Por razones profesionales, cada día tomo una media de cuatro taxis.
Es mi mejor manera de apoyar a un sector tradicional del transporte,
en medio de la irrefrenable escalada de la economía colaborativa que,
como todo fenómeno emergente, presenta sus luces y sus sombras.
Durante estos días de huelga, no he podido utilizar
el clásico servicio público y he buscado alternativas.
Creo que los taxistas pueden llevar razón en algunas
demandas pero, con su actitud, están perdiendo la batalla
mediática y miles de clientes. Parece poco inteligente
recurrir a esa presión que perjudica ya no la vida
cotidiana de las personas, sino la economía de
las ciudades donde ellos operan. Desde los clásicos,
se sabe que lo único que no ha variado en la vida es
el cambio. Estar preparados para esas transformaciones
es la mejor forma en que los taxistas podrían enfrentar
esta inflexión en su historia. Abandonar el trabajo, en cambio,
solo es comparable a la incompetencia e incomparecencia del
ministro de Fomento, que se borró del asunto para seguir
desgobernando España. Todavía
hoy no sabemos para qué quiere el gobierno del país este PSOE
.http://abcblogs.abc.es/el-astrolabio/ MRF
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