Durante su ausencia, los casos de Covid-19 han aumentando en 80.287 positivos en España
El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha disfrutado este mes de agosto de más días de vacaciones durante la pandemia de Covid-19 que el año pasado, cuando estaba tratando de recabar apoyos para su investidura y evitar la repetición de elecciones generales.
Sánchez ha tenido este verano 16 días de descanso en Lanzarote y en Doñana, aunque durante las más de dos semanas que ha estado fuera del Palacio de la Moncloa ha tenido que interrumpir varias veces su descanso por obligaciones institucionales, como por ejemplo la visita al rey Felipe VI a Palma de Mallorca para celebrar el tradicional despacho en Marivent.
Por el contrario, el año pasado apenas gozó de una decena de jornadas de vacaciones. De hecho, aquel agosto se marchó más tarde que este porque dedicó el primer tercio del mes a una amplia ronda de reuniones con entidades de la sociedad civil y a mediados de mes volvió a estar en pleno ejercicio de sus funciones para visitar el incendio que entonces arrasaba Gran Canaria, reunir al Consejo de Ministros, que se encontraba en funciones, y proseguir con otra ronda de encuentros sociales.
La diferencia entre su descanso estival de 2019 y de 2020 es de cinco días más en esta ocasión, pues el año pasado inició las vacaciones el 10 de agosto y regresó el 21 de ese mismo mes, mientras que esta vez llegó a Lanzarote el 5 de agosto y confirmó su vuelta al despacho este viernes 21 de agosto.
En este ejercicio marcado por la pandemia de Covid-19, Sánchez inició su descanso veraniego el 5 de agosto, cuando el Ministerio de Sanidad tenía oficialmente contabilizados 305.767 casos de coronavirus en todo el país y había detectado 1.772 positivos nuevos en las horas previas. El viernes regresó al Palacio de la Moncloa con un total de 386.054 casos y 3.650 nuevos positivos en la jornada previa. El balance en el tiempo que ha estado fuera es de 80.287 contagiados más.
Destino elegido
Las vacaciones de Sánchez no han estado exentas de polémica, al margen de la evolución epidemiológica de Covid-19. Ha recibido críticas por elegir el palacio de La Mareta de Lanzarote para la primera parte de su asueto en familia, puesto que es propiedad del Estado porque el rey Juan Carlos I lo donó a Patrimonio Nacional después de que el monarca Hussein I de Jordania se lo regalara en 1989.
La llegada de Sánchez a este lujoso destino se produjo apenas día y medio después de que el rey Juan Carlos anunciara que se marchaba de España para frenar el escándalo social provocado por sus actividades privadas junto a su examiga Corinna Larsen. Semanas antes, tanto el presidente del Gobierno como su vicepresidenta primera, Carmen Calvo, habían metido presión a la Casa Real con varias declaraciones sobre la conveniencia de que el rey emérito se fuera a vivir a otro sitio.
Sánchez ha pasado la segunda parte de las vacaciones en Doñana, en la finca de las Marismillas que también pertenece al Estado y donde apenas dos meses después de alcanzar el poder en 2018 recibió a la canciller de Alemania, Angela Merkel, para tratar de buscar una solución a la crisis que entonces sufría el sur de Europa por la llegada masiva de inmigrantes en barcos de ong de rescate.
En estos 16 días de vacaciones, el jefe del Ejecutivo ha tenido que interrumpir varias veces el descanso junto a la familia para atender obligaciones institucionales. Así ocurrió el 9 de agosto para participar en una conferencia internacional de apoyo a Líbano tras la explosión que días antes había destruido el puerto de Beirut, a la mañana siguiente participó en la reunión del Comité de Seguimiento del Covid-19 junto al ministro de Sanidad, el 12 de agosto al viajar a Palma de Mallorca para celebrar el tradicional despacho veraniego en el Palacio de Marivent, y el 19 de agosto para presidir la reunión de seguimiento de la pandemia y asistir a una cumbre extraordinaria de la UE sobre Bielorrusia.
A partir del lunes, Sánchez recupera su rutina en el Palacio de la Moncloa tras regresar el viernes de las vacaciones junto a su familia fuera de Madrid. El Gobierno al completo recupera la actividad con reunión el martes del Consejo de Ministros tras tres semanas sin convocar al gabinete, pues la última ocasión fue el 4 de agosto, antes de irse a Lanzarote.
El verano pasado, en cambio, sólo concedió dos semanas de vacaciones a sus ministros a pesar de que el Ejecutivo tenía reducidas sus competencias al encontrarse en funciones desde la celebración de las elecciones generales del 28 de abril, ya que el intento de investidura al que se sometió en julio había fracasado por falta de acuerdo con Podemos.
Entonces, Sánchez reunió al Consejo de Ministros el 2 y el 9 de agosto de 2019 antes de tomarse apenas una docena de días de vacaciones. El 23 de agosto volvió a congregar a su equipo, entonces compuesto únicamente por miembros o afines del PSOE, e hizo lo mismo a la semana siguiente, el 30 de agosto.
De aquellas cuatro reuniones del Consejo de Ministros en 2019, Sánchez pasa este año 2020 a únicamente dos, la mencionada del 4 de agosto y la de este próximo martes 25 de agosto. No obstante, el calendario de estas citas gubernamentales también ha cambiado porque entonces tenían lugar los viernes y ahora son los martes, fruto de una de las innovaciones que el jefe del Ejecutivo introdujo tras su pacto con Unidas Podemos e investidura el pasado mes de enero
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