El domingo pasado, los dirigentes comunistas de Podemos y diversos personajes de otros grupos afines, convocaron una asamblea para apoyar el golpismo en Cataluña. Cuyo fin es la destrucción de España. A cualquier europeo le sorprendería que se puedan celebrar así como así actos de apología y apoyo directo al crimen político. Porque no hay crimen político más grave que la sedición y la rebelión y de eso estamos hablando. Pero en España hemos llegado a ello. Porque llevamos décadas acostumbrando a la población a tolerar lo intolerable. El acto estaba convocado en un pabellón del recinto ferial de Zaragoza, donde el ayuntamiento podemita se afana por fomentar todo lo que pueda hacer daño al orden constitucional. Todo esto habría pasado inadvertido hace unos meses o años.
Pero los tiempos han cambiado. Como la agresión a la unidad de España y a la legalidad en las pasadas semanas y meses ha llegado a unos niveles inauditos, son ahora muchos los españoles que están ya realmente inquietos. Y han abandonado, por fin cabe decir, la indiferencia y el desinterés por la suerte de sus compatriotas en Cataluña y de España en general. Muchos están hartos del desprecio con que tratan una y otra vez a su sensibilidad y sus sentimientos aquellos que no dejan de exigir atención y respeto a su sensibilidad y sus sentimientos. De ahí que un grupo fue a expresar su descontento por aquella cita organizada para ayudar a destruir su patria, su seguridad y el futuro de sus hijos. Ese grupo fue creciendo hasta reunir unos cuantos cientos de hombres, mujeres, ancianos y muchos niños que, con banderas nacionales, demostraban su orgullo, sí, su orgullo por ser españoles que querían defender a España de la agresión permanente y de un peligro inminente. Y su indignación ante la agresión de que es objeto la Nación por parte de un gobierno regional sedicioso en Cataluña.
Dentro del recinto estaban algunos de los prebostes mayores de la franquicia comunista venezolana. Son hombres comunistas bregados como Juan Carlos Monedero que sabe bien lo que son las operaciones militares de sus camaradas cubanos y el terrorismo de sus camaradas de las FARC colombianas así como las operaciones de terror que organizan sus otros camaradas, los del régimen chavista para el que él ha trabajado. Pues todos esos comunistas se pusieron a temblar porque zaragozanos, llegados en familias, protestaban contra su miserable complicidad en los intentos de destrucción de su patria. Y esos comunistas que no parpadean cuando ven a un guardia bolivariano disparar a quemarropa a un niño venezolano estaban histéricos porque según decían habían sido rodeados por 400 nazis y no podían salir y no había policía suficiente para rescatarlos de las garras de aquellos desalmados. Siempre son iguales esos siniestros caracteres. Pues inmensa mayoría de los medios de comunicación repitió todas esas mentiras que los plañideros comunistas les suministraban allí dentro. En aquel mar de banderas españolas de gentes honradas que pedían respeto para su patria había al parecer una con un escudo del régimen anterior. Pues la multiplicaron cien veces para dar apariencia al asalto de unos peligrosos extremistas que nunca fue. Todos los medios convirtieron en ultras a quienes en su inmensa mayoría eran españoles de todas las edades hartos de ser despreciados y de que se agreda a la patria común. El periodismo volvió a demostrar el grado de iniquidad de que es capaz cuando la cobardía y el adoctrinamiento son su único criterio. Y este Gobierno volvió a quedar en evidencia por su culpa en completar la labor de Zapatero de otorgar total hegemonía informativa a una izquierda y un filoseparatismo que son enemigos del Estado y de la verdad.
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MRF
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