Tanto
la carnicería de Berlín como el asesinato del embajador ruso en Ankara
han sido obra de islamistas. La primera, por los datos que a primera
hora de la mañana del martes circulan, apunta a un paquistaní que entró
como refugiado en Alemania en el mes de febrero. El segundo, según
consta ya, ha sido ejecutado por un policía lleno de ira por la supuesta
matanza de Alepo (esa matanza que todos los medios occidentales han
repicado sin ofrecer prueba alguna). En principio, la conclusión está
clara: el problema es el islam. Pero no. El problema no es el islam.
Cualquier especialista sabe que el islam, desde su origen, encierra
contradicciones internas que ocasionan permanentes desbordamientos
violentos. El problema, pues, no es el islam. El problema es Europa.
Rosa Cuervas-Mons, Editora Jefe
Continúan las operaciones de rescate para liberar al cooperante
de la Cruz Roja que fue secuestrado este lunes en el norte de
Afganistán. Por el momento las fuerzas de seguridad desconocen la
finalidad y las motivaciones del secuestro.
La Policía afgana ha confirmado que el trabajador del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) secuestrado este lunes en el norte de Afganistán es español y que está en marcha una operación para tratar de liberarlo lo antes posible.
"El empleado de Cruz Roja secuestrado es español y fue capturado en la aldea de Hussain-Khil, en el distrito de Ali-Abad, en (la provincia de) Kunduz", ha asegurado el portavoz de la Policía de Kunduz, Mahfuzullah Akbari, quien agregó que todavía no han identificado a los captores.
El portavoz añadió que aunque "esta mañana las fuerzas de seguridad retomaron la operación de rescate en el área", desconocen a dónde se pueden haber llevado al cooperante. "La finalidad y motivaciones del secuestro aún no están claras", concluyó Akbari.
Sayd Mahmoud Danish, portavoz del gobernador de Kunduz, ha señalado que la Cruz Roja no compartió con ellos la nacionalidad del secuestrado, pero que les informaron de que éste "era conocido entre sus amigos como Carlos".
La CICR ha confirmado que varios cooperantes de la organización fueron interceptados cuando viajaban en dos coches por la autopista que une las ciudades norteñas de Kunduz y Mazar-e-Sharif, pero que solo uno de ellos fue capturado.
El pasado febrero, cinco empleados afganos del Comité Internacional de la Cruz Roja fueron secuestrados en la provincia de Ghazni, en el sureste del país, y liberados poco tiempo después.
Los secuestros son comunes en Afganistán y los empleados de organizaciones humanitarias son a menudo objetivo de este tipo de acciones, en muchos ocasiones destinadas a obtener un rescate.
En uno de los últimos casos hechos público, hombres armados no identificados secuestraron el mes pasado a una trabajadora australiana de la ONG Agencia para la Coordinación de Órganos de Ayuda Afgana (ACBAR) en una zona de alta seguridad de Kabul.
http://gaceta.es/
MRF
La Policía afgana ha confirmado que el trabajador del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) secuestrado este lunes en el norte de Afganistán es español y que está en marcha una operación para tratar de liberarlo lo antes posible.
"El empleado de Cruz Roja secuestrado es español y fue capturado en la aldea de Hussain-Khil, en el distrito de Ali-Abad, en (la provincia de) Kunduz", ha asegurado el portavoz de la Policía de Kunduz, Mahfuzullah Akbari, quien agregó que todavía no han identificado a los captores.
El portavoz añadió que aunque "esta mañana las fuerzas de seguridad retomaron la operación de rescate en el área", desconocen a dónde se pueden haber llevado al cooperante. "La finalidad y motivaciones del secuestro aún no están claras", concluyó Akbari.
Sayd Mahmoud Danish, portavoz del gobernador de Kunduz, ha señalado que la Cruz Roja no compartió con ellos la nacionalidad del secuestrado, pero que les informaron de que éste "era conocido entre sus amigos como Carlos".
La CICR ha confirmado que varios cooperantes de la organización fueron interceptados cuando viajaban en dos coches por la autopista que une las ciudades norteñas de Kunduz y Mazar-e-Sharif, pero que solo uno de ellos fue capturado.
El pasado febrero, cinco empleados afganos del Comité Internacional de la Cruz Roja fueron secuestrados en la provincia de Ghazni, en el sureste del país, y liberados poco tiempo después.
Los secuestros son comunes en Afganistán y los empleados de organizaciones humanitarias son a menudo objetivo de este tipo de acciones, en muchos ocasiones destinadas a obtener un rescate.
En uno de los últimos casos hechos público, hombres armados no identificados secuestraron el mes pasado a una trabajadora australiana de la ONG Agencia para la Coordinación de Órganos de Ayuda Afgana (ACBAR) en una zona de alta seguridad de Kabul.
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