Amo la hermosura, pero para presidir países no creo que sea mucho pedir que haya algo más
Inés Arrimadas fue ayer a Waterloo a decirle a Puigdemont que no existe la república catalana, pero certificando a la vez, con su visita, que algo hay, porque si no, no habría ido. En la habitual sobreactuación de Ciudadanos, que intenta presumir en sus escenificaciones de aquello que es incapaz de ganar con sus políticas, fue doña Inés a gritar a las puertas de una casa, como los energúmenos a los que nunca me cansaré de repudiar. Y consiguió lo que ni toneladas de propaganda independentista habían logrado: que la dignidad, ni que sólo fuera por un instante, cambiara de bando. De un lado, nuestra democracia convertida en una histérica, rebajada en la calle a escrache de megáfono y pancarta. Del otro, un hombre en su casa, como hacen los domingos las personas formales, sin abrir a extraños y mucho menos si el circo ha llegado a la ciudad.
Ciudadanos ganó las elecciones catalanas que el presidente Rajoy convocó en Cataluña en virtud del artículo 155, cuya aplicación Albert Rivera no quería porque decía que era «como entrar con elefante en una cacharrería». Pese a ello, votantes del PP, del PSC y hasta de Convergència confiaron en Arrimadas para frenar al independentismo y con su voto prestado le brindaron una victoria histórica. Pero de nada sirvió. Ninguna idea, ninguna intensidad, ninguna imaginación para defender a la mitad de Cataluña abandonada.
El sábado anunció que será candidata al Congreso para presumir en Madrid de su trabajo en Cataluña, cuando aquí hace tanto que no la vemos que casi ni la recordamos. Me gusta cuando estás ausente porque estás como callada. ¿O era al revés?
La bella Inés, el bello Albert. El pelo que se añadió Rivera no fue un implante, fue una metáfora. A Arrimadas no le hizo falta, porque venía perfecta de casa. Amo la hermosura, pero para presidir países no creo que sea mucho pedir que haya algo más. Algo más serio, a ser posible.
Cuando a un prófugo chiflado le basta con quedarse en casa para que el payaso parezcas tú tendrías que reflexionar sobre a qué dedicas tus domingos por la mañana.....Salvador Sostres
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