Dicen que la política hace “extraños compañeros de cama”. La comisión que pretende investigar en el Congreso la llamada “policía política” va a dar mucho que hablar en las próximas semanas.
En el Gobierno, mucho más en el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y también en el PP,
hay una notable preocupación por lo que va a suceder en las próximas
semanas en la Comisión de Investigacion que este martes ha echado a
andar en el Congreso para investigar el lado más oscuro del Ministerio
del Interior, la llamada cloaca policial.
El presidente de la citada comisión, el peneuvista Mikel Legarda,
tiene ya sobre la mesa de su despacho el calendario, la petición de
documentación y la lista de comparecientes cuya presencia van a reclamar
las distintas formaciones políticas. La alarma se ha instalado en el
organismo que dirige el general Félix Sanz Roldán, conscientes los servicios de inteligencia que esta comisión va a ser en realidad "un laboratorio" para Podemos.
El exministro Jorge Fernández Díaz y el exdirector de la Oficina Antifraude de Cataluña, Daniel de Alfonso, los primeros en desfilar
El partido de Pablo Iglesias, tras el Vistalegre II, se ha fijado como objetivo prioritario desmantelar lo que los morados
denominan ahora "la trama". Se trataría de una supuesta alianza de
intereses entre poderes institucionales, políticos y financieros con
intereses ocultos.
La preocupación entre los populares -en un comisión en la que van a mandar PSOE, Podemos y Ciudadanos- está fijada sobre todo en un compareciente: el excomisario de la Policía Nacional, José Manuel Villarejo, el guardián de algunos de los más oscuros, sensibles y delicados secretos de Estado.
Villarejo, ya jubilado y enfrentado a muerte con el CNI y con los actuales responsables del Ministerio del Interior, ha sido llamado a la comisión de investigación por Podemos. Y esta obligado a acudir.
Lo hará en las próximas semanas, previsiblemente tras el exministro Jorge Fernández Díaz, el exdirector de la Oficina Antifraude de Cataluña, Daniel de Alfonso, y el exresponsable de la Policía, Ignacio Cosidó. En cualquier caso, Villarejo podrá negarse a responder a las preguntas.
La alarma ha aumentado además después de que el juez Arturo Zamarriego haya procesado este mismo jueves a Francisco Nicolás Gómez Iglesias, conocido como el pequeño Nicolás,
por un delito de estafa consistente en hacerse pasar por un alto cargo
del Estado que, a cambio de dinero, resolvía problemas a personas que
previamente habían sido captadas con la participación de seis personas,
entre ellos cuatro policías municipales y un guardia civil.
En otra resolución, este mismo magistrado asesta un duro golpe al comisario Villarejo. Zamarriego
desestima el recurso planteado por la defensa del excomisario, que
pedía que se declarasen nulas -por romper la cadena de custodia- las
pruebas aportadas en el caso Nicolay, una derivada del caso Nicolás en la que se investiga la grabación y difusión de una conversación entre policías y agentes del CNI.
En concreto, Villarejo había pedido que no se admitiera un CD y pendrive aportados por la comisión que presidía Marcelino Martín Blas,
exjefe de Asuntos Internos -aliado de los Servicios de Inteligencia-
grabado en la conversación que motivó la apertura de este pieza
separada.
El CNI sabe, y así lo ha informado, que el excomisario está "descontrolado". Por eso, un relevante dirigente del PP afirmaba esta semana a ESdiario: "ya se encargará Rubalcaba de que Villarejo no hable". De hecho, fue durante la etapa del exsecretario general del PSOE al frente del Ministerio del Interior cuando la llamada "cloaca" vivió su etapa de mayor actividad.
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MRF
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