No Al Olvido

martes, 20 de junio de 2017

bierzo.Ponferrada.Una «Atapuerca medieval»...El incendio de Bouzas saca a la luz en Manzanedo restos de una treintena de terrazas escalonadas de piedra de varios kilómetros Los expertos creen que son vestigios de los poblados y monasterios de Santa Egeria y Castrillo.Una plantación experimental avala la viabilidad del pistacho como cultivo..15 nuevos reposteros gracias al imfe..!!!


Desde Compludo a Valdueza, San Pedro de Montes y el Valle del Silencio, a la Tebaida Berciana se la llamó así por la gran concentración de monasterios, ermitas e iglesias que albergó en su territorio montañoso durante los primeros siglos de la Edad Media. Pero apenas se han descubierto en la última centuria restos importantes que lo atestigüen, más allá de las ruinas de San Pedro de Montes. Hasta que un incendio pavoroso como el que asoló la zona el pasado mes de abril, y una máquina bulldozer que abría un cortafuegos para evitar que las llamas avanzaran hasta la localidad de Manzanedo de Valdueza, han sacado a la luz lo que pueden ser uno de los vestigios más claros de aquel pasado monástico del Bierzo que todavía permanecía oculto por la vegetación.
Se trata, según informaron en una rueda de prensa en el Ayuntamiento de Ponferrada el investigador Alejandro Valderas y el arqueólogo Fernando Muñoz Villarejo, de una serie de 30 terrazas de piedra escalonadas de «varios kilómetros», situadas en la ladera de un monte entre Manzanedo, San Cristóbal de Valdueza, Peñalba de Santiago y Bouzas, y cuya localización exacta se mantiene en secreto mientras no se aprueben medidas de protección para evitar el expolio. Valderas y Muñoz Villarejo entienden que, a falta de una investigación en profundidad, podrían tratarse de restos de edificaciones de los antiguos poblados y monasterios de Santa Eucheria (o Santa Egeria) y Santa María de Castrillo.
El Ayuntamiento ya ha comunicado el hallazgo a la Delegación Territorial de la Junta y el concejal del Medio Rural y Patrimonio, Iván Alonso, que acompañó a los investigadores en la rueda de prensa junto a la teniente de alcalde, Amparo Vidal, solicitará a la administración autonómica que incluya el yacimiento en la ampliación del Bien de Interés Cultural a toda la Tebaida en un paso más en la carrera emprendida para lograr que la Unesco declare la zona como Patrimonio de la Humanidad. Entusiasmado por el hallazgo, Alonso aseguró ayer que los vestigios «harían de la Tebaida la Atapuerca medieval».
Alejandro Valderas ya había visitado la misma zona hace 30 años en busca de los restos de los dos «despoblados» medievales de Santa Eucheria y Santa María del Castrillo, documentados en los siglos X al XIII. Pero la densa vegetación y el bosque que quemó el incendio de abril le impidieron dar con lo que ahora ha salido a la luz, entre la ceniza y el cortafuegos; cuatro terrazas agrícolas antiguas que una inspección posterior junto al arqueólogo Muñoz Villarejo, el pedáneo de Manzanedo, Agustín Casares, y el propio concejal de Patrimonio de Ponferrada, elevó a la treintena, con «varios kilómetros de muros de contención, tal vez de edificios», media docena de caminos, tres fuentes y «restos de dos posibles edificios».
Valderas insistió en que en la Tebaida, a pesar de los esfuerzos de los monjes de San Pedro de Montes por borrar el pasado de otros monasterios, hay referencias a una veintena de cenobios, ermitas, poblados e iglesias. «Siempre lo hemos sospechado, por algo se llamó Tebaida», afirmó Iván Alonso.
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El proyecto de plantación de 300.000 almendros entre Sésamo y Fabero ha abierto el debate sobre las posibilidades que ofrecen determinados cultivos alternativos por los que, hasta ahora, no se había apostado en la comarca y que podrían convertirse en una oportunidad de negocio. Una idea en la que desde hace ya siete años trabaja el ingeniero agrónomo Roberto Arias, promotor de una plantación experimental de pistachos de la que ya ha recogido tres cosechas y que, de momento, avala la viabilidad de este cultivo en el Bierzo. Eso sí, reconoce que es preciso aguardar entre tres y ocho años más para despejar todas las dudas y ofrecer garantías a fin de explotar este fruto a nivel comercial. Un producto, además, de alta rentabilidad y que no necesita demasiado desembolso.
«Sabemos que a corto plazo es un cultivo viable, ya que se adapta bien a nuestro clima y a nuestro suelo. Eso es un factor determinante a la hora de apostar por él, pero aún no sabemos qué repuesta va a tener al cabo de quince o veinte años», apuntó Arias, poniendo como ejemplo el fracaso de Lérida. En esta provincia catalana «también se probó y al cabo de diez años se demostró que los árboles tenían enfermedades por hongos», explicó el promotor de un proyecto experimental llevado a cabo con 200 árboles en una parcela de una hectárea ubicada en Fuentesnuevas (Ponferrada).
El ciclo de cultivo de los pistacheros se asemeja al de los nogales y un árbol tarda alrededor de cuatro años, desde su plantación, en dar la primera cosecha. «La fructificación se da entre septiembre y octubre y la floración es en el mes de abril. Es un árbol de tamaño medio que puede llegar a ser como un almendro o un melocotonero y aguanta bien el frío y las altas temperaturas, además de adaptarse muy bien al cultivo ecológico», detalló Roberto Arias, explicando también que la plantación puede hacerse tanto en secano como en regadío. Lógicamente, la producción sería mayor en el último caso.
Su cuidado tampoco conlleva demasiadas exigencias, más que la poda y el desbroce de la parcela que albergue la plantación; y la recogida del fruto se hace por vibración, como en el caso de los olivos. «Es un cultivo que se mecaniza muy fácilmente, desde el mantenimiento del terreno hasta la recolección», apuntó el ingeniero agrónomo.
Al tratarse de un cultivo que no se ha extendido en el Bierzo —a raíz de esta plantación experimental de Fuentesnuevas han surgido otras dos para consumo propio en Puente Boeza (Ponferrada) y en el municipio de Castropodame— no se han detectado todavía enfermedades graves que pongan en peligro el árbol o la producción pero —como avanzó Roberto Arias— es precio aguardar unos años más porque «en la zonas donde se ha masificado el cultivo, sí empiezan a aparecer plagas y enfermedades, principalmente fúngicas», como las que pueden afectar a cualquier árbol frutal.
Además de los problemas por hongos, la otra amenaza importante que podría comprometer la producción de los pistacheros se da durante la polinización. Es una planta con machos y hembras —se implanta un macho rodeado de ocho hembras— y la polinización es por medio del viento. En años con humedad muy alta o lluvias muy prolongadas durante el proceso de polinización, se pueden dar problemas», explicó.
Un portainjerto local
Si bien el pistachero no es un árbol propio del Bierzo, la base de la plantación experimenta de Fuentesnuevas sí crece en la comarca. Todo el proceso comienza con un portainjerto local, la ‘cornicabra’ o ‘Pistacia terebinthus’, que se da sobre todo en el sur de la comarca berciana.
«Hemos hecho pruebas con dos portainjertos distintos: la ‘cornicabra’ local y el ‘almácigo’ o ‘Pistacia atlántica’, que no se da en esta zona de forma natural, y hemos visto que se desarrolla mejor el cultivo local», especificó el promotor de la plantación.
Sobre esa base se han probado también distintas variedades de pistacho: ‘Kerman’, ‘Larnaka’ y ‘Peter’, entre otras. «Las variedades ‘Kerman’ y ‘Larnaka’ se están adaptando muy bien. Quizás mejor la primera que, por otra parte, es la que tiene más salida comercial», apuntó Arias. Una salida que pasa no sólo por la venta del producto en fresco y como snack salado o tostado, sino que también tiene aplicaciones en repostería, pastelería y heladería. «El mercado que más reclama es el nacional. Hay una demanda del 95%», destacó este ingeniero agrónomo y emprendedor.
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La presidenta del Instituto Municipal de Formación y Empleo (Imfe) de Ponferrada, Rosa Luna, entregó ayer los diplomas del curso de ‘Elaboración en pastelería y reportería’ en el que han participado quince alumnos que iniciaron su formación en el mes de abril. Han recibido 92 horas de curso y una capacitación profesional. Dado que 40 personas quedaron fueran del curso por el límite de plazas, el Imfe se plantea la organización de nuevos cursos próximamente.  
http://www.diariodeleon.es/ 
MRF

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