No Al Olvido

viernes, 23 de noviembre de 2018

# Golpe entre corchetes,,,,,Video....PODEMOS SE DIVIDE ANTE LAS ELECCIONES MUNICIPALES



La transcripción del Diario de Sesiones otorga a las intervenciones una gravedad que no tienen escuchadas por radio o televisión. Así, el alboroto de Rufián, reflejado en el acta, nos traslada al ambiente revolucionario de otro siglo. ¿Acaso es menos real esta sensación que la televisiva? El «Rufián transcrito» adquiere una seriedad histórica. Por eso, los corchetes que Ana Pastor le pone a las palabras «fascista» y «golpista» parecen un remilgo cuestionable, además de un tributo a la sensibilidad de la época y al consenso: encerrar o acotar lo que mutuamente pueda herir para sujetarlo o hacerlo desaparecer.
Encorchetar esas palabras le permitió al PSOE su discurso de juez de silla: de un lado, los que llaman fascistas; de otro, los que llaman golpistas.
Orwell ya decía en 1944 que «fascista» no significaba nada. Estaba «degradada como una palabrota». «La he encontrado aplicada a granjeros, comerciantes, el castigo corporal, la caza del zorro, el Comite de 1922, el de 1941, Kipling, Gandhi, Chiang Kai-Shek, la homosexualidad, la astrología, las mujeres, los perros y yo qué sé».
Para Pemán, «fascista» ya ni siquiera era un adjetivo o un sustantivo. Se había convertido en un pronombre como «este» o «aquel» porque «fascista siempre es el otro». No es una declaración política que hace el interesado. Es un título que dan siempre los demás, como hijo adoptivo.
En cuanto a «golpista», la RAE lo asocia a la violencia, pero Puigdemont y los whatsapps han convertido en viral la definición de Hans Kelsen: «Una revolución, en el sentido amplio de la palabra, que abarca también el golpe de Estado, es toda modificación no legítima de la Constitución -es decir, no efectuada conforme a las disposiciones constitucionales-, o su reemplazo por otra. Visto desde el punto de vista jurídico, es indiferente que esa modificación de la situación jurídica se cumpla mediante un acto de fuerza dirigido contra el gobierno legítimo, o efectuado por miembros del mismo gobierno; que se trate de un movimiento de masas populares, o sea cumplido por un pequeño grupo de individuos».
Es un logro nacionalista que «golpe» no evoque ya un general a caballo sino una charlatanería declarativa, y esa transformación es demasiado importante como para ponerla entre corchetes....Hughes .
https://www.abc.es/ MRF

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