El Rey está recibiendo muchos halagos por su presencia en la manifestación de Barcelona a sabiendas de la encerrona que se iba a encontrar. Pero, ¿por qué la Reina no estaba a su lado?
Sólo ellos, los radicales, aplauden la encerrona en la que se vio envuelto el Rey. Lo demás que llegan desde Cataluña, desde el resto de España y también desde el extranjeros son críticas a la politización que la Asamblea Nacional Catalana y sus voluntarios hicieron del acto.
La opinión publicada coincide en que a pesar de todo Felipe VI hizo muy bien en manifestarse en Barcelona, convirtiéndose en el primer jefe del Estado que se pone detrás de una pancarta como un español más. Como el primer español.
Felipe VI hizo bien en acudir a Barcelona, en eso hay unanimidad. ¿Pero debió ir acompañado?
No obstante no hay tal unanimidad a la hora de valorar si no habría sido mejor que acudiera acompañado. Al menos para no proyectar esa imagen de soledad. Y máxime teniendo en cuenta que los servicios de Seguridad de la Casa Real, comandados por el coronel de la Guardia Civil José María Corona Barriuso, sabían de antemado dónde se metía el monarca.
En Zarzuela están más que acostumbrados a lidiar con el debate de la presencia de Doña Letizia en los actos de su marido. La Reina no estuvo el viernes 18 de agosto, el día después de los atentados, en el minuto de silencio en la Plaza de Catalunya. Sin embargo, sí acompañó a Felipe VI el sábado 19 en la visita a los heridos, y también el domingo en la misa celebrada en la Sagrada Familia.
Pero desde un principio se decidió que su sitio no estaba en la manifestación del sábado. En la casa no hubo debate en torno a ello porque aseguran que los Reyes siempre han seguido el mismo patrón. Desde la Casa Real reiteran que el jefe del Estado es él, suyo es el papel institucional, y que por tanto a Doña Letizia no le correspondía protagonismo alguno.
Y explican que la Reina consorte ha estado "cuando tenía que estar": mostrando su cariño a las víctimas en los hospitales del Mar y de la Santa Creu i Sant Pau y en la misa en memoria de los fallecidos.
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Politizaron sin miramientos la manifestación de la "unidad" en contra del terrorismo y a favor de las víctimas. Hay fotos que lo demuestran y evidencian que las apariencias engañan.
Coincidiendo
con la muerte de la víctima número 16 de los atentados de Cataluña (una
mujer que resultó herida crítica en La Rambla), y en medio de la resaca
por la manifestación en contra del terrorismo de Barcelona, el
presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se mostró "orgulloso" de haber participado en ella junto al Rey Felipe VI y, pese a los abucheos y pitidos lanzados contra ambos, afirmó que "las afrentas de algunos no las hemos escuchado".
"Estuvimos donde teníamos que estar. Estamos orgullosos de haber estado allí y de que estuviera también el jefe del Estado. Estuvimos, como otras muchas personas en nombre de muchas personas que no pudieron estar, expresando nuestro apoyo a las víctimas del terrorismo y nuestra solidaridad con todos los catalanes sensatos y moderados", aseguró Rajoy este domingo.
De hecho, fuentes del Ejecutivo de Rajoy han filtrado que la "clave" de lo ocurrido durante la marcha de Barcelona, entre los Jardines de Gracia y la Plaza de Cataluña, radica en que la organización (dependiente de la Generalitat de Carles Puigdemont y del Ayuntamiento de Ada Colau) asignaron el servicio de orden del recorrido "a los voluntarios de la Asamblea Nacional Catalana" (ANC), la plataforma independentista encargada de promover en la sociedad civil los actos secesionistas y que en años anteriores ha liderado las movilizaciones de la Diada.
"Estuvimos donde teníamos que estar. Estamos orgullosos de haber estado allí y de que estuviera también el jefe del Estado. Estuvimos, como otras muchas personas en nombre de muchas personas que no pudieron estar, expresando nuestro apoyo a las víctimas del terrorismo y nuestra solidaridad con todos los catalanes sensatos y moderados", aseguró Rajoy este domingo.
De hecho, fuentes del Ejecutivo de Rajoy han filtrado que la "clave" de lo ocurrido durante la marcha de Barcelona, entre los Jardines de Gracia y la Plaza de Cataluña, radica en que la organización (dependiente de la Generalitat de Carles Puigdemont y del Ayuntamiento de Ada Colau) asignaron el servicio de orden del recorrido "a los voluntarios de la Asamblea Nacional Catalana" (ANC), la plataforma independentista encargada de promover en la sociedad civil los actos secesionistas y que en años anteriores ha liderado las movilizaciones de la Diada.
El Gobierno de Rajoy
considera que esta decisión es la que permitió que los independentistas
tomaran el control de los laterales de la manifestación y llenaran "los
puntos claves del recorrido" con sus partidarios, que portaban banderas
esteladas promovidas por la CUP y ERC.
Además, entre ellos incluyeron a
las entidades que protestaban contra la venta de armas de España a
Arabia Saudí y que repartieron cientos de pancartas contra el Rey y
contra el presidente del Gobierno, con mensajes como "Felipe, quien quiere la paz no trafica con armas", "Mariano, queremos la paz, no vender armas" e "Imagina un país que no venda armas".
Las mismas fuentes aseguran que fue así como las organizaciones independentistas montaron la pitada contra Felipe VI y Rajoy,
que captó la atención de todos los medios de comunicación tanto a su
llegada como al acabar la manifestación, además de otros momentos en los
que abucheaban al monarca y al jefe del Ejecutivo, e incluso les
gritaban "¡Fuera, fuera!".
El Gobierno sostiene que con
esta estrategia buscaron "diluir la auténtica manifestación unitaria
contra el terrorismo, que se desarrollaba pacíficamente y
respetuosamente unos metros atrás".
De hecho, argumenta esta tesis
con fotografías de la manifestación en las que se observa que las
banderas independentistas y las pancartas contra el Felipe VI y Rajoy
estaban colocadas pocos metros detrás de la comitiva de autoridades y
estaba formada por pocos cientos de personas, con la misión de ser
claramente visibles en las imágenes de televisión y en las fotografías
de la prensa.
En este sentido, el
Ejecutivo destaca que el resto de la manifestación estaba protagonizada
por cientos de miles de ciudadanos que sí habían acudido para expresar
su rechazo al terrorismo y manifestar su solidaridad con las víctimas.
Una imagen vale más que mil
palabras y en este caso, las imágenes evidenciarían fácilmente lo
ocurrido y demostrarían que "los radicales, como siempre, pretenden
ocultar a la mayoría pacífica y sensata" que existe en Cataluña.
http://www.esdiario.com/
MRF
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