Aunque tímidamente, el sector inmobiliario ha empezado
a asomar la cabeza en Ponferrada tras años de
Así lo constatan los datos de las licencias para obras mayores
concedidas por el Ayuntamiento desde principios del año
Obras ejecutadas en los últimos meses, en fase de
ejecución o pendientes de inicio que han devuelto
cierto optimismo a una ciudad paralizada que también
empieza a ver actividad ligada a la rehabilitación
de vivienda vieja. Los números, eso sí, se alejan mucho
de la época del ‘boom’ inmobiliario. 108 viviendas
figuran en el registro de obras mayores con licencia
concedida en 2018 y 2019, de las cuales dos son edificios
de once viviendas y los otros dos, de 51 viviendas cada uno
. Además, se han concedido licencias para la realización
de una treintena de rehabilitaciones.
Esto en lo que a licencias concedida se refiere, pero
el empuje es más pronunciado si se tiene en cuenta
la presentación de proyectos, ya que no todos los
presentados han sido informados favorablemente
a la fecha. «Algunos están informados y otros no porque
se les ha requerido algún tipo de documentación»,
explican fuentes de la Concejalía de Urbanismo
del Ayuntamiento de Ponferrada. Atendiendo a
este parámetro, el número se eleva hasta las 117 viviendas
de nueva construcción que figuran en los proyectos
presentados en 2018 y 2019. Muy por encima de las
cifras de años anteriores, ya que en 2017 fueron 19 los
proyectos presentados y en 2016 el número se quedó
en 24. Es decir, 43 proyectos presentados en un período
de tiempo similar al que ahora se está valorando y
que indica cierta mejoría del sector inmobiliario.
2018 ya permitió ganar optimismo tras años de parálisis
absoluta en la que no se veía ni una sola grúa, ni una
sola obra de nueva en la capital berciana. Pero 2019
está siendo mejor. De esas 108 licencias para obras
mayores concedidas por el Ayuntamiento de
Ponferrada, 34 corresponden a 2018 y 74 al ejercicio
en curso. Ello corrobora la tendencia ascendente.
Una cifra en positivo que se hace extensible también
a la mejora de la accesibilidad de los inmuebles ya existentes.
«Es significativo el número de instalaciones de ascensores
en edificios para mejorar la accesibilidad que
se han presentado en estos últimos dos años»,
aseguran fuentes del departamento de
Urbanismo del Ayuntamiento. Han sido trece
en los últimos 19 meses.
El centro de la ciudad y también la parte alta están
siendo testigos del remonte del sector inmobiliario.
Vuelve a haber iniciativa de construcción y detrás de eso está
el hecho de que vuelve a haber interés en la compra de vivienda.
En todo caso, todavía es considerable el número de pisos
vacíos en la capital berciana, muchos de ellos antiguos
y que requieren de una rehabilitación. La treintena de licencias
concedidas en los últimos meses para ello también denota
el interés por la vivienda de segunda mano.
Fueron 22 en 2018 y han sido ocho en lo que va de
año. El ARU proyectado para la Puebla Norte está
enfocado, precisamente, a la rehabilitación de inmuebles
de muchos años que no reúnen las condiciones de
accesibilidad ni estado de las nuevas construcciones
Teleperformance
«La situación en Teleperformance cada vez es
más insostenible para los y las teleoperadores
que, desde hace ya años, vienen sufriendo una
realidad repleta de incidencias y errores por parte
de la empresa. Tras un tiempo en el que desde la CGT
hemos intentado subsanar muchas de estas cuestiones
de forma interna sin éxito, hemos vuelto
a llamar a la plantilla a la huelga». Así anunció
el sindicato CGT la adhesión del centro de
Teleperformance de Ponferrada al paro de
dos días que también se va llevar a cabo en
los centros de Sevilla y Santander.
La primera jornada de huelga será mañana
mismo y la segunda, el 16 de septiembre.
La «precariedad laboral» que denuncian
está detrás de esta decisión. «Lo que reivindicamos
es la puesta en marcha de medidas que subsanen
todos los problemas que la empresa viene acarreando»,
asegura el sindicato en un comunicado
en el que detalla esas incidencias.
Incentivos que no se pagan, el «desprecio» con
el que la empresa trata a la parte social, la
interpretación «completamente parcial» del
convenio en cuanto a permisos retribuidos y no
retribuidos que siempre perjudica a los trabajadores,
un nuevo sistema de ampliaciones de jornada
«totalmente precario», con distribuciones «irregulares»
que «no permiten conciliar la vida personal y laboral»;
no saber cuánto se va a cobrar a final de mes,
la planificación a la baja de la carga de trabajo,
el «uso abusivo de los despidos», la «obligación de
mentir que la empresa impone para vender productos»,
el «decadente» funcionamiento de los sistemas informáticos.
Estos son algunos de los problemas que denuncian
los representantes de los trabajadores.
Situaciones límite que quieren
frenar y para ello convocan la huelga de 48 horas».
El objetivo es «hacer reaccionar a una empresa que
se ha instalado en un pasotismo para con sus
trabajadores que no vamos a permitir ni un día más», afirman.

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