La vicepresidenta del Gobierno obtuvo una pista para medir la peliaguda relación actual entre los socialistas y los podemitas. Se la sirvió en bandeja el presidente aragonés.
Que la opinión de algunos barones del PSOE sobre Podemos es mejorable, se sabe de sobra. Que se andan con pocas florituras a la hora de emplear descalificativos para con Pablo Iglesias,
también. Pero si esto lo hacen delante de terceros e incluso miembros
del Gobierno, la cosa cambia. Y si, para ahondar más en la llaga, Javier Lambán se entera por Soraya Sáenz de Santamaría de los planes de sus “socios” parlamentarios, entonces la cosa se agrava. Y de qué manera.
Eso fue exactamente lo que ocurrió durante la visita del pasado miércoles de la vicepresidenta a Teruel para firmar el Fondo de Inversiones 2017. El presidente de Aragón fue su anfitrión. Con Pablo Iglesias echado al monte secesionista, Sáenz de Santamaría mandó un recado más que directo a Lambán: “El fin de semana te llega todo Podemos en Zaragoza”. Se hizo un silencio breve pero espeso y, a continuación, el jefe del Ejecutivo regional reaccionó: “¿A qué te refieres?” En efecto, el capitoste socialista andaba a por uvas. Con la que, a priori, se le venía encima.
Lambán pareció ser el último en enterarse del desembarco de Iglesias y de su pretenciosa asamblea de cargos separatistas. Una suerte de aquelarre con aires de moción de censura al Gobierno por su “represión” en Cataluña y que pretendía obligar al PSOE a tomar posiciones en un contexto de polarización: O a favor o en contra. La respuesta llegó en forma de veto al uso de un recinto de la Diputación de Zaragoza que preside el socialista, Juan Antonio Sánchez Quero, en defensa del mandato del Constitucional. Hay quien ha visto detrás de la bofetada la larga mano del propio Javier Lambán.
A pesar de tener firmado un acuerdo de Legislatura, los podemitas llevan carrerilla en coartar cualquier tipo de colaboración con los socialistas y la crispación de los ánimos entre ambas fuerzas es diaria y agria. Se pudo dar la investidura a Lambán pero la desconfianza resulta tal que los de Podemos gustan autoproclamarse “oposición” o que el presidente de Aragón es avisado por Sáenz de Santamaría de los pasos de sus socios. Hasta ese punto hacen aguas las relaciones. Esa mala sintonía conecta además con el hecho de que el órdago secesionista tiene enfebrecidos a tótems del socialismo.
Sea como fuere, el foro de Pablo Iglesias en la capital aragonesa tuvo una asistencia “discreta”. A la fugaz presencia de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, apenas un par de horas con la excusa de la fiesta mayor, la Mercè, debió sumarse la espantada de la regidora de Madrid, Manuela Carmena, y la tibia acogida del PNV, incluso de ERC, que enviaron rostros de segunda fila. Entre el desdén de propios y las mofas de extraños, tiene todas las papeletas para quedar como otra convocatoria más a subrayar en el negro historial de Podemos.
http://www.esdiario.com/
MRF
Eso fue exactamente lo que ocurrió durante la visita del pasado miércoles de la vicepresidenta a Teruel para firmar el Fondo de Inversiones 2017. El presidente de Aragón fue su anfitrión. Con Pablo Iglesias echado al monte secesionista, Sáenz de Santamaría mandó un recado más que directo a Lambán: “El fin de semana te llega todo Podemos en Zaragoza”. Se hizo un silencio breve pero espeso y, a continuación, el jefe del Ejecutivo regional reaccionó: “¿A qué te refieres?” En efecto, el capitoste socialista andaba a por uvas. Con la que, a priori, se le venía encima.
Lambán pareció ser el último en enterarse del desembarco de Iglesias y de su pretenciosa asamblea de cargos separatistas. Una suerte de aquelarre con aires de moción de censura al Gobierno por su “represión” en Cataluña y que pretendía obligar al PSOE a tomar posiciones en un contexto de polarización: O a favor o en contra. La respuesta llegó en forma de veto al uso de un recinto de la Diputación de Zaragoza que preside el socialista, Juan Antonio Sánchez Quero, en defensa del mandato del Constitucional. Hay quien ha visto detrás de la bofetada la larga mano del propio Javier Lambán.
A pesar de tener firmado un acuerdo de Legislatura, los podemitas llevan carrerilla en coartar cualquier tipo de colaboración con los socialistas y la crispación de los ánimos entre ambas fuerzas es diaria y agria. Se pudo dar la investidura a Lambán pero la desconfianza resulta tal que los de Podemos gustan autoproclamarse “oposición” o que el presidente de Aragón es avisado por Sáenz de Santamaría de los pasos de sus socios. Hasta ese punto hacen aguas las relaciones. Esa mala sintonía conecta además con el hecho de que el órdago secesionista tiene enfebrecidos a tótems del socialismo.
Sea como fuere, el foro de Pablo Iglesias en la capital aragonesa tuvo una asistencia “discreta”. A la fugaz presencia de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, apenas un par de horas con la excusa de la fiesta mayor, la Mercè, debió sumarse la espantada de la regidora de Madrid, Manuela Carmena, y la tibia acogida del PNV, incluso de ERC, que enviaron rostros de segunda fila. Entre el desdén de propios y las mofas de extraños, tiene todas las papeletas para quedar como otra convocatoria más a subrayar en el negro historial de Podemos.
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