La exfiscal general de Venezuela Luisa Ortega Díaz ha asegurado que cuenta con pruebas que acreditan la «corrupción desmedida» del chavismo y que
salpican a varios altos cargos, entre ellos el presidente Nicolás
Maduro, y ha anunciado que entregará dichos documentos a las autoridades
de España, Estados Unidos y Colombia para que tomen medidas.
Ortega Díaz, que huyó la semana pasada a Colombia ante la amenaza de detención en Venezuela, ha reaparecido en una cumbre de fiscales en Brasil en la que ha amenazado con sacar a la lucha «muchas pruebas» que acreditarían las actividades irregulares de destacados funcionarios.
En el caso de Odebrecht, la constructora brasileña que tejió una red de sobornos en toda la región, la antigua responsable del Ministerio Público venezolano ha asegurado que sus pruebas comprometen a Maduro y a los diputados de la Asamblea Nacional Constituyente Jorge Rodríguez y Diosdado Cabello. En concreto, la exfiscal ha acusado a Cabello de gestionar la entrega de 100 millones de dólares a través de la empresa de transporte TSE Arietis.
Las acusaciones de Ortega Díaz también se han extendido a su sucesor en la Fiscalía, Tarek William Saab, sobre quien pesarían seis expedientes por corrupción relacionados con un presunto desfalco en la petrolera estatal (PDVSA). «Podrán haber destruido los expedientes, pero las copias verificadas están en mi poder», ha avisado, según los extractos del discurso difundidos por medios locales.
Ortega Díaz ha atribuido las acusaciones vertidas por el chavismo al «afán de esconder» las corruptelas y se ha ofrecido a entregar la información a todos los países que deseen investigarla. No obstante, ha confirmado expresamente que enviará pruebas a España, Estados Unidos y Colombia.
También ha admitido que estudia viajar a estos tres países, así como a Brasil, para evitar ser detenida, aunque sólo ha confirmado de momento la oferta de asilo presentada por el presidente colombiano, Juan Manuel Santos. Ortega Díaz, que regresará de momento a Colombia, tiene previsto tomar una decisión al respecto en cuestión de horas.
La antigua responsable del Ministerio Público fue apartada del cargo el 5 de agosto por la recién constituida Asamblea Nacional Constituyente (ANC), un órgano contra el que ha cargado con dureza en estas últimas semanas y al que sigue viendo como un instrumento al servicio del poder chavista.
La Constituyente, ha advertido, ha creado una comisión específica con facultades para imputar y condenar y que actúa «como una inquisición», de tal forma que pueda garantizarse la persecución de «cualquier ciudadano que constituya un adversario político».
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http://www.abc.es/
MRF
Ortega Díaz, que huyó la semana pasada a Colombia ante la amenaza de detención en Venezuela, ha reaparecido en una cumbre de fiscales en Brasil en la que ha amenazado con sacar a la lucha «muchas pruebas» que acreditarían las actividades irregulares de destacados funcionarios.
En el caso de Odebrecht, la constructora brasileña que tejió una red de sobornos en toda la región, la antigua responsable del Ministerio Público venezolano ha asegurado que sus pruebas comprometen a Maduro y a los diputados de la Asamblea Nacional Constituyente Jorge Rodríguez y Diosdado Cabello. En concreto, la exfiscal ha acusado a Cabello de gestionar la entrega de 100 millones de dólares a través de la empresa de transporte TSE Arietis.
Las acusaciones de Ortega Díaz también se han extendido a su sucesor en la Fiscalía, Tarek William Saab, sobre quien pesarían seis expedientes por corrupción relacionados con un presunto desfalco en la petrolera estatal (PDVSA). «Podrán haber destruido los expedientes, pero las copias verificadas están en mi poder», ha avisado, según los extractos del discurso difundidos por medios locales.
Ortega Díaz ha atribuido las acusaciones vertidas por el chavismo al «afán de esconder» las corruptelas y se ha ofrecido a entregar la información a todos los países que deseen investigarla. No obstante, ha confirmado expresamente que enviará pruebas a España, Estados Unidos y Colombia.
También ha admitido que estudia viajar a estos tres países, así como a Brasil, para evitar ser detenida, aunque sólo ha confirmado de momento la oferta de asilo presentada por el presidente colombiano, Juan Manuel Santos. Ortega Díaz, que regresará de momento a Colombia, tiene previsto tomar una decisión al respecto en cuestión de horas.
Sin garantías
En opinión de la exfiscal general, «en Venezuela no hay garantía de justicia», por lo que ha pedido a otros países que actúen con firmeza y dejen de colaborar en términos judiciales con el Gobierno de Nicolás Maduro. Precisamente el martes el presidente anunció que pediría una orden de arresto internacional contra Ortega Díaz.La antigua responsable del Ministerio Público fue apartada del cargo el 5 de agosto por la recién constituida Asamblea Nacional Constituyente (ANC), un órgano contra el que ha cargado con dureza en estas últimas semanas y al que sigue viendo como un instrumento al servicio del poder chavista.
La Constituyente, ha advertido, ha creado una comisión específica con facultades para imputar y condenar y que actúa «como una inquisición», de tal forma que pueda garantizarse la persecución de «cualquier ciudadano que constituya un adversario político».
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El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció este martes que pedirá a Interpol la captura de la exfiscal Luisa Ortega y de su marido, el diputado chavista Germán Ferrer,
que huyeron de su país el viernes. Ortega, según confirmaron las
autoridades migratorias colombianas, viajó este martes a Brasil.
En una rueda de prensa con medios nacionales e internacionales, Maduro se refirió a su petición de que «estos delincuentes sean entregados a la Justicia venezolana para que se haga justicia en territorio y jurisdicción» de su país. «Nunca me imaginé una traición» -dijo- como la de la exfiscal. «Vino aquí como una santita y se fue comprometida para hacer justicia», en alusión a la denuncia de Ortega sobre la ruptura del hilo constitucional por el Tribunal Supremo. «Espero que se cumpla el código rojo y sean entregados a la Justicia venezolana», dijo.
En un nuevo varapalo para la oposición, el líder chavista ratificó ayer que las elecciones presidenciales serán en diciembre de 2018 y no antes, como reclaman sus detractores. «Así Trump venga al frente de una invasión en Venezuela, habrá elecciones presidenciales en 2018. Así venga vestido de marine», puntualizó Maduro. Y pese a la crisis generalizada que atraviesa Venezuela y su impopularidad, Maduro subrayó que las «ganará». También reiteró que las regionales serán en octubre y las municipales el año próximo, cuando las anuncie el Consejo Nacional Electoral (CNE), de mayoría chavista.
Vestido con un traje negro de cuello mao, el mandatario venezolano convocó una rueda de prensa para anunciar medidas económicas, pero dijo que hasta dentro de unos días no estarán preparadas. Aprovechó la convocatoria para promocionar la celebración de una «cumbre de solidaridad» con su régimen, aislado por el rechazo que ha generado la puesta en marcha de una «ilegítima» Asamblea Nacional Constituyente.
Nicolás Maduro calificó asimismo de «agresión imperialista» las amenazas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre una intervención militar en Venezuela. Y se quejó de que Washington prepare sanciones y bloqueos financieros contra dirigentes venezolanos. «Sea lo que sea el futuro de nuestra relaciones, debemos hablar, voy a enviarle una carta y seguro que cuando la lea va a cambiar, desescalemos las relaciones tensas y propiciemos el diálogo», conminó a Trump. También pidió al Papa Francisco ayuda para impedir que EE.UU. «nos invada» y colabore con el diálogo. Maduro considera que Venezuela es víctima de una supuesta campaña mundial de difamación. En el caso de España, precisó que Venezuela es una cuestión nacional en los medios.
El mandatario considera que la «revolución bolivariana es ejemplar», que la recuperación económica «ya arrancó» y la Constituyente «es la jugada perfecta». Reiteró que habrá nuevas medidas económicas que serán anunciadas muy pronto y anticipó que se mantendrán las bolsas de comida «Clap» (por comités locales de administración y producción) para «defendernos del ataque financiero y económico de Trump». Por último, amenazó que a Venezuela «no la saca nadie de Mercosur».
En una rueda de prensa con medios nacionales e internacionales, Maduro se refirió a su petición de que «estos delincuentes sean entregados a la Justicia venezolana para que se haga justicia en territorio y jurisdicción» de su país. «Nunca me imaginé una traición» -dijo- como la de la exfiscal. «Vino aquí como una santita y se fue comprometida para hacer justicia», en alusión a la denuncia de Ortega sobre la ruptura del hilo constitucional por el Tribunal Supremo. «Espero que se cumpla el código rojo y sean entregados a la Justicia venezolana», dijo.
En un nuevo varapalo para la oposición, el líder chavista ratificó ayer que las elecciones presidenciales serán en diciembre de 2018 y no antes, como reclaman sus detractores. «Así Trump venga al frente de una invasión en Venezuela, habrá elecciones presidenciales en 2018. Así venga vestido de marine», puntualizó Maduro. Y pese a la crisis generalizada que atraviesa Venezuela y su impopularidad, Maduro subrayó que las «ganará». También reiteró que las regionales serán en octubre y las municipales el año próximo, cuando las anuncie el Consejo Nacional Electoral (CNE), de mayoría chavista.
Vestido con un traje negro de cuello mao, el mandatario venezolano convocó una rueda de prensa para anunciar medidas económicas, pero dijo que hasta dentro de unos días no estarán preparadas. Aprovechó la convocatoria para promocionar la celebración de una «cumbre de solidaridad» con su régimen, aislado por el rechazo que ha generado la puesta en marcha de una «ilegítima» Asamblea Nacional Constituyente.
Nicolás Maduro calificó asimismo de «agresión imperialista» las amenazas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre una intervención militar en Venezuela. Y se quejó de que Washington prepare sanciones y bloqueos financieros contra dirigentes venezolanos. «Sea lo que sea el futuro de nuestra relaciones, debemos hablar, voy a enviarle una carta y seguro que cuando la lea va a cambiar, desescalemos las relaciones tensas y propiciemos el diálogo», conminó a Trump. También pidió al Papa Francisco ayuda para impedir que EE.UU. «nos invada» y colabore con el diálogo. Maduro considera que Venezuela es víctima de una supuesta campaña mundial de difamación. En el caso de España, precisó que Venezuela es una cuestión nacional en los medios.
El mandatario considera que la «revolución bolivariana es ejemplar», que la recuperación económica «ya arrancó» y la Constituyente «es la jugada perfecta». Reiteró que habrá nuevas medidas económicas que serán anunciadas muy pronto y anticipó que se mantendrán las bolsas de comida «Clap» (por comités locales de administración y producción) para «defendernos del ataque financiero y económico de Trump». Por último, amenazó que a Venezuela «no la saca nadie de Mercosur».
Asilo en Chile
El Gobierno chileno, mientras tanto, concedió asilo diplomático a cinco magistrados designados por la oposición venezolana para el Supremo, y desde hace unas semanas refugiados en la residencia del embajador chileno en Caracas. Zuleima Del Valle González, Beatriz Ruiz, Luis Marcano, José Fernando Núñez y Elenis Del Valle pidieron «formalmente» asilo después de intentar aclarar su situación judicial.http://www.abc.es/
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