!Ojo! La caída del ahorro de las familias ha llegado demasiado lejos
Desde el punto de vista de los últimos indicadores económicos publicados en nuestro país sería una temeridad decir que en España estamos cerca de una recesión. No, no lo estamos. Pero tampoco conviene caer en la tentación de negar la mayor y pensar que todo va viento en popa como en tiempos que parecen ya inmemoriales (¿se acuerdan de aquel 21 de agosto de 2007 cuando el entonces presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, decía como si tal cosa, tras el estallido de las hipotecas «subprime», aquello de «España está totalmente a salvo de la crisis financiera»? ¿O cuando, pocos meses después, el 14 de enero de 2008, decía: «La crisis es una falacia, puro catastrofismo»? Pues si no se acuerdan, aquí queda dicho).
Hoy, afirmar alegremente que la economía española es un jolgorio de buenas cifras y que podemos tirar de ella hasta hartarnos de medidas sociales muy sensato no es. Sobre todo, porque los vientos de fuera no son precisamente de lo más halagüeños -guerra comercial EE.UU.-China, Brexit, menor crecimiento en las grandes economías europeas...-, y ya nos está afectando.
Esta semana, el Banco de España ha tenido a bien recordar que no es oro todo lo que reluce. Unos cuantos recados a tener en cuenta contra la política económica del presidente Sánchez entre los que resalto uno que parece haber pasado desapercibido y debería preocuparnos, y mucho: la caída del ahorro de los hogares y su endeudamiento para consumir. Una situación, por cierto, que resulta ya más delicada para los hogares con menor nivel de renta. Por dos razones: primero, porque son quienes están financiando su consumo con crédito. Y, segunda, porque tienen una situación laboral más precaria, y en una hipotética (crucemos los dedos) nueva crisis serían los primeros en perder el empleo. ¿Se imaginan qué puede pasar si llega una nueva recesión y perdieran su empleo estando además de nuevo endeudados? ¿Les suena?
Los números lo dicen todo: de cada 100 euros de ingresos, las familias españolas ahorraron 4,9 euros en 2018, el nivel de ahorro más bajo nunca registrado en España, lo que refleja hasta qué punto los hogares emanan furor consumista. Las familias gastan prácticamente toda la renta que ingresan, lo que, por cierto, ha sido muy bueno para impulsar la demanda interna que ha tirado de la economía del país... hasta ahora.
Pero, esta caída del ahorro ha llegado demasiado lejos. Es la primera gran advertencia que hace el Banco de España desde el estallido de la burbuja inmobiliaria y no deberíamos trivializarla. Esta confianza incontrolable en el futuro puede derivar en errores pasados que desembocaron en la anterior crisis, con una diferencia importante: las familias no emplean su capacidad financiera para invertir (por ejemplo, en vivienda) sino para consumir. ¿El resultado? Catastrófico, ya que detrás de esa deuda no hay activo que pueda servir como garantía para cubrirla. ¡Ojo pues! La economía española, en calma chicha...María Jesús Pérez
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