La Catedral de Notre Dame de París está sometida desde hace años a un control policial muy estricto, mientras aquí en Santiago de Compostela
seguimos con la plantilla de la Comisaría bajo mínimos y sin recibir a
las Unidades de Intervención Policial (UIP) -conocidos como
“antidisturbios”-”. Así se manifestaba la Confederación Española de Policía (CEP) después de que un terrorista islamista atacara el pasado martes a un policía en las inmediaciones de la catedral francesa.
Desde el CEP alertan de que la condición de Ciudad Santa Patrimonio de la Humanidad convierte a Santiago de Compostela en un “punto estratégico” para el terrorismo yihadista, por lo que han solicitado que la UIP disponga de una base permanente en la ciudad.Y es que “si a día de hoy ocurriera algo parecido” a lo de París -lamentan-, “aquí no tendríamos capacidad de respuesta inmediata, ya que padecemos un déficit de policías muy importante desde hace varios años”.
La asociación argumenta además que la ciudad es “un punto de referencia del turismo en Galicia, sobre todo en los meses estivales”, y recuerda que se trata de “uno de los lugares de peregrinaje más importantes del mundo cristiano, por lo que se convierte en un punto estratégico para el terrorismo islamista”.
Advierten además de la “violencia organizada” de los okupas desalojados del Centro Social Ocupado Autoxestionado Escarnio e Maldizer, en el centro histórico de Santiago de Compostela, que en los últimos días han protagonizado disturbios contra los agentes y a quienes se les incautó un manual con tintes etarras.
Los máximos responsables de la lucha antiterrorista mantienen a España en nivel 4 de alerta sobre un máximo de 5 tras el ataque islamista de Londres. Los expertos optaron por mantener este nivel (riesgo alto) porque el análisis de las circunstancias de la masacre en la capital británica "no supone variación alguna sobre la amenaza terrorista existente con anterioridad a su comisión".
¿Qué implicaría el nivel 5 de alerta?
Cabe recordar que los expertos acordaron el 26 de junio de 2015 que España se situara en nivel 4 tras los sucesivos ataques en Francia, Kuwait, Túnez y Somalia. Desde entonces no han considerado necesario elevar al último nivel esta alarma, si bien en este tiempo se han adoptado en diferentes ocasiones y tras otros atentados medidas adicionales como aumentar la seguridad en aeropuertos, zonas turísticas o, incluso, prohibir la circulación de camiones.Elevar hasta el 5 la alerta terrorista -el máximo previsto- implica como diferencia con el nivel previo la presencia de militares en las infraestructuras críticas, nudos de comunicación y lugares de gran acumulación de personas.
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