Hoy lunes 13 de mayo se celebra, por quinto año consecutivo, el Día del Niño Hospitalizado. El Hospital del Bierzo celebra un acto a las dos del mediodía a la entrada del centro. Es un día dedicado a rendir homenaje a todos los niños ingresados, a sus familias, a los profesionales que les curan y cuidan y a los voluntarios que les visitan, animan y acompañan. En el acto se lanzarán besos simbólicos a todos ellos.
Sucesos
Acepta la petición fiscal tras reconocer que la amenazó con una navaja en la calle Panamá.
La Audiencia Provincial de León ha condenado a dos años de prisión a un hombre que intentó secuestrar a su expareja cuando ella se dirigía a un centro educativo de Ponferrada en octubre de 2012 como autor de un delito de detención ilegal. En el fallo, al que ha tenido acceso este periódico, se considera probado que, con la ayuda de otro hombre que no ha podido ser identificado y que se encontraba en el interior de un coche, «se dirigió a la misma, la tapó la boca con un trapo y la sujetó por la mochila que llevaba puesta en la espalda, sacando una navaja del bolsillo que colocó junto a su cuello, para arrebatarle el móvil y apagarlo, diciéndole que le iba a explicar el motivo por el cual le había dejado».
La sentencia también le prohíbe acercarse a la víctima a menos de 200 metros de distancia «en cualquier lugar que se encuentre, así como a su domicilio, centro de trabajo o cualquier otro lugar frecuentado por ella, así como a comunicarse con ella por cualquier medio o procedimiento durante dos años». Además, deberá indemnizarla con 500 euros. En el juicio, el hombre aceptó el relato del fiscal y la petición de pena «con el agravante de parentesco».
El tribunal considera probado en el fallo que el día de los hechos, el 26 de octubre de 2012, el hombre abordó a su expareja sobre las ocho de la mañana en la calle Panamá de Ponferrada ,cuando la joven se dirigía al instituto. Tras amenazarla con una navaja de bolsillo, trató de introducirla a la fuerza en el maletero del coche mientras ella forcejeaba, para lo que pidió ayuda al hombre que se encontraba en el interior, que también portaba una navaja. La mujer pidió a ambos que la dejaran dentro del coche y no en el maletero, «a lo que accedieron introduciéndola en la parte trasera para que no pudiera abrir la puerta». La joven fue finalmente introducida en el asiento del copiloto provocando un nuevo forcejeo que terminó cuando prometió que se quedaría quieta si el amigo de su expareja abandonaba el coche, a lo que accedió el condenado. «A continuación —sigue el relato de los hechos probados— circularon por diversas calles de la localidad de Ponferrada, tratando la perjudicada de pedir auxilio y salir del coche en varias ocasiones, lo que fue impedido en todo caso por el acusado, hasta que al hacer un stop en las inmediaciones del Instituto Europa, Virginia consiguió abrir la puerta y salir corriendo pidiendo auxilio a unos alumnos y al director del instituto que se encontraban en la calle y que procedieron a auxiliarla». Allí esperó hasta que llegó la Policía.
Como consecuencia de los hechos, la joven sufrió contusiones y erosiones en las rodillas, en ambas manos, cervicalgia y una crisis de ansiedad que requirieron atención sanitaria. El juicio se suspendió el primer día porque el acusado alegó que estaba trabajando en Albacete
Flores del Sil
Flores del Sil celebró ayer el día grande de sus fiestas patronales. Y allí estaban prácticamente la mayoría de los aspirantes a ocupar algún puesto de responsabilidad en el Ayuntamiento de Ponferrada. Hubo procesión de Santiago Apóstol, acompañado de la Virgen de la Estrella. Fueron cientos de personas los que hicieron el recorrido procesional. Además de los pronunciamientos políticos, como el anuncio de que Villablino celebrará un pleno para pedir a Ponferrada una máquina de vapor y restaurarla, también se vio la intensidad de los trabajos de limpieza tras una larga noche. El concurso de espantapájaros se suspendió.m. macías
Cultura Ciencia
El granadino Emilio Herrera, aviador, ingeniero, inventor y aventurero español diseñó la escafandra estratosférica en 1935, un equipo que pesaba 127 kilogramos.
Para llegar hasta ahí hicieron falta años de trabajo y un enorme (e incomprendido) gasto público, pero, sobre todo, fue esencial el papel desempeñado por unos cuantos visionarios que siempre creyeron en un futuro todavía inimaginable.
Uno de esos hombres extraordinarios fue Emilio Herrera, aviador, ingeniero, inventor y aventurero español que diseñó un prototipo de traje espacial treinta años antes que los ingenieros de la Nasa.
Pese a ello, lamentablemente, Herrera sigue siendo un personaje muy desconocido en España.
Hace pocos meses, el Gobierno —a iniciativa del ministro de Ciencia, Innovación y Universidades, Pedro Duque— trató de devolver «el honor y la memoria» a este ingeniero granadino a quien la dictadura de Franco retiró la medalla de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales por razones políticas.
«Herrera fue un hombre excepcional, que se implicaba con fuerza y empuje en los proyectos que emprendía. Su historia me es muy cercana por mi formación y trayectoria», destaca en declaraciones a Efe el ministro (y todavía astronauta).
«Impulsado por la figura de su padre, que organizaba ferias y espectáculos científicos en Granada a finales del XIX (trajo los primeros globos aerostáticos de Francia, por ejemplo), Emilio se interesó desde muy joven por la ciencia», detalla a Efe, Juan F. Cabrero Gómez, físico del Laboratorio de Instrumentación Espacial Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA).
La falta de facultades científicas en España le obligó a completar su formación por la vía militar, en la recién creada Academia de Ingenieros de Guadalajara que nació con un gran espíritu científico y experimental.
Ahí trabajó con los globos aerostáticos, donde aprendió a pilotarlos, y se habituó a utilizarlos para campañas científicas como la observación de los cambios en las capas altas de la atmósfera durante un eclipse solar, en Burgos (1905).
«Durante ese tipo de pruebas se dio cuenta de que subiendo en globo se observaban cosas que no se apreciaban desde tierra pero, en ese momento, técnicamente, la única manera de hacerlo era hacerlo desde una barquilla presurizada», relata Cabrero.
A partir de ahí, Herrera no dejó de pensar en un método que permitiera a los hombres superar la atmósfera y mantener la movilidad de manera autónoma, «pero para eso hacía falta una nave espacial adaptada al cuerpo, es decir, un traje espacial».
Escafandra estratosférica
Entre 1915 y 1930 se dedicó en cuerpo y alma a la investigación aeronáutica y al diseño de una «escafrandra estratosférica» que le permitiera llegar a las capas más altas de la atmósfera.
En 1935, cuando Herrera hizo las pruebas de resistencia, su traje resolvía todos los retos del momento: permitía total movilidad, protegía de la radiación solar, resistía los cambios de temperatura y las presiones extremas, y suministraba oxígeno gracias a una botella con autonomía para más de dos horas.
El equipo completo ideado por Herrera pesaba 127 kilos, tan solo tres kilos menos que los trajes que llevan los astronautas de la Nasa desde 1982, y llevaba incorporado un caso de chapa de acero, forrado de fieltro y recubierto de aluminio pulimentado.
Además, el casco contaba con un sistema de comunicación radiotelefónico y con un triple cristal irrompible con filtros que protegía a la vista de la luz ultravioleta y los ultrarrojos.
El traje estaba hecho con una superposición de capas: una primera de lana, otra de caucho, una tercera de lona reforzada con cables de acero y una última capa reflectante de plata para evitar el calentamiento.
Actualmente, los trajes espaciales son blancos (para reflejar el sol), están hechos con nailon y poliéster, cuentan con un aislamiento térmico de última generación y están acabados con nomex, un material blindado, ignífugo, impermeable que les permite soportar temperaturas de entre 136 y -150 grados centígrados
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