La iniciativa internacional ‘Pulpitos Solidarios’ promovida en Ponferrada por la veterinaria Maite Palla, con la colaboración de la jefa del servicio de Pediatría del Hospital El Bierzo, Ana Lucía Martínez, alcanza su culmen mañana con la entrega de los pulpitos tejidos hace un par de semanas en L’atelier de Elena para su reparto entre los niños prematuros que nazcan en el centro asistencial berciano.
La entrega está prevista para las 12.30 horas y la primera en recibir su pulpito será una niña prematura que permanece ingresada en el Hospital El Bierzo y que cumple con las características de los bebés a los que van dirigidos estos pequeños muñecos tejidos a ganchillo que tienen una aplicación terapéutica, ya que ayudan a tranquilizanry mejorar la respiración de los prematuos, así como su tasa de oxígeno en sangre.
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El último ha sido fin de semana de control de velocidad en el municipio de Ponferrada. El dispositivo desplegado entre los días 21 y 23 por la Policía Municipal se cerró habiendo controlado a un total de 1.542 vehículos e impusieron hasta 43 denuncias, según detalla el parte policial. Así mismo, los agentes realizaron 33 controles de alcoholemia, en los que únicamente dos conductores dieron positivo.
Por otra parte, continúa la campaña de vigilancia de locales nocturnos a fin de hacer cumplir la normativa. En este sentido, durante el último fin de semana tres locales fueron multados en la capital berciana, dos de ellos por ejercer actividad sin la pertinente autorización municipal y el tercero, por colocar la terraza careciendo, igualmente, de autorización.
La asistencia a una decena de accidentes de tráfico, dos de los cuales se saldaron con heridos, completa el parte de intervenciones de la Policía Municipal de Ponferrada.
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Era cuestión de tiempo y la espera ha terminado. La Mesa del Castaño del Bierzo confirmó ayer la presencia de la avispilla en la comarca después de que varios castañicultores de la asociación de los Tres Valles —Valcarce, Balboa y Barjas— informaran ya el sábado de la existencia de unos abultamientos en las hojas de algunos castaños en el municipio de Vega de Valcarce que han resultado ser las agallas de este insecto que reduce la producción de fruto e, incluso, puede llegar a matar el árbol. Una mala noticia para el sector de la castañicultura, que hasta el momento se había mantenido a salvo y que ahora deberá intensificar la vigilancia a fin de controlar lo máximo posible la extensión de la plaga.
Cómo ha entrado en el Bierzo y cómo evolucionará es difícil de saber, según explicó el director de la Mesa del Castaño, Pablo Linares. Lo más inmediato ahora es articular las medidas de combate establecidas en el protocolo de intervención y que, desde luego, incluyen la puesta en marcha del programa de control biológico, «el único método de lucha que se ha revelado eficaz hasta la fecha en el control de este insecto», recordaron fuentes de la Mesa.
Después de recorrer la zona, los técnicos sólo han localizado presencia de avispilla en aquellas localidades de Vega de Valcarce más próximas a la frontera con Lugo, caso de Herrerías y San Julián. Ello hace pensar que la entrada del insecto en la comarca ha sido natural, pero también puede haberse debido a algún tipo material vegetal. Por ello, desde la Mesa del Castaño hicieron ayer hincapié en la necesidad de mantener la alerta por la posible presencia de agallas «especialmente en las zonas más sensibles, aquellas en las que se han realizado plantaciones con plantas adquiridas fuera de los canales legales de comercialización y, por tanto, sin el correspondiente pasaporte fitosanitario».
¿Qué hacer?
Mientras el Bierzo espera el despliegue del programa de control biológico, los propios castañicultores deben tomar el mando de la situación y, si detectan agallas en sus plantas, deben arrancarlas y quemarlas para evitar que el insecto se desarrolle. «Primero tienen que comunicar la presencia de la avispilla al guarda forestal que corresponda y explorar los castaños para eliminar todos los abultamientos que vayan encontrando en las hojas y que son las agallas en las que se están desarrollando las larvas. Luego tienen que quemarlas», explicó Pablo Linares, asegurando que en función de lo que ha visto «estamos en el año cero», es decir, la plaga está en plan eclosión, en su fase más incipiente.
«Sabíamos que, más tarde o más temprano, iba a llegar, que no nos íbamos a librar. Ahora, es muy difícil saber la extensión que puede alcanzar teniendo en cuenta que en el Bierzo hay más de 18.000 hectáreas de castaños», afirmó el director de la Mesa, reconociendo que precisamente por que la plaga está en fase de desarrollo es muy difícil de ver. «Prácticamente hay que ver cada hoja del castaño», dijo.
«La recogida y comercialización de castañas es una de las actividades que más beneficio genera en las zonas productoras para sus habitantes», destacaron ayer fuentes de la Mesa del Castaño para recordar la importancia que tiene el sector y reclamar una actuación urgente por parte de la Administración competente, que no es otra que la Junta de Castilla y León.
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MRF
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