Las cuantías serán de hasta 500 euros por dos años
La Junta de Castilla y León ha convocado un paquete de subvenciones
dotado de 1,8 millones de euros destinado a trabajadores de 55 años
o más con un contrato laboral extinto, según la orden publicada
este miércoles por la Consejería de Empleo e Industria en
el Boletín Oficial de la Comunidad.
Estas ayudas tienen por objeto paliar la situación económica
de parados con 55 o más años de edad como consecuencia de
la extinción de sus contratos de trabajo en una empresa en crisis.
Para estos incentivos se establecen dos programas de apoyo,
el primero de ellos dotado con 1,6 millones de euros
y destinado a personas de 55 o más años damnificadas
por la extinción de su contrato laboral, que firman un
convenio especial con la Seguridad Social para reforzar
las bases de cotización de su futura pensión.
En este caso, la cuantía a percibir es de hasta 500 euros
durante un máximo de veinticuatro mensualidades.
Por otra parte, la segunda linea de apoyo habilita 200.000 euros
para compensar la indemnización reconocida a
los trabajadores mayores de 55 años que han perdido
su empleo, siempre que esta cuantía esté sufragada
por el Fondo de Garantía Salarial y su cuantía
sea inferior a la reflejada en la sentencia.
En esta situación, el importe de la subvención oscila
entre los 1.085 y 1.950 euros, en función de
la antigüedad del empleado en la empresa y de su base de cotización.
Por primera vez, esta convocatoria podrá ser percibida
por personas que, aún sufriendo un despido, hayan encontrado
otra ocupación o tienen en vigor algún contrato
de trabajo en el momento de la presentación de la solicitud.
El plazo de presentación de solicitudes comenzará
el próximo 28 de septiembre, hasta el 10 de octubre de este año...
Tremor..
Cerca de cuarenta personas han respondido a la llamada para
comprar un piso por 3.800 euros y el Ayuntamiento ya
ha cerrado la venta de seis
Tarragona, Zamora, Guadalajara, Madrid, Palencia,
León y Ponferrada son algunos de los lugares
de origen de las cerca de cuarenta personas que
se han interesado por adquirir una de las viviendas
mineras que el Ayuntamiento de Igüeña vende
en Tremor de Arriba a 3.800 euros. La llamada
realizada por su alcalde, Alider Presa, para encontrar
comprador para alguno de los más de 20 pisos
libres ha surtido efecto. Fue a finales de junio y,
desde entonces, ya se han vendido media
docena de casas y se está a la espera de confirmar otras tres.
Sobre todo, el precio ventajoso difícilmente
igualable, pero también la ubicación en un entorno
natural de gran belleza y cerca de localidades más grandes,
como Bembibre y Ponferrada, han sido los atributos
tenidos en cuenta porque quienes se han interesado
por adquirir una de estas viviendas que fueron
construidas en los años 60 para los mineros.
Todas tienen 65 metros cuadrados y tres habitaciones,
baño y cocina. Todas son de titularidad municipal y todas
pueden ser reformadas sin problema alguno. La mayoría
cuestan 3.800 euros, pero también las hay de 3.500,
las que están en el piso más bajo. Viviendas que
han convertido a Tremor de Arriba en el pueblo
de los sin pueblo. Y es que la mayoría de los compradores y
de quienes han mostrado interés lo quiere para venir de
veraneo, aprovecharlo en puentes y festivos. En definitiva,
escapar de la rutina y dejarse conquistar por
la vida relajada que un pueblo como este ofrece.
Algunos de los compradores ya van muy avanzados
en el proyecto de reforma para dejarlo a su gusto,
según informaron ayer fuentes del Ayuntamiento
de Igüeña, confiado en que las últimas compras sirvan
de efecto llamada y los nuevos vecinos, aunque sean
estacionales, traigas nuevos vecinos más. También es cierto
que alguno de los compradores —es verdad que los minoritarios
— pretende hacer de la vivienda prácticamente su residencia habitual.
Detrás de la decisión de adquirir un piso
en Tremor de Arriba hay motivos diferentes.
Todos los que han comprado buscan un pueblo, sí, pero lo hacen
por diferentes razones. Algunos porque tienen familiares
o amigos que residen en el Bierzo y les gusta.
Otros simplemente por este último, porque quieren vivir en el Bierzo
Clínica Ponferrada.
La dirección de Clínica Ponferrada ha reconocido que
«la viabilidad de la empresa pasa por la adquisición
de la misma por un grupo importante implantado
a nivel nacional». La empresa, que el próximo 26 de
septiembre planteará a sus accionistas solicitar
el concurso voluntario de acreedores para defenderse
del pago de en torno a tres millones de euros a
una empresa del anterior gestor, el Grupo
Laber Hospitales, todavía tiene «por decidir la venta»,
según han informado en una nota a este periódico,
pero «ya hay varias ofertas sobre la mesa
y es posible que llegue alguna más».
La empresa ha recurrido la sentencia que le obligaría
a pagar en torno a tres millones de euros a una de
las empresas del grupo Laber que a su vez es
accionista de la empresa. En tanto se resuelve el pleito
, el Consejo de Administración tiene intención de proponer,
como medida defensiva para evitar que la viabilidad
de la empresa esté en entredicho, solicitar el concurso
voluntario de acreedores. En la Junta General extraordinaria
convocada para dentro de un mes también definirá
el nombre quienes representarán a la sociedad en
el concurso. La venta de la clínica, sin embargo,
podría adelantar la solución.
Clínica Ponferrada ya ha difundido una nota para
tranquilizar a los pacientes y dejar claro que «nada
va a cambiar» en la atención médica que reciben.
El complejo abrió sus puertas en 1996 en la avenida
de Galicia, de la mano del mismo grupo de médicos
de Ponferrada que lleva las riendas de la sociedad en la actualidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario