La Asamblea Nacional Catalana (ANC), el «brazo ejecutor», junto a Òmnium Cultural, del proceso independentista en las calles, ya tiene marcada su hoja de ruta de cara a una hipotética intervención judicial. Fuentes internas del movimiento independentista señalan a ABC que dan por «segura» la ilegalización, por lo que ya cuentan con un plan B para continuar con su tarea.
Este pasa por un relevo de sus actividades, que quedarán en manos de los CDR, los Comités de Defensa de la República. Estos grupos nacieron como Comités de Defensa del Referéndum, en los meses previos a la consulta del 1-O, y, tras la votación, variaron su nombre con el objetivo de proclamar la República «salida de las urnas».
El principal motivo de pasar el testigo a los CDR es que estos «no pueden ser ilegalizados, porque no están formalmente constituidos. Son grupos vecinales, asambleas, que se prohibían con las leyes franquistas, pero ahora no es posible», relata a ABC uno de los primeros miembros de la ANC.
Los CDR -unos 270 en toda Cataluña- se distribuyen en barrios y se componen de independentistas sin cargos públicos que trabajan para la secesión de Cataluña. Sus miembros fueron los que escondieron las urnas y el resto de material usado el 1-O, y muchos pertenecen a la ANC y/o Òmnium. Organizan actividades semanales en distintos locales de numerosos municipios y, al carecer de un CIF y una estructura oficial, su persecución es más complicada. La dirección de la ANC, cuyo presidente, Jordi Sànchez, está en prisión preventiva por sedición, junto al de Òmnium, Jordi Cuixart, decidió dejar de cobrar las cuotas a sus socios para no perder esos fondos en caso de intervención.
Lo hizo el pasado octubre, cuando la Guardia Civil pidió a la juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela que bloqueara sus cuentas, medida que aún no se ha tomado. Lo que sí hizo la juez fue bloquear la página web de la ANC (la investigación de la totalidad de la causa está en manos del Tribunal Supremo desde el pasado 24 de noviembre, salvo lo referente al ex mayor de los Mossos d´Esquadra, Josep Lluis Trapero, y a la intendente Teresa Laplana). Según fuentes consultadas por este diario, la ANC acaba de comunicar a sus miembros que va a girar una cuota para financiar distintas actividades.
Esta organización ingresa al año más de tres millones de euros. Cuenta con unos 80.000 socios, de los que una mitad pagan cuota y la otra son «simpatizantes». También se financian con la venta de «merchandising» independentista. Aseguran no haber cobrado subvenciones, algo que se está investigando y que podría ser motivo de ilegalización
Cuentas «personales»
Entre los
depósitos bancarios que la ANC controla están los dos de la «caixa de
solidaritat». Se trata de una cuentas de La Caixa y otra de la Caixa
d´Enginyers (Caja de Ingenieros), que sirven como «colecta popular» para el pago de las fianzas de los políticos independentistas.
Artur Mas y el resto de investigados por la consulta ilegal del 9-N de 2014 han recibido más de dos millones de euros de esta «caja de resistencia»
para la fianza impuesta por el Tribunal de Cuentas. Por su parte, los
150.000 euros que aportó la presidenta del Parlamento catalán, Carme
Forcadell, para abandonar la cárcel también salieron de estas cuentas,
así como los 100.000 de cuatro exconsejeros de la Generalitat.
El movimiento civil secesionista
Casi 300 Comités para la República Los 270
Comités de Defensa del Referéndum nacieron en los meses previos al
ilegalizado 1-O para realizar las tareas que los políticos y
funcionarios no podían acometer. Tras la consulta, mutaron su nombre a
Comités de Defensa de la República, el siguiente paso, con el objetivo
de la secesión de Cataluña.
La CUP, clave en los comités populares
Los CDR
son movimientos ciudadanos de corte asambleario en los que tienen gran
fuerza los colectivos de la izquierda independentista. Independencia,
izquierda y calle es el ADN de la CUP, partido político que cuenta con
una importante presencia en las actividades políticas y culturales que
organizan los CDR.
La ANC ingresa más de 3 millones al año
La
Asamblea Nacional Catalana está constituida como asociación y no publica
sus cuentas. Solo las facilita a sus miembros. Ingresan más de tres
millones de euros al año, que provienen de las cuotas de sus 40.000
asociados con derecho a voto, de la venta de «merchandising» (camisetas,
banderas...) y de distintas campañas.
La caja para pagar las fianzas
La ANC y
Òmnium Cultural manejan las dos cuentas bancarias que nutren la «caixa
de solidaritat». Reciben donaciones para el pago de las fianzas de los
políticos independentistas, como Artur Mas o Carme Forcadell, que han
recibido casi tres millones de euros. Dos miembros de la ANC y otros de
Òmnium controlan estas cuentas.
http://www.abc.es/
MRF
La CUP, clave en los comités populares
Los CDR son movimientos ciudadanos de corte asambleario en los que tienen gran fuerza los colectivos de la izquierda independentista. Independencia, izquierda y calle es el ADN de la CUP, partido político que cuenta con una importante presencia en las actividades políticas y culturales que organizan los CDR.
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