No Al Olvido

miércoles, 7 de diciembre de 2016

Ordenan la expulsión de España del ‘activista’ rumano Lagarder Danciu Tras su última detención en Málaga, el polémico ‘mendigo’ conocido por reventar actos de partidos políticos, ha recibido una orden de expulsión por parte de la Dirección General de la Policía.



ORDEN DE EXPULSIÓN EN 15 DÍAS... La policía politica [sic] del PP ha emitido una orden de expulsión del país sin fundamento alguno. Cómo es posible esto? Da miedo este país...", ha escrito en Facebook Lagarder Danciu

El rumano, conocido por reventar actos de partidos políticos y que se hace llamar a sí mismo activista, ha recibido una orden de expulsión por parte de la Dirección General de la Policía.
El expediente de la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras de Málaga indica que el proceso ya se ha iniciado. Este martes, Lagarder fue detenido en Málaga por lesionar a un agente y negarse a ser identificado. El propio afectado ha explicado en su cuenta de Twitter que ‘’nada más salir del calabozo me informan la policía de que tengo orden de expulsión de España en 15 días".

Como si no tuvieran otra cosa que hacer, ha apuntado directamente al Partido Popular y ha comparado su expulsión con ‘’los campos de concentración’’.

Sus insultos a la Policía

“Lagarder busca protagonismo a costa de la Policía y de las personas que el 20N acudieron a la manifestación de homenaje a Francisco Franco”. Así recordaba a La Gaceta el Sindicato Unificado de Policía (SUP), cuyo portavoz -Ramón Cosío- dejó en evidencia las intenciones que tenía el activista de extrema izquierda cuando el domingo 20 de noviembre se presentó en la madrileña Plaza de Oriente con un cartel en el que se podía leer: “Franco asesino”. Allí buscó su minuto de gloria tratando de reventar el acto en el que más de 200 personas honraban la memoria del General en el 41 aniversario de su muerte.
El antisistema ha ido más allá y no ha tenido reparos en acusar a la Policía de permitir la reacción de los manifestantes, que se avalanzaron contra él tras sentirse ofendidos con su presencia. “La Policía estaba allí, muy cerca. Tengo la sensación de que primero esperaron un poco a que me dieran una buena ración antes de intervenir. Cuando por fin se acercaron, me apartaron de forma salvaje y me pidieron la documentación”, ha señalado Lagarder -“gay, ateo, rumano, gitano, vagabundo” según su propia descripción-.
“Es el discurso fácil y provocador que difunde este tipo de personas”, denunciaba Cosío, que recordó que los policías “somos profesionales que velamos para que se respete el derecho de reunión y si una persona acude a una manifestación a provocar y alterar el orden público y se produce una agresión, nuestro trabajo consiste en disolver ese tumulto”.
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MRF

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