Este domingo también se inaugura la representación de la Pasión, obra de Macario.
Ponferrada celebra este domingo otro de los actos destacados de su Semana Santas. En concreto se trata del esperado pregón que da pie a los numerosos actos religiosos que están previstos y recogidos en el programa oficial, desarrollado por todas las cofradías de la capital berciana.
A las 13.00 horas de este domingo, en el teatro municipal Bergidum, y organizado por la Real Hermandad de Jesús Nazareno, tendrá lugar el pregón. Será a cargo del teniente general del Ejército del Aire, Rubéb Carlos García Servert. En esta ocasión, como ha sucedido en ediciones anteriores, el pregón puede ser seguido en directo hasta cumplir aforo, pero también a través de la radio, por Onda Bierzo.
Por la mañana, el programa de actos que recoge la Real Hermandad Jesús Nazareno contempla la celebración de una eucaristía dedicada a los cofrades fallecidos. Será a patir de las once de la mañana en la Basílica de Nuestra Señora de La Encina.
Más tarde, a eso de las 12.15 horas, en el Museo de las Cofradías tendrá lugar la inauguración de la representación de La Pasión.
El acto lo organiza la Real hermandad de Jesús Nazareno y esta obra es un trabajo del artesano Macario.
De Bembibre Sus padres, más de 3.000, llegaron desde Cabo Verde para trabajar en las minas; hoy apenas quedan 1.100. Sin perder sus raíces, la segunda generación reivindica el orgullo de ser de Bembibre, donde llegaron a convivir 24 nacionalidades distintas.
Bembibre lleva décadas reconociéndose como un «crisol de culturas». El carbón llegó a generar tanto empleo que en la capital del Bierzo Alto llegaron a convivir hasta 24 nacionalidades diferentes. Siempre desde el respeto mutuo, en un ejemplo digno de estudio.
Una parte importante de esa inmigración llegó desde Cabo Verde, un pequeño país africano compuesto por varias islas situado frente a la costa de Senegal. «El Bierzo tiene una importancia muy especial para mi país, ya que fue donde empezó la emigración caboverdiana en España, en los años 70», señala el embajador de Cabo Verde, Nei Monteiro Cardoso. «Los caboverdianos no tenían ningún problema de integración y, además, contaban con un buen trabajo», resume el representante de la antigua colonia portuguesa, que se independizó coincidiendo con la Revolución de los Claveles, patria también de la mítica cantante Cesaria Evora.
Según datos de la Embajada, en la década de los años 90, ya del siglo pasado, en el Bierzo vivían unos 3.000 ciudadanos de Cabo Verde, de los que en la actualidad quedan entre 1.100 y 1.200. «Los primeros que llegaron a Bierzo estaban tan encantados que fueron trayendo sus familias y a muchos amigos. Y supieron mantener las raíces», añade Monteiro Cardoso. Aquellos caboverdianos, hoy prejubilados de la mina, ya tienen hijos mayores, nacidos en el Bierzo, los llamados ‘cabobercianos’, como ellos mismos se autodefinen. Una nueva generación sobradamente preparada que ya no busca trabajo en la mina. Ahora, la incertidumbre es un mercado laboral cada vez más complejo. ‘Cabobercianos de Bembibre como Djessica Barros (licenciada ADE), Helder de Brito (Forestal), J. Gregorio Rodrigues (Operador en Vestas), Cristian Vaz (Filología Inglesa), Florentino Borges (teleoperador), Raly Cabral (Magisterio) y J. Miguel Delgado (operador de Bergidum). «Caboberciano es una denominación que me apasiona, porque me define perfectamente. A mí tanto me gusta el botillo como la cachupa», ironiza uno de ellos, Florentino.
Cuando nacieron estos jóvenes, que ahora rondan la treintena, los caboverdianos ya estaban perfectamente integrados, hasta el punto que, según asegura Cristian, «yo no fui consciente de que se dudara de dónde soy hasta que no salí de Bembibre, porque aquí nadie lo ponía en duda. En Salamanca me preguntaban siempre de dónde era y yo les decía, español. Entonces venía la siguiente pregunta:«Sí, Español pero… Ahí tenías la sensación de ser algo exótico que aquí no vivías porque te criaste con españoles, caboverdianos, pakistaníes, vietnamitas… no había distinción. Ahora valoro más la vida de Bembibre» asegura.
El alcalde de Bembibre, Manuel Otero Merayo, cree que Bembibre es «una muestra de convivencia y aceptación» y que, en el caso de los caboverdianos «la integración es perfecta», quizá «por compartir influencia cultural y religión». «Sao Domingos ha sido la primera población en hermanarse con Bembibre», se enorgullece.
Muchos de los primeros caboverdianos que llegaron a Bembibre lo hicieron desde Sao Domingos, en la isla de Santiago. «La embajada mantiene buenas relaciones con las autoridades bercianas y participa con regularidad en muchas actividades», resalta el embajador. Y es que el Bierzo y Bembibre forma parte de las visitas institucionales de Cabo Verde, como si fuera un país más.
El fútbol es el deporte rey en Cabo Verde, y también lo fue para los caboverdianos de Bembibre y sus hijos. «Done vamos, siempre somos «los de «Bembibre», no los de León o del Bierzo», explican. Precisamente esas salidas a jugar partidos de fútbol dieron origen a una de las anécdotas de estos jóvenes de la comunidad caboverdiana, y es que «hasta los catorce o quince años no tuvimos la nacionalidad española; estábamos en tierra de nadie con un permiso de residencia, ni aquí éramos españoles ni allí éramos caboverdianos», explica... Una situación administrativa que impedía que jugaran en equipos de liga oficial, llegando a protagonizar una portada del periódico deportivo Marca, que denunciaba que, pese a que ellos habían nacido en la provincia de León, les prohibieran jugar en la misma jornada en que jugaban en la Liga Española Figo.
La minería trajo al Bierzo a sus padres, y ha calado en estos jóvenes, que aseguran que el himno de los cabobercianos de Bembibre es la Santa Bárbara. «Te remueve por dentro» señalaba Florentino, que actúa como portavoz, recordando que la entonan en las convenciones que la comunidad celebra en Torrevieja el puente de la Constitución, donde hoy viven muchos de aquellos antiguos mineros de las cuencas de León. «Allí se canta el Santa Bárbara en medio de la fiesta y emociona».
Para mantener y mostrar sus tradiciones los caboverdianos fundaron en Bembibre la primera asociación en España. «Siempre hemos mantenido las tradiciones. Intentar estar juntos y que no se pierda esa costumbre y la fiesta que cada año organizamos», señala Vaz añadiendo que las actividades de las asociaciones caboverdianas -hay dos en la actualidad en Bembibre- han servido para la integración a la inversa. «Hay muchos españoles en nuestras fiestas, se integran muy bien, y al final incluso disfrutan más que nosotros».
El ser hijo de inmigrantes también ha tenido ciertas connotaciones en la educación de estos jóvenes, que les hace ver la vida de otra manera. «Recuerdo de pequeños cuando todos venían o hablaban de la propinas de los abuelos, o de los tíos. En nuestro caso era al contrario, nuestros padres eran los que tenían que enviar dinero a los abuelos», explica. Una circunstancia que también se repite ahora por la crisis que ha llevado a muchos a «mantenerse de las pensiones de sus padres».
Estos jóvenes se muestran orgullosos de sus padres caboverdianos. «Son muy apreciados. Se valoran como gente trabajadora y honrada, y eso es lo que nos han inculcado a nosotros: o estudias o trabajas, nada de pasearte por la vida sin hacer nada», dicen. Mirando al futuro los cabobercianos se sienten como el resto de los españoles. «La cosa está difícil para todos. Nos gustaría sobre todo quedarnos aquí, en nuestro pueblo, pero faltan oportunidades, no puedes demostrar lo que vales porque no tienes opción, e incluso demostrando lo que vales no lo aprecian. Eso lleva a marchar de aquí a los jóvenes» señalaba Flo, mientras Cristian mantiene que, en su caso, las dificultades se incrementan. «El color a veces determina muchas cosas. En las mismas condiciones y con la misma preparación tienes que demostrar el doble» asegura. Y más se complica aún en el caso de las mujeres «Tenemos gente muy preparada, no solo con carrera, módulos, máster, acabo uno y empiezo otro, pero de trabajo nada. Las caboverdianas, pueden ser licenciadas, o diplomadas pero siempre terminan trabajando como camareras. Algún caso en supermercado o centros de estéticas».
Algunos miran ahora a Cabo Verde. «Un país que está en desarrollo y al que ayudaríamos a crecer aplicando los conocimientos y el sistema de trabajo que hemos aprendido aquí» apunta DJessica. «Por eso es más de admirar los primeros inmigrantes que venían a buscarse la vida sin conocer a nadie, sin familias y sin conocer el idioma», una decisión que preferirían no tener que tomar. «Somos de Bembibre, lo queremos y nos gustaría quedarnos aquí», es el grito de los ‘cabobercianos’.....http://www.diariodeleon.es/noticias/bierzo/ MRF
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