schlichting..MRF
.Cristina López de Schlichting..MRF
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