Ahora que es época de vacaciones para los más pequeños, qué hacer con todo su tiempo libre supone un problema para muchas familias. Los teléfonos móviles se convierten en una de las principales vías de ocio para los menores; aplicaciones como Facebook aumentan su uso en un 67% en los meses de verano. Y en esta situación es donde puede venir el problema. Son generaciones nativas digitales para los que las redes sociales y la tecnología de los smartphones no guardan ningún secreto. Pasar horas hablando con amigos, con desconocidos, enviar fotos comprometidas o utilizar aplicaciones no recomendadas para su edad son algunos de los problemas que pueden derivarse de hacer un mal uso
de los teléfonos móviles.
Para evitar estas situaciones es necesario que los padres tengan consciencia del peligro que puede suponer no educarles es este ámbito. Enseñarles qué tipo de aplicaciones no son adecuadas para ellos y por qué no deben dar demasiada información en las redes sociales debe ser una conversación a mantener entre padres e hijos.
La educación digital es fundamental en esta era tecnológica. Los padres no pueden obviar este aspecto. Hoy en día es más fácil que nunca hablar con desconocidos y, además, con las nuevas tecnologías ni siquiera es posible ver el aspecto físico de quién está al otro lado de la pantalla. Enseñar a los niños los peligros que conlleva el no saber con quién se está hablando y a quién se le está ofreciendo una información íntima es vital para aprendan a dar un buen uso a su teléfono móvil.
Pero no sólo los problemas vienen de la posibilidad de hablar con extraños, una adicción tan temprana a los teléfonos móviles conlleva problemas de déficit de atención y otro tipo de efectos que perjudican el correcto crecimiento de los más pequeños. Por ejemplo, hasta un 73% de los menores ha utilizado alguna vez el móvil durante la madrugada en días de colegio, un dato que refleja cómo también afecta a las horas de sueño.
Por estos motivos, los padres deben conocer las nuevas tecnologías, sus principales redes sociales o informarse sobre qué aplicaciones no son adecuadas. Además, establecer un tiempo de uso adecuado del smartphone debe ser una máxima para poder guiar a los niños en el buen uso del teléfono móvil desde el conocimiento de la herramienta sobre la que se pretende enseñar. Para poder impartir educación digital es fundamental conocer el entorno de las nuevas redes y estar bien informados, si no, será imposible transmitirles una buena formación a los niños.
Los smartphones pueden resultar unas excelentes herramientas para la educación de los más pequeños, además de ayudar a los padres a poder contactar con ellos cuando sea necesario. Para ello hay que educarles en positivo y no demonizar los terminales. Estar al tanto de la actividad de los menores con el móvil es importante al igual que conocer estas tecnologías porque permite dar una buena educación digital a los niños.
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MRF
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