Fuentes de La Moncloa explicaron que el objetivo es buscar el acuerdo con los grupos parlamentarios, para sacar adelante los pactos y las iniciativas que den «gobernabilidad y estabilidad» a España. Pero la posibilidad de derrota ya no les achanta, porque «en ese caso algunos tendrán que explicar muchas cosas» a los españoles. En esta estrategia del Ejecutivo de Rajoy, en sintonía con el Grupo Popular, se incluirán «cuestiones muy programáticas» del Partido Popular.
Los Presupuestos
Los Presupuestos de 2018 son el último ejemplo. Hasta ahora, el Gobierno siempre defendió que solo llevaría el proyecto de ley al Congreso si tenía garantizados los votos para sacarlos adelante, ya que quería evitar un rechazo a la ley más importante del año, algo que siempre hace temblar los cimientos de una legislatura. El Ejecutivo no presentó las cuentas de este año al Congreso en tiempo y forma, por la falta de ese acuerdo, y de momento siguen prorrogadas las de 2017.
Pero el viernes pasado, en Bruselas, Rajoy confirmó el giro del Gobierno: antes de Semana Santa aprobará los Presupuestos en Consejo de Ministros. Tenga los votos confirmados o no. De esa manera quiere desactivar, por un lado, las críticas de la oposición a la parálisis del Gobierno y el incumplimiento de su deber de llevar un proyecto al Congreso para su debate. Y por otro quiere presionar a sus socios presupuestarios, los que le apoyaron el año pasado, con Ciudadanos a la cabeza, para que justifiquen su postura. «Tendrán que explicar muy bien su posible rechazo», advierten.
En La Moncloa confirman a ABC que la prioridad es conseguir que la negociación acabe bien y los Presupuestos puedan entrar en vigor antes del verano. Pero si el Congreso los tumba, la alternativa no será un adelanto electoral, sino que se mantendrán prorrogadas las cuentas de 2017.
Frente a Ciudadanos
Los populares, espoleados por Rajoy, van a buscar más debates donde creen que pueden doblar el pulso a Ciudadanos. A poco más de un año de las elecciones municipales y autonómicas, el PP quiere retomar una antigua iniciativa para que gobiernen en los ayuntamientos la lista más votada, y no un alcalde producto de pactos de despacho entre perdedores. El Gobierno también dará un fuerte impulso al Pacto del agua, un asunto que enfrenta de manera enconada a muchas comunidades, y en el que Ciudadanos tendrá que tomar partido. La financiación autonómica se pactará principalmente entre el PP y el PSOE, y los situará a ambos como «partidos de Estado».
Además, los populares buscarán el cuerpo a cuerpo en debates como el de la despoblación, las infraestructuras, en concreto sobre el AVE, los autónomos o la conciliación de la vida familiar y laboral. Y entrará de lleno en asuntos como el de las pensiones o la igualdad, con iniciativas propias.
Cuando el Consejo de Ministros dio luz verde a la ampliación de los supuestos delictivos para imponer la pena de prisión permanente revisable, sabía que las posibilidades de conseguir la aprobación en el Congreso eran pequeñas. El Gobierno no cuenta con una mayoría parlamentaria para sacar adelante la reforma del Código Penal, pero se siente plenamente cómodo en un debate que considera ganado en la calle. Además, pondrá en aprieto a su principal competidor en las encuestas, Ciudadanos, hasta ahora detractor de esa medida...http://www.abc.es/ MRF
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